𝑳𝒂 𝑨𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 [TwcNr ]

Comprometidos

Los amigos son la familia que tú escogiste para tu vida

Gustav el típico niño rico que soportaba las burlas de sus compañeros de la escuela por venir de una de las familias más importantes de San Diego, su padre Teo Schafer un hombre de negocios en el campo gastronómico tenía en su poder el mejor catering de EEUU y junto con Gordon Trümper hicieron su alianza para dominar el turismo en el país y fuera de este.

Gustav también amaba la cocina como su madre por eso se esmeraba por salir pronto de la escuela para estudiar gastronomía, pero esos niños se la ponía difícil, hasta que apareció Bill en su vida.

Un día como todos los demás lo tenían en el baño recibiendo empujones, jaladas de cabello, insultos, hasta que la puerta se abrió y entró su salvador, Bill no dudo en ayudarlo haciendo correr a esos mocosos por decirle que su padre acabaría con ellos con un chasquido de dedos, que para el eran solo unas ratas insignificantes, cuando los mocosos los dejaron solos, el pequeño Bill limpio sus heridas.

-Gracias.

-Tranquilo amigo, esos estúpidos no se atreverán a molestarte de nuevo.

-quisiera ser como tú.

-No digas eso, yo soy malo en cambio tu eres un buen niño, sigue así con ese corazón puro, yo te defenderé de esos tontos, no te preocupes.

-Gracias de nuevo... Soy Gustav Schafer.

-se quien eres... Yo soy Bill Trümper

-¿ésto nos hace amigos?

-si, los mejores amigos.

Gustav le agradeció de nuevo por ayudarlo y así comenzaron con su larga amistad.

El más orgulloso fue su padre porque sabía que esa amistad le convendría en sus planes a futuro.

Su amistad próspero pero Gustav nunca cambio su corazón y tuvo que ver cómo Bill endurecía el suyo poco a poco hasta convertirse lo que hoy es... Intentó... Intentó de todo pero solo se canso y lo único que le quedó fue esperar para apoyar a su amigo cuando la vida le pasará factura.

Si, Están comprometidos por qué sus padres lo obligaron... Bill no le interesaba nada de eso, acepto su compromiso porque sabía que jamás se llevaría a cabo, mientras que Gustav solo quería conocer a la mujer de su sueño.

¿Cómo es posible que tenga miedo de decirle a tu padre que eres heterosexual?

El no lo sabía... pero allí estaba comprometido con un hombre, con su mejor amigo.

Pensó tal vez que su destino era casarse sin amor y vivir una vida miserable.. estaba resignado a eso, hasta que la conoció, la mujer de su sueños allí frente a el, charlando ajena a su mirada bebiendo una cerveza con sus amigas, riendo relajada de las tonterías dichas.

La música cambio drásticamente a una suave ¿una señal? No sabía... Solo se limitó a llegar a su lado y sacarla a bailar.. muy gustosa aceptó y se adentraron en la multitud.

Bailaron y bailaron hasta que la pelea por su amigo interrumpió ese momento, deseo golpear a Bill en su puto rostro cuando vio la sonrisa estúpida que tenía solo porque esos dos hombres discutían, sabía que Tom era el salvavidas de Bill lo había salvado una vez, esperaba que salvará su alma.

Vio como se alejaron por la orilla de la playa tomados de las manos y sabía que tenía empujar a ese tonto al abismo del amor pero también sabía que su amigo era un desastre.

-¿quien es el?- le preguntó su acompañante no había notado que lo siguió hasta aquella pelea..

-mi tonto amigo, se llama Bill pero es un buen niño.

-eso espero.. no había visto a Tom pelearse con nadie y menos por un chico.

-¿conoces a Tom?- ingirió

-es mi hermano... Y por siento me llamo Linda, Linda Kaulitz.

~¡rayos!~

Las casualidades existen y Gustav estaba en medio de una y ahora que hacía..

¿mentir o decir la verdad?

-¿y tu.. como te llamas?- preguntó

Quizo decir la verdad... Pero las imágenes de Bill ayudándole en el transcurso de su vida lo llevaron a tomar la peor decisión.

-Gustav.

-¿solo Gustav?-

-lo siento... Gustav Adams.. mucho gusto-

-el gusto es mío, Gustav Adams.

-¿vamos por un trago?- invitó el rubio

-claro-

Se perdieron en la multitud de nuevo y lo que quedaba de la noche la pasaron charlando de sus vidas excepto que Gustav decía mentiras tras mentiras.

Una gran avalancha se aproximaba y muchos pagarían por los errores ajenos.