Capitulo 24: La verdad

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El tiempo pasa y en la ciudad de New York ya no han habido avistamientos de criaturas extrañas, al igual que ya no hay asesinatos, todos se preguntan si ya todo había acabado, al menos para esa ciudad.

Jason y Marcos no pararon de seguir buscando pistas y de vez en cuándo intercambiaban opiniones. A pesar de que ya habían pasado los exámenes debían seguir con repasos y trabajos que realizar.

—No sería ninguna sorpresa si cambiará de ciudad ya que siempre lo hace—comentó Marcos mientras respondía un cuestionario.

—Lo sé pero, ¿lo crees capaz?, según nuestra deducción su objetivo está aquí, no tiene sentido que sólo se vaya así—dijo Jason mientras realizaba una investigación sobre los componentes químicos de cada medicamento.

—Buen punto, pero si no es eso, quiere decir que prepara algo peor.

En ese momento una llamada llegó al celular de Jason, era un número desconocido.

(???)–¿Jason?
(Jason)–Sí, diga.
(???)–Es Dylan, necesito que vengas a la mansión, tengo unas cosas que decir, y trae a Alice contigo por favor.
(Jason)–cuente conmigo señor.


Justo cómo le había indicado, logró salir del hospital con Alice sin ningún problema, informándole a Mike de lo que haría para que le notificara lo que fuera.

—¿Qué será eso que debe decirnos?—preguntó Alice mientras miraba el cielo atra vez de la ventana.

—Yo también tengo curiosidad.

Llegando a la mansión se encontraron a el señor Max, el señor Dylan y a un niño con un parche blanco en el ojo izquierdo.

—Buenos días señor Wilson—saludó el chico con entusiasmo—no pensé que nos veríamos tan pronto.

Jason abrió sus ojos con sorpresa para después mostrar una sonrisa.

—Es todo un gusto verlo, Erick McLean—respondió

—Por favor pasen—invitó Max—y pónganse cómodos.

Entraron a la gran y hermosa mansión dirigiéndose a la sala de estar en dónde los demás McLean de la última vez también estaban allí sentados tomando té.

—Hey, creí que nunca llegarían—dijo la señorita Karla con entusiasmo.

—Buenas tardes, gracias por su paciencia—contestó Alice.

Tomaron asiento y en ese momento entraron los otros tres a la sala.

—Gracias por haber venido y perdón por enviarle la invitación tan repentinamente—expresó Dylan—pero si notaron la situación se está volviendo algo inquietante, el hecho de no saber que está pasando con el asesino me hace pensar que debemos estar más preparados.

—El asesino está en busca de nosotros y de nuestras amistades, de eso no hay duda. ¿Por qué o qué?, realmente no lo sabemos—dijo Erick.

—Y sabemos perfectamente que esto a ocurrido desde hace mucho tiempo—intervino Max—sólo que últimamente la locura se ha desatado y más daño nos han logrado hacer. Tal vez si juntamos fragmentos de nuestras historias podríamos tener una idea del responsable o la causa.

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