Luego de lo último dicho a Jhonny es que se retiró de aquella habitación, bajando hacia el estudio de su padre al su madre querer hablar con ambos.
Ya se hacía una idea sobre qué quería conversar. ¿Qué debía decirle?. ¿Qué literalmente compró a una persona?. Se podía imaginar la reacción furiosa de la misma, y no era para menos.No se le había ocurrido otra idea más que ésa. Además, si el tal Jhonny estaba completamente enamorado de otro, con más razón se le hubiese hecho complicado el conquistarlo.
Sí, su método era de los más bajos, pero no tuvo más opciones que ésa.Para peor, pudo ser testigo de la clase de personas que eran los padres del hombre. Vender a su hijo sin importarles absolutamente nada, solamente su bienestar económico.
Quizás ellos habían hecho mal en comprarlo, pero peor habían sido sus propios padres que ni si quiera defendieron la dignidad de su propio hijo...Estando ya en la planta principal de la mansión, es que se dirigió hacia el famoso estudio, notando qué la carroza de su hermana estaba en uno de los laterales de la casa, haciéndolo suspirar. Ya conocía de sobra la opinión de la misma y ya sabía como iba a reaccionar...
— ¡Hasta que llegas!. — Exclamó su madre al verlo pasar al estudio. Notaba tensión en el ambiente. Pues, su hermana estaba apoyada contra el escritorio de su padre, de brazos cruzados. Su padre estaba sentado en su sofá, serio, y su madre estaba hecha fuego. — ¿¡QUÉ ES ÉSO DE QUE COMPRASTE A UN COMERCIANTE!?. ¿¡QUÉ CLASE DE HIJO PARÍ!?.
— Madre, no seas exagerada. No tenía más opciones. — Tranquilamente se sentó en el sofá frente al de su padre, cruzando miradas con él. Nuevamente miró a su madre y su hermana. — Sé que hice mal pero-
— ¡¡¡PERO NADA!!!. ¿¡ÉSAS ENSEÑANZAS TE HE DADO YO A TI!?. ¿¡TÚ HAZ VISTO QUE EN ALGÚN MOMENTO NOSOTROS HAYAMOS COMPRADO A UNA PERSONA!?. ¡DIME, PORQUE SINCERAMENTE NO TE ENTIENDO, SIMON!. ¡Y TÚ, HENRY!. ¿¡CÓMO PUDISTE PERMITIR ÉSO!?.
— La familia se estaba por negar. Además, como dice Simon, no había otra manera de que el hombre venga con nosotros. No puedes enojarte con nosotros cuando ésa familia vendió a su propio hijo solamente por dinero.
— ¿A sí?. ¿¡Cuánto les ofreciste, papá!?. — Cassandra se acercó a su padre, cruzada de brazos, mirándolo con su ceño fruncido. El hombre simplemente suspiró, resignado ante la furia de las mujeres.
— Cinco millones de dólares...
— ¡Ja!. ¡¡¡ERA OBVIO QUE TE LO IBAN A ENTREGAR EN BANDEJA!!!. ¡¡¡USTEDES DOS ME REPUGNAN!!!.
— ¡No es momento para enojarse, él está completamente sólo y nos tiene a nosotros!. — Simon defendería su acción pese a que estuvo mal.
— ¿De verdad?. ¿Entonces por qué dijiste que no tuviste otra opción?. ¿Acaso él tenía pareja?. — El silencio de su padre y hermano fue suficiente para sentirse muy decepcionada de ambos. Un pesado suspiro logró salir de lo más profundo de su ser. — Me dan asco.
Sin más que agregar, se fue de aquel estudio, queriendo no hablar con ambos por ahora. Se iría al invernadero y así pensar en lo sucedido. Quería distraer su mente con las rosas de su madre.
Madre que sentía que pronto el diablo se la llevaría ante la acción de su esposo e hijo.
— ¿¡Dónde está él!?.
— En mi habitación. No quiere nada que venga de mi...
— Y no es para menos. En su situación hasta yo lo haría... Me decepcionan, ambos. — Se acercó a Simon, haciendo que la vea directamente a sus ojos. — Espero que tú acción no tenga consecuencias graves. Acabas de separar a una persona de su ser amado y vas a obligarlo a casarse contigo, y éso ni muerta te lo perdono. Podrás ser mi hijo amado, pero esto es inaceptable.