Capítulo 1

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Que la mujer de vueltas de un lado hacia el otro, murmurando su descontento, sí que siempre lograba estresar al señor Riley.

Los tres se encontraban en el estudio del hombre, considerando la propuesta de su hijo, la cual no sonaba tan mal del todo. O al menos para el hombre mayor...

— ¡Deja de dar vueltas, mujer. Pensarán que estás loca!. — Habló el señor Riley, terminando de servirse un vaso de licor fuerte. Le ofreció un vaso a Simon, quien negó. Se sentó en su sofá, mirándola seriamente.

¿Cómo no voy a estar así si lo que propone Simon, tú propio hijo, podría arriesgar tú carrera política, Henry?. — La mujer seguía sin comprender por qué acceder a tal cosa. Una vez más miró a Simon. — ¿Qué tienes en la cabeza, Simon Riley?. ¡Entiendo que quieras irte de la mansión, casarte de una vez, pero ésa no es la solución!. ¿¡Sabes lo que pensará la gente de nuestra familia!?. ¡Podríamos ser la gracia del pueblo!. ¡Se burlarán de nosotros!. ¡Nuestra reputación quedaría arruinada!.

— Creo que exageras, madre. Bien sabes que hay problemas entre familias por las relaciones entre el mismo sexo. Normalizarlo haría feliz a muchas personas, se evitarían muertes y castigos injustos, y mi padre se ganaría el cariño de su propio pueblo. ¡Imagínate, de aquí a diez año, vuelto a ser elegido por tercera vez consecutiva!. ¡Veo un buen futuro para él y nuestra familia!. ¿Y nuestra reputación?. Nos dejaría bien posicionados al pensar en nuestros ciudadanos. ¡Madre, deberías ser visionaria!.

— Vaya, un paseo por el mercado de la ciudad y ya te volviste todo un político visionario, ¿eh?. No me digas que fue ése comerciante de frutas que te cambió la mente...

El comentario de su padre lo había hecho alzar una ceja, sin saber qué responder con exactitud. Quizás sí había sido él...

— No piensas casarte justamente con ése sujeto, ¿¡o sí!?.

— ¡Si nos dará buena reputación y mi libertad... Sí!. — Decidido, se levantó de su lugar, dispuesto a retirarse hacia su habitación. — Pueden conversar ésto con Cassandra y su esposo. Tengan un buen día...

Sin más que agregar se fue del estudio de su padre, dejando a ambos mayores a solas.
Molesta, la mujer se sentó al lado de su esposo, quien la abrazó y depositó un pequeño beso en su cabeza.

— Creo que la idea de Simon no es mala. Además, ¿qué nos asegura que el comerciante acepte a nuestro hijo?... Consideremos su idea, ¿si?. Pero deja de amargarte y piensa positivo...

— Imposible pensar positivo ante las ideas de nuestro hijo... — Suspirando pesadamente, miró a su esposo. — Pero tienes razón. Y él también. Mejor será pedir opinión de Cassandra y luego decidirnos qué hacer...

Nuevamente abrazó el cuerpo de su esposo, queriendo ya no pensar en el asunto.

Y mientras tanto, Simon simplemente se encerró en su habitación tras haber recibido su té de frutas. Frutas que había comprado hoy en aquel puesto y que le recordaron al hermoso hombre de ojos azules.
Quizás hacía mal en considerar usarlo para liberarse de su familia, pero, no quería a otro hombre que no sea él.
Daría todo de sí para que lo acepte... Incluso dinero, si es necesario...

Y la idea de comprarlo fue a su mente. Éso sería despiadado, una bajeza imperdonable, sin olvidarse de que se ganaría el odio del comerciante.
Sí, traerlo y casarse con él lo sacaría de su pobreza y no tendría que volver a trabajar en el mercado. Tendría más oportunidades de enamorarlo... Pero la idea no era para nada buena.

Lo mejor sería esperarse a la cena para poder conversar con su hermana y tener una opinión de la misma...

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"Blue Eyes" - (Ghost x Soap COD) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora