Capitulo 28

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—Lo siento, Brandon. Estaba distraída.
—No me extraña después de todo lo que has tenido que pasar. —Le rozó la mano—. ¿Por qué no hacemos una pausa? Los griegos y los romanos pueden esperar.
_______ le sonrió.
—¿Te gustaría conocer mi taller?
—¡Me encantaría!
_______ le tomó la mano.
—¡Vamos, entonces! —Le lanzó una mirada fugaz a Sam—. Cuida de todo aquí, Sam. Regresaremos en un rato.
El perro apenas levantó las orejas al escuchar pronunciar su nombre.
—Creo que está demasiado cansado para vigilar —comentó Brandon y sonrió.
Tomaron el montacargas y en unos segundos ya estaban en el loft que Niall había alquilado para transformarlo en su pequeño taller.
—Interesante —comentó Brandon mientras observaba el lugar.
—No es igual que el que tenía en casa, pero no me puedo quejar —dijo y abrió los brazos.
—Tienes una vista preciosa. —Brandon señaló y miró a través de la ventana—. Se ve casi todo el Tower District desde aquí.
_______ se unió a él.
—Sí. —Miró hacia abajo—. Niall ha sido muy amable al conseguirme este lugar. El dueño es amigo suyo.
—Entiendo. —Brandon la observó de soslayo, había notado cierta turbación en ella al nombrar al detective Horan—. Dime, ¿en qué estás trabajando?
_______ volvió al centro de la habitación.
—Nada en especial. —Su voz denotaba un poco de tristeza—. Vengo aquí a pintar e intentar olvidar mis problemas, pero últimamente no lo he logrado.
Brandon se acercó por detrás y apoyó ambas manos en los hombros de _______. Ella se sorprendió.
—No deberías dejar que lo que está pasando anule tu talento. Apuesto a que detrás de esos cuadros envueltos en papel escondes obras maravillosas. —La hizo girarse y le sonrió—. ¿Me permitirías verlos?
_______ titubeó un instante. Siempre había sido reacia a que los demás vieran sus trabajos terminados; incluso el propio Harry se había quejado de su recelo a la hora de mostrar sus pinturas.
—Nadie los ha visto antes —respondió y señaló los grandes lienzos cubiertos con papel marrón.
—¡Yo no soy nadie, chérie! —exclamó y fingió estar ofendido—. Por lo que veo en estas pinturas que has decidido no ocultar, eres muy buena.
_______ dirigió su mirada a las cuatro obras inconclusas que descansaban contra una pared. Las cuatro tenían algo en común: los pétalos de nomeolvides esparcidos casi compulsivamente sobre todo el lienzo. Las flores que le enviaba su secuestrador, las mismas que dejaba en las escenas de los crímenes. Un escalofrío le recorrió la espalda.
—¿Estás bien?
—Sí, Brandon. —Caminó hacia los cuadros envueltos y comenzó a retirar el papel con cuidado—. Serás el primero que los vea.
—Es un honor para mí, chérie —respondió y se puso una mano en el pecho.
_______ descubrió la media docena de cuadros con la ayuda de Brandon y al fin sus secretos quedaron develados. Siempre había creído que Harry o Emma serían los primeros en ver aquellas pinturas; sin embargo se las estaba mostrando a un extraño, pero no le importaba.
—¡_______! ¡Son maravillosos! —dijo Brandon con marcado entusiasmo.
—No exageres, Brandon.
—No lo hago, chérie. —Observó uno a uno los cuadros de _______—. Nunca he tenido dudas de tu talento y ahora, con esto, solo confirmo lo que ya sabía...

_______ estaba emocionada; que alguien como Brandon Tanner elogiara su trabajo no era poca cosa.
—¿Realmente lo crees? —Necesitaba que se lo repitiera una vez más.
—¡Por supuesto! —Se cruzó de brazos—. Me gusta la combinación de colores y las formas abstractas que les das a las cosas tan cotidianas como a esta manzana —dijo y señaló una de las pinturas.
_______ asintió; pero ella veía algo más que la manzana con forma retorcida. De una manera u otra, las flores aparecían en cada una de sus obras; seguramente Brandon también lo notaría.
—Son estupendas, _______. —Paseó sus ojos verdes por aquellas obras de arte una vez más.
—¿No notas nada extraño? —preguntó _______ de repente.
Brandon se volvió para verla.
—Si te refieres a las flores, sí lo he notado.
—¿Qué piensas? —quiso saber.
—Le dan cierto toque naïf, pero me gusta —dijo finalmente.
—¿No te parece extraño que aparezcan de manera constante en mis obras? —No podía ser que solo a ella le pareciera una cosa irracional su obsesión por aquellas flores.
—Lo veo como algo subliminal. —Hizo una pausa—. Un recuerdo escondido debajo del umbral de tu subconsciente y que se manifiesta en tus pinturas.
_______ lanzó un suspiro.
—Comencé a pintarlas después de mi secuestro; aun sin saber por qué, seguían apareciendo una y otra vez. —Se cruzó de brazos—. Era como si no tuviera control sobre lo que pintaba.
—Ven. —La asió del hombro y la invitó a sentarse sobre dos cajones altos de madera que _______ había convertido en sillas—. No deberías preocuparte tanto por eso.
—¡Pero esas flores son las que el asesino deja junto a sus víctimas! —Se detuvo para mirarlo a los ojos—. ¡Son las mismas que dejó sobre mi almohada mientras yo dormía!
—Lo sé y entiendo cómo te sientes; pero solo son flores impresas en una pintura. Nada más que eso.
—Sin embargo, yo siento que son algo que me atan a mi pasado y a los recuerdos que están enterrados en mi mente.
—Es muy posible. —Apretó su mano con fuerza—. Sin embargo, no hay nada que puedas hacer, ¿o sí?
— Niall quiere llevarme a un psicólogo, quiere someterme a un tratamiento de hipnosis —le explicó.
—¿Hipnosis?
_______ notó cierto escepticismo en su voz.
—Así es.
—¿Crees que eso te ayudará a recuperar la memoria?
—No lo sé. —Respiró hondo—. Al principio, cuando Niall me habló del tema, no quise saber nada, pero tal vez sea la única solución posible; él dice que debo intentarlo al menos.
—¿Confías mucho en él, verdad?
_______ asintió sin dudarlo.
—Pues si confías tanto en él deberías someterte entonces a ese tratamiento —dijo y esbozó una sonrisa—. Solo espero que esas sesiones de hipnosis no terminen por agotarte física y mentalmente; Jennie y yo te necesitamos.
_______ le devolvió la sonrisa y le aseguró que no se preocupara.
—Sacaremos adelante nuestro proyecto y «Art & Pleasure» será un éxito.
—Me alegra escucharte decir eso, chérie.
—Será mejor que regresemos al trabajo, entonces —sugirió.
Brandon asintió y, minutos después, estaban de nuevo inmersos entre los papeles y el portátil que habían dejado abandonados en el loft bajo la desatenta vigilancia de Sam.
—¿Sabías que hay una leyenda medieval relacionada con esas flores? —dijo de pronto Brandon, con los ojos clavados en la pantalla de su portátil.
_______ negó con un leve movimiento de cabeza.
—Escucha esto. —Brandon se acomodó las gafas sobre el puente de su nariz—. Un caballero y su dama estaban caminando cerca de la orilla de un río. Él recogió un manojo de flores pero, por causa del peso de su armadura, cayó en el río. Mientras se estaba ahogando arrojó el ramillete de flores a su amada y gritó: «No me olvides.» Desde entonces, esta flor está conectada al romance y al destino trágico. A veces era usada por las damas como señal de fidelidad y amor eterno.
_______ había escuchado la historia con atención, aunque algunas palabras le habían impactado. «Destino trágico. Amor eterno.»
—Escalofriante —dijo.
—Yo creo que es solo una historia de amor malograda. —Cerró el archivo—. En fin, tal vez ni siquiera sea verdad.

_______ asintió. Volvió a poner atención en los papeles que sostenía en su mano pero tardó en concentrarse en su trabajo. No podía apartar aquella leyenda de su cabeza. Una historia que, como había dicho Brandon, tal vez solo era un cuento medieval.
Sin embargo la sensación de ansiedad que había experimentado al escucharla no la abandonaba.
Destino trágico. Amor eterno.
Aquellas palabras tampoco.
Niall colocó los dos vasos de café sobre la mesa. El suyo, junto a la grabadora. Se sentó del revés en la silla y apoyó los brazos sobre el respaldo de madera.
Observó con atención al hombre que esperaba al otro lado de la mesa y que no dejaba de golpear los pies contra el suelo. Aquel ruido parecía tranquilizarlo; en cambio, a él solo le causaba fastidio.
—¿Está nervioso, señor Gordon? —preguntó y alzó una ceja.
—Cualquiera en mi situación lo estaría —dijo a la defensiva.
—¿Y cuál es su situación?
—A nadie le agrada que la policía se presente en la puerta de su casa de improviso y exija interrogarlo —respondió y se movió en su silla pero sin dejar de golpetear los pies contra el suelo.
—Supongo que no. — Niall encendió la grabadora y lo volvió a mirar.
—Diga su nombre completo y su dirección —le indicó.
—Jack Lee Gordon, vivo en el número 49 de la calle Fulton de la ciudad de Fresno.
—Bien, señor Gordon. Tengo entendido que, hace cuatro años, la policía lo interrogó por el caso del secuestro de ________ Styles.
Los ojos de Jack Gordon se entrecerraron.
—¿Esto tiene que ver con _______? —Se rió nervioso—. Hace cuatro años que no la veo.
—¿Fue interrogado sí o no? —reiteró Niall.
—Sí; la policía vino a buscarme cuando supo que yo era la última persona que había visto a _______ esa noche.
—Continúe.
—Me dejaron en claro, de inmediato, que yo era el principal sospechoso; sobre todo considerando que _______ y yo habíamos sido novios durante una temporada. Creyeron que no les estaba diciendo la verdad y que no la había dejado en la parada de autobuses como había declarado. Los detectives decían que yo la había raptado porque ella no quería volver conmigo. —Hizo una pausa, pero la risa no se había borrado de su rostro—. Si me hubiese empeñado, ella habría regresado a mi lado con un solo chasquido de dedos. Estaba loca por mí, no había necesidad de secuestrarla para tenerla de nuevo.
Niall sintió asco por aquel sujeto; hablaba de _______ como si fuera un objeto que podía obtener y desechar a su antojo.
—Según el expediente del caso usted tenía una coartada para esa noche —dijo Niall e hizo un esfuerzo enorme por no golpear a aquel sujeto.
—Sí, estaba en casa durmiendo. Mis padres lo confirmaron; gracias a eso, la policía me dejó en paz.
—¿Viven sus padres, señor Gordon?
—¿A qué viene todo esto, detective? El secuestro de _______ ocurrió hace cuatro años y ella apareció sana y salva.
—Limítese a responder —lo interrumpió.
—Mi padre murió de un ataque al corazón el año pasado; mi madre vive conmigo —explicó—. Espero que no vuelvan a molestarla con todo ese asunto de nuevo.
—No puedo prometerle nada, señor Gordon.
—¿Por qué me ha traído aquí? ¡Yo no tuve nada que ver con el secuestro de _______!
Niall se volvió hacia la puerta al escuchar que alguien llamaba.
—Vuelvo enseguida.
—¡Tómese el tiempo que quiera! —respondió Jack Gordon con sarcasmo.
—¿Qué sucede?
—Tiene una llamada de la detective Castro en su oficina —le anunció un oficial—. Dice que es urgente.
Niall atravesó el pasillo en tres zancadas y corrió hasta su escritorio para levantar el auricular.
—Castro, ¿qué sucede? —El corazón le latía muy rápido.
—¡No te lo vas a creer, Horan!
—¡Dilo de una vez! —La ansiedad lo estaba matando.
—Hemos encontrado un bisturí escondido en una de las gavetas de su habitación. Lo he enviado al laboratorio.
Niall sonrió satisfecho; era la primera buena noticia que recibía en mucho tiempo.



No me olvides (Niall Horan & Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora