Antes de comenzar quiero aclarar que no busco ofender a nadie con mi lectura, todo lo que escribo es meramente de mi imaginación ya que no estoy familiarizada en esto de escribir, si no encuentran algo parecido a la realidad es por eso mismo, mis historias son únicas y la mayoría del tiempo me gusta exagerar en ellas. Perdonen las traducciones de idiomas y el drama.
Sin mas que aclarar, espero lo disfruten...
—¿Cómo te fue ahora?—pregunta Ovidio desde el viejo sofá.
Finjo una de mis mejores sonrisas.
—Нормальный (Lo normal)—me encojo de hombros.
—Querida ya te he dicho que no logro entenderte cuando hablas así—me siento a su lado besando sonoramente su mejilla.
—No me fue bien ni mal, podría decirse que estoy en un punto medio—esa es una gran mentira—, voy a conseguir trabajo pronto no te preocupes.
Sus ojos se llenan de preocupación.
—Ya te he dicho que no es necesario que trabajes, lo único que quiero es que estudies una carrera Irisha—suelta con voz preocupada, niego mentalmente.
—Debo hacerlo, sabes bien que necesitamos el dinero y que no puedo darme el lujo de estudiar—oculto toda mi tristeza bajo una sonrisa que estoy segura el puede notarla—, quiero ayudarte y no vayas a comenzar con tus riñas.
—Solo quiero lo mejor para ti—acaricia suavemente mi mejilla.
—Y yo quiero devolverte todo lo que has hecho por mi—beso la mano con la que me acaricia. Ovidio Serra es la única persona que ha dado todo por mi y lo que mas quiero es devolverle en creces su buena voluntad y amor.
El horrible recuerdo de mi vida llega a mi mente en pequeños fragmentos para nada agradables, recuerdo mi vida en aquel pequeño y deplorable orfanato en Rusia mi país natal, recuerdo cada uno de los maltratos que sufría por parte de los tutores que nos trataban como esclavos y que nos golpeaban si no los obedecíamos, tengo varios de esos castigos tatuados en mi piel. Ese pequeño orfanato dejo de dar abasto para tanto niño "bastardo" como ellos solían llamarnos, niños que las personas abandonaban sin piedad "la plaga de la sociedad". Como primer y ultimo recurso comenzaron a exportarnos a distintos países Europeos donde seriamos recibidos por nuevos orfanatos que cuidarían bien de nosotros hasta que nos adoptaran o hasta que cumpliéramos la mayoría de edad y seriamos desechados como basura a la calle. Ese no fue mi caso ya que ni siquiera logre llegar a un orfanato.
Termine en las calles italianas separándome de los otros niños, solamente tenia catorce años cuando comencé a formar parte de esas personas indigentes que todos volteaban a ver mal, recuerdo llorar y morirme de hambre e incluso ser perseguida por hombres que ansiaban con tocarme y corromper mi inocencia, recuerdo verme sucia, desnutrida y sin ganas de vivir o así me sentía hasta que Ovidio llego a mi vida.
Un panadero de buen corazon que no dudo en ofrecerme comida cuando me vio de pie frente a su panadería. Al principio me negaba a aceptar algo de el puesto que no lo conocía además de que no entendía lo que me decía, en ese entonces yo solamente hablaba Ruso así que eso lo complicaba todo. Era pequeña pero no tonta como para confiarme de un hombre que posiblemente fingía ser bueno conmigo pero con el pasar de los días poco a poco comencé a confiar en el, confié hasta al punto de que lo acompañe a su casa donde el me dio vestimenta y alimento, ese hombre llego a salvar mi vida, a cuidar de mi como si yo fuera su pequeña.
Ovidio me ha dado el amor que jamás había llegado a tener, el es un hombre pasivo, comprensivo y amoroso que al darse cuenta de que no tenia a nadie no dudo en conseguir mi custodia ante las autoridades, fue un proceso largo debido a mi nacionalidad y al que Ovidio fuera un hombre soltero y sin familia, me entrevistaron cientos de veces para preguntar si me sentía cómoda con ese hombre a lo que yo siempre respondía "Ага" (si).
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Corazón Oscuro (Libro 1 de trilogía "Latidos del corazón")
RomanceIrisha, una joven encantadora pero con problemas de dinero encuentra una inesperada oportunidad al convertirse en la niñera de Chiara, la pequeña hija de Marcello, un hombre aparentemente distante pero con un corazón vulnerable. A medida que Irisha...