18

40 5 10
                                        

Scared of my guitar (Olivia Rodrigo)

Decisiones

Mi corazón aceleró su ritmo al verlos. Especialmente a mi padre. Lo había extrañado, aunque sea un poco. Mi padre no me miraba a los ojos, y mi madre solo tituteaba en decirme algo. Jasón se acercó a mí. Y pasó un brazo por arriba de mis hombros, haciéndome sentir segura.

—Hija...

Los mire fijamente. Sin parpadear. Para demostrarles lo mucho que me han hecho daño.

—¿Qué vienen hacer acá? —pregunté, frívola.

—Nos dimos cuenta de lo que pasó —respondió mi padre.

—¿Cómo?

—T-Tu amiga nos dijo.

Me alejé de Jasón inmediatamente y miré a Zoé. ¿Quién le había dicho que hablara con mis padres? Porque definitivamente yo no había sido.

—¿Y qué dirán ahora? ¿Que soy una exagerada? ¿Una dramática?

Dije con la voz entrecortada.

—N-Nos equivocamos —dijo mi madre.

—No quiero escuchar tu voz, madre. Me etiquetaste de loca.

—¿Qué hiciste qué, Irene? No tenía idea, hija.

—Papá, tú tampoco me apoyaste, ninguno de los dos lo hizo. Me sentí sola, desolada.

Mis ojos se volvieron cristalizados.

—Escúchame. Soy un pésimo padre, lo sé, pero dame una segunda oportunidad, por favor. Soy una escoria, también lo sé. Pero te ayudaré a meter a ese demonio en la cárcel.

—No le ruegues, Henry —dijo mi madre.

—Cállate, Irene. Si tu no quieres tratar de arreglar toda la mierda que hicimos es tu problema, pero no me metas a mi.

—¿No ves que es una manipuladora? Incluso nos pudo haber mentido.

—Cierra la maldita boca, Irene. Es la última vez que lo digo.

Mi madre se fué. Suspiré, aliviada. Mi padre y yo nos sentamos en el sofá. Los chicos nos dieron espacio.

—Lo siento tanto hija. No hice nada la primera vez porque ese hijo de puta nos amenazó, en la empresa hay algo de fraude, y tenia miedo que nos arruinara todo. Pero fue un error. Y espero que algún día me perdones.

Asentí mientras lágrimas caían por mis ojos, como una cascada.

—No te entiendo, pero te perdono padre —dije y lo abracé.

Hablamos durante un rato más, antes de que él dijera que lo mejor por ahora era que se fuera. Estuve de acuerdo y nos despedimos. Subí las escaleras, el trío de oro estaba dialogando, pero se callaron al verme.

—Ya sé que están hablando de mi, son pésimos en disimular —dije mientras me pasaba una mano por el rostro.

—Emily... —trato de decir Zoé.

—Tendría que estar enojada contigo, y al inicio lo estuve, pero tienes suerte que todo salió bien.

Me sonrió, nerviosa.

Entre a la habitación y me senté. En unos días Jasón se iría. Y ya no me provocaba la misma tristeza. Claro que estaría triste, pero sería una oportunidad para ir a un centro de rehabilitación. Algo que no haría con Jasón cerca para no alejarme de él.

Alma en Pedazos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora