Capitulo 60

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Harry asintió y se dejó caer abatido en una de las sillas.
—¡No puedo creerlo! —Leslie estaba conmocionada, sostenía un pañuelo blanco y no cesaba de llorar—. ¡Yo misma lo acerqué a ella!
—Leslie, no pienses en eso. —La tranquilizó—. Habría encontrado la manera de llegar a ella de cualquier modo.
—¡Es culpa mía! Si algo malo le sucede a _______...
Niall la interrumpió.
—¡Nada malo le va a pasar a _______!
Emma asintió pero sabía que solo buscaba calmarla.
—Será mejor que te sientes con Harry y Brandon. —Le hizo señas al diseñador para que fuera a buscarla—. Brandon, quédate con ella.
Él se la llevó y la sentó junto a Harry, pero regresó a su lado.
—Detective. —Frunció el ceño—. ¿Tienen alguna pista certera de dónde puede estar?
Niall sabía que, en aquellos casos, a veces era necesario mentir u ocultar parcialmente la verdad, pero él no tenía ganas de hacerlo.
—No —respondió abatido—. Estamos vigilando su casa y nuestros hombres la están poniendo patas arriba; si hay alguna pista de dónde pueden estar, lo sabremos de inmediato.
—Pobre chérie. —Se cruzó de brazos—. Confió en ese loco y ni siquiera sabía con quién estaba realmente.
Niall no dijo nada, mucho menos le mencionó que, en algún momento de la investigación, había sospechado de él. Sobre todo tras el incidente con Sam, cuando apareció de repente en el edificio para ayudar a _______.
Había estado equivocado y había dirigido su atención a la persona errónea, tal vez solo por celos, y estaba pagando las consecuencias.
Felicity abrió la puerta de la oficina y tras saludar fugazmente a todos le hizo señas de que saliera al pasillo.
—Me acaban de llamar los muchachos; han dicho que han encontrado un par de recibos de alquiler de un depósito en el centro de la ciudad. Al parecer, lo alquiló a principios de mes y todavía sigue pagando.
—Que envíen a la unidad de rescate y a los SWAT si es necesario —le indicó y regresó a su oficina—. Voy por mi arma.
Felicity asintió y se puso en camino.
—¿Qué sucede? —preguntó Harry y se levantó de un salto.
—Tenemos una pista. Estamos yendo en este mismo momento —le respondió mientras se acomodaba la cartuchera en la cintura.
—¡Yo también voy!
—¡De ninguna manera! No podemos arriesgar la vida de ningún civil —le dijo y lo detuvo antes de que saliera con él—. Esperad aquí, yo mismo les avisaré si hay alguna novedad.
Harry respiró hondo.
—Tráela de regreso, Niall —le pidió.
Niall no dijo nada, solo asintió.
En el pasillo, Phil Conway le salió al encuentro.
—¿Dónde está Camila?
—Organizando el operativo —le informó.
—Supongo que llevarás suficientes refuerzos.
—He pedido a los SWAT.
—Bien, has hecho bien, hijo. —Le dio una palmadita en el hombro—. Cuídate.
Salió de la comisaría y, cuando faltaban unos cincuenta metros para llegar a su coche, su teléfono móvil comenzó a vibrarle dentro de los pantalones.
—¡Maldición, ahora no!
No le hizo caso y dejó que siguiera sonando, aunque quien fuera que quisiera hablar con él debía tener mucha urgencia.
Con una mueca de fastidio sacó el teléfono y respondió.
—Diga.
No se oyó más que silencio en el otro lado. La insistencia de quien llamaba parecía haberse evaporado al oír el sonido de su voz. Se le tensaron los músculos del estómago. Era él. Lo sabía.
—Eres tú, ¿verdad? —Hizo un tremendo esfuerzo por no gritar.
—Tu intuición no te falla, detective.
—¿Dónde la tienes? —Observó que Camila le hacía señas de que se diera prisa.
—Yo he sido quien ha llamado y, por lo tanto, seré yo quien hable —le dijo, molesto.
—Adelante, te escucho.
—Quiero que sepas que _______ está bien, porque está donde tiene que estar; donde siempre debería haber estado: a mi lado. —Hizo una pausa que solo logró impacientar más a Niall—. No pensaba hacerlo, pero he decidido darte la oportunidad de verla por última vez. Verla antes de que se una a mí definitivamente.
Niall sabía lo que aquello significaba.
—¿Cuál es tu plan? Porque seguro que tendrás uno —dijo y aparentó calma. No podía quitarse aquellas palabras de la cabeza. «Verla por última vez, verla antes de que se una a mí definitivamente.»
—Deberás venir solo y no avisar a nadie, tampoco a tu compañera.
—Está bien.
—Nada de armas ni de teléfonos móviles —le advirtió.
—Como tú digas.
—Espero que entiendas que te estoy dando una gran oportunidad y que si la desperdicias, ni siquiera la verás por última vez: la mataré antes de que llegues.
—¡No! ¡Haré lo que me pidas!
—Está bien —le indicó dónde estaban y, antes de colgar, volvió a advertirle—. No juegues sucio, detective, si no _____(tu apodo) pagará las consecuencias de tu estupidez.
Niall cortó y caminó hacia Camila.
—¿Qué hablabas por teléfono?
Se quedó absorto y miró a su compañera.
—Unos datos que me ha enviado uno de los muchachos que está en la casa de Massey —respondió y mostró tranquilidad.
—¿Algo importante? —Abrió la puerta del Mustang.
—Camila —sabía que iba a sonar extraño, pero no tenía otra salida—, ¿por qué no vas con uno de los oficiales?
—¿Me estás echando de tu coche, Horan?
—El dato que acabo de recibir tal vez sea importante. Encárgate tú de supervisar el operativo; yo te alcanzó después —le aseguró y la dejó parada junto a la puerta del acompañante.
—¿Estás seguro de que es lo que quieres hacer? —Cami lo miró atónita.
—Sí, Cami. Tú adelántate. Debo confirmar unos datos primero.
—¿De qué se trata?
—Prefiero que hablemos después. —Se subió al Mustang—. No perdamos tiempo; nos vemos luego.
Ella iba a decirle que su actitud le parecía demasiado extraña, pero ni siquiera pudo abrir la boca. Niall y el Mustang desaparecieron del lugar en solo cuestión de segundos..

No me olvides (Niall Horan & Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora