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Mad woman (Taylor Swift)

Todo saldrá bien ¿no?

Me había levantado temprano para ir a ver a Jasón. Al inicio Zoé no quería ir y ahí comprobé mi teoría de que Zoé y Jake no están en las mejores condiciones. Aun así, logré convencerla, solo los conozco a ellos dos, y bueno quería que fuera Zoé.

Y quieres que se arreglen.

Eso también.

El entrenamiento era a las nueve de la mañana, yo me levanté a las siete, soy una persona de la mañana, en cambio Zoé... se levantó a las ocho, justificando ella con que es una persona de la noche, fue todo un problema levantarla, solo sabía decir cinco minutos más. Lo único bueno es que no hicimos que Jasón llegara tarde, ya que este se fue con su equipo.

Acepto que investigué un poco más sobre este deporte, cuando hablaba más con Axel, este me había explicado lo básico, pero yo quería parecer un poco más experta en el tema, así que por eso decidí investigar un poco más. En mi casa apenas y hablaba, el deporte que más sabía -aparte del volleyball- era el fútbol y por mi padre.

-¿Ya nos vamos? -dijo Zoé mientras bostezaba.

¿Cómo lograba esta chica verse tan perfecta sin una gota de maquillaje en la mañana? Vamos que yo me miraba bien pero aun así necesitaba taparme las ojeras, pero Zoé no. Su piel clara, un poco bronceada era suficiente, sus pestañas largas y su cabello largo y grueso.

Le sonreí mientras la admiraba. Se había convertido en una de las personas más importantes para mí, se había ganado mi confianza de una manera tan sencilla.

-Si, supongo.

Miré a Jake, este tenía la mirada fija en Zoé, tenían que arreglarse que las miradas de amor de ese tipo parecía que te desnudaba con la mirada. Puaj, que cursis.

Así eres tú con Jasón.

-Eh... si, si vamos.

Jake dijo. Nos montamos en su coche, Zoé de copilota, por supuesto y yo en los asientos traseros, mi principal objetivo era volverlos a juntar. Zoé ya me había ayudado con muchos tips para mi relación con Jasón, ahora me tocaba a mí. Y digamos que era medio fácil contentarlos, los dos estaban locamente enamorados el uno por el otro, aunque sospecho que los únicos que no se dan cuenta son ellos mismos, ¿por qué? Porque los dos son igual de orgullosos y tercos.

Sonreí disimuladamente al darme cuenta de que Zoé había entrelazado la mano de Jake con la suya, bueno, bueno, sinceramente pensé que Jake sería el que diera ese primer paso, digamos que Zoé no es mucho de pedir perdón -igual y porque casi nunca tiene problemas con las personas, es esa persona que cae bien, aunque no quieras-, es más de recibirlo.

-Ya pueden quitarse los cinturones de seguridad, el chofer Jake las ha dejado con éxito en su destino -anunció Jake.

Zoé esbozó una sonrisa. Yo me bajé rápidamente del auto, era justo las nueve en punto, corrí hacia adentro de la inmensa instalación, ¿aquí entrenarían? Wow, sí que tienen dinero. Al entrar abrí los ojos de la impresión, era más hermoso por dentro, y sé que estarán diciendo, eres millonaria Emily, dos puntos: no lo soy yo, lo son mis padres.

Alma en pedazos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora