Simon no era muy fanático de las reuniones políticas, pero esta ocasión era importante, tanto para él como para su madre y padre. Realmente le daba igual si sus secretos quedaban expuestos mientras nada de ésto afecte a Jhonny. Además, defendería su honor y su reputación. No permitiría que se hablen mentiras sobre él.
Aquel palacio de reuniones estaba repleto de personas importantes, familias de apellidos de renombre, y sobre todo, los futuros candidatos a Gobernador de la ciudad de Londres.
Para apoyar al privar de Henry Riley, el Gobernador de la ciudad de Manchester se había hecho presente, algo disgustante para el hombre mayor.Henry debía de limpiar su nombre y hoy debía de hacer frente a todas las acusaciones que se hicieran en su contra. Debía de contar una mentira si es que luego Jhonny estaba dispuesto a defender su palabra y matrimonio.
Era momento de actuar con ls cabeza fría y no dejarse llevar por las estupideces del esposo de su hijo.Y ahí fue cuando lamentó haber cumplido su estúpido capricho de ésa forma. Si hubiese sabido que MacTavish le daría serios problemas, jamás hubiese permitido el matrimonio de su hijo, ni mucho menos habría comprado al hombre por tan alta suma de dinero.
Si él pudiese dar marcha atrás en el tiempo para impedir que su hijo caiga rendido a los pies del hombre, sin duda alguna lo haría.Pero pronto MacTavish pagaría por sus acciones, así también tuviese que matar a Simon. Si él cae, todos lo harán.
— Ya quita ésa cara, Henry. Al menos disimula un poco. — Habló Mary en su oído tras haber saludado a varios de invitados del lugar.
El hombre hizo caso omiso a las palabras de su esposa, además seguía sin saber a qué había ido ella con exactitud.
Se notaba a kilómetro que en ése lugar ella era más que bienvenida. Incluso había escuchado cierto comentario sobre que debía de postularse a Gobernadora... Una estupidez sin sentido. ¿Qué sabía ella de política?. Nada. Éso consideraba Henry...Y por otro lado se encontraba Simon, muy feliz de ver a viejos amigos. Los mismos le daban apoyo y consideraban que su reputación no debía de ser manchada por las acciones de su padre. Siempre habían entendido que a Simon nunca le había quedado más opción qur obedecer la palabra de su padre, pero sentían orgullo al ver como él defendía a su esposo, admitiendo ciertas cosas pero de las cuales evidentemente estaba arrepentido y éso lo había dejado más que claro.
Al parecer el único sin apoyo sería Henry Riley...
— Simon, hay que hablar ya mismo... — Susurró Elliot cera del oído de Simon, quien asintió y tara despedirse de sus amigos es que se alejó de ellos, caminando hacia un ventanal cercano a la salida del palacio y así habar con más comodidad.
— ¿Qué sucedió?. — Si bien estaba extrañado, observado hacia todos lados y así procurar que nadie les estaba presentado atención, para suerte de ambos.
— ¿Cómo se encuentra Jhonny?. ¿Él vendrá?.
— ¡Por supuesto que no, Elliot!. ¡Mira como está el lugar. Sí, nos apoyan, pero quería evitarle un mal momento, así que se quedó en casa con Cassie!... Pero dime, ¿qué sucede?.
—... Será mejor que leas ésto por ti mismo...
Serio y preocupado, le entregó una hoja del periódico de ése día, quedando estático ante lo que estaba leyendo.
Unas pequeñas cartas que no solamente dejaban muy mal a su padre, también a él...“ Kyle:
Estoy harto de estar en éste lugar.
La señora Riley me trata bien, pero
es obvio que ella hará todo para que su hijo sea feliz. No me dejará ir ni
aunque le ruegue de rodillas... Ni hablar de la hermana de éste tipo.
Estoy cansado, te extraño demasiado. Espero pronto poder escaparme contigo.
Te amo.
Jhonny MacTavish.”