1 SEMANA DESPUÉS...
10 de la mañana...
Un hermoso sol brillaba en aquella mañana, en la ciudad de Londres.
El mercando para ésas horas no estaba tan lleno como el día anterior, pero en aquel puesto de frutas seguían apareciendo los clientes frecuentes.
Jhonny MacTavish se encontraba de muy buen humor atendiendo a sus clientes. Pues, su noche había sido más que perfecta, como siempre, en los brazos del amor de su vida.
Kyle lo había llenado de besos y mimos, además de haber hecho el amor con tanta pasión... Sí que estaban perdidamente enamorados e incluso consideró en la idea de casarse en secreto.
Sí, sus padres no estaban nada de acuerdo con la relación y seguían sin aceptar a Kyle, y casarse con él sin la aprobación de ellos le dolería... Pero amaba demasiado al hombre y por él era capaz de viajar a donde sea y casarse a escondidas.
Sabía que en Manchester había una hermosa iglesia que no hacía diferencias a la hora de los matrimonios.
Quizás, si lo hablaba con su amor, él-
— Disculpe...
Rápidamente levantó su vista al nuevo cliente apenas salió de sus pensamientos debido a éste.
Ahí estaba de nuevo aquel joven de hace una semana, de la supuesta familia Riley, y como estaba acompañado de un hombre mayor, quizás de unos 70 años, supuso que ése era el candidato a futuro gobernador.
Debía de tratarlos bien y tener modales, sobre todo.
— ¡Buenos días, señores!. ¿En qué puedo serviles?. ¿Ya han visto alguna fruta del agrado de ustedes?. — Posó una enorme sonrisa, sin percatarse que la misma había enamorado por completo al más joven. El mismo se hizo a un lado, dejando hablar al mayor.
— Las frutas en éste momento no son nuestra prioridad. Dime, joven, ¿tus padres viven contigo?.
Sí que la pregunta le extrañó y mucho. Quizás quería comprar su puesto de frutas, como quizás querían hablar de la mansión de su abuelo...
— Ellos están en mi casa... ¿Por qué?.
— Guíanos hacia ellos. Tengo algo que hablar con ellos y tiene que ser ahora.
— ¿De verdad tiene que ser ahora?. En éste momento estoy yo solo ateniendo a los clientes y-
— No es mi problema.
La actitud que tenía el Riley mayor sí que era autoritaria e incluso algo temerosa, como la del más joven.
Ambos estaba completamente serios y esperaban por su respuesta.
¿Acaso sus padres tenían deudas o realmente era cierto lo de la casa del establo?. ¿Se la iban a devolver?.
Con muchas preguntas es que le pidió a su amigo Alex que se hiciera cargo del negocio, que lo cuidara por el día de hoy.
Tras estar seguro que el hombre se quedaría, es que les indicó que los acompañe y así ir hasta su casa.
No comprendía tanto el asunto pero tenía miedo de que sus padres tuviesen deudas. Además, ¿qué tan grave tenía que ser el asunto como para pedir hablar ahora?.
Llegar les tomó 20 minutos caminando. Al haber decidido ir a pie, la carroza de la familia iría hasta su casa y esperaría por ambos hombres.
La casa era pequeña, tenía un enorme jardín y en la casa de al lado había una más pequeña, siendo esta la de la pareja.
Siguieron a Jhonny hasta la misma, viendo que tocaba la puerta y se adentraba en la casa.
Segundos más tarde les indicó que entren...
Aquella casa no era para nada una obra de arte o de la altura de los Riley.
Y ahí fue que el señor Riley se cuestionó acerca del gusto de su propio hijo. ¿Realmente quería unirse para toda la vida, con el hombre de ojos azules?. Se notaba a lenguas que no había nada qué puede ofrecerte éste simple plebeyo...
