—Gracias al cielo que las encontré en esa farmacia del centro. Es bastante complicado conseguir tu medicina por aquí en el barrio —informo al hombre, quien se inyecta su insulina.
—No tenías que molestarte, yo pude haberlas conseguido.
—Pero si la farmacia me quedaba de camino acá, no me costó nada —me encojo de hombros.
Vine a visitar a Ovidio después de mi primera semana de trabajo. Cabe recalcar que ha sido un tanto agotador, pero poco a poco me iré adaptando. Creo que lo más complicado es despertar cada dos horas cuando el angelito llora; de lo contrario, todo ha estado bien, excepto por alguna que otra mirada de reprobación por parte del señor Caruso, pero eso me tiene sin cuidado.
No le doy tanta importancia a ello, ya que observarlo en silencio me mantiene ocupada. Es un hombre muy atractivo y es inevitable no apreciarlo, así que nadie puede culparme. Es como uno de esos modelos de revista que suplica ser admirado; el hombre tiene lo suyo.
—¿Qué tal todo en tu trabajo? —pregunta, sentándose a mi lado en el sofá.
—Bien, todo va en orden y no me explotan, que es lo más importante —sus ojos se arrugan cuando sonríe—. Son personas muy agradables y de buen corazón. ¡Por cierto, hoy en la tarde saldré con una amiga!
—¿Qué amiga? —pregunta.
—Ofelina, papá. Ya te hablé de ella por llamada —sonrío al recordar que hemos quedado en un bar céntrico a petición de ella. Creo que quiere emborracharse hasta los huesos o algo así me dijo. Agarró confianza muy rápido conmigo.
—Oh, sí, sí, la pelirroja —asiento—. Solo diviértanse con cuidado. Si bebes, ten control sobre ello y que el alcohol no te controle a ti.
—No me gusta beber.
—Tampoco nada de chicos. Aún estás muy joven para eso —lo miro horrorizada.
—¡Oye! Yo ya quiero tener un novio.
—Lo siento, eso sí que no voy a permitirlo —susurra, mirándose las uñas distraído y con aire vanidoso. Doy un pequeño golpecito en su hombro—. Respeta a tu padre, Irisha.
—Ni tú te crees eso de no dejarme tener novio.
Algo que me avergüenza de mí es que nunca he tenido un novio. ¿El por qué? Simplemente, el indicado aún no hace su aparición. Sí me han gustado muchos chicos y me he dado un par de besos con algunos, pero hasta allí, nada más. Es bastante deprimente.
—Sabes que jamás te prohibiría nada. Yo lo único que quiero es que hagas las cosas bien, querida. No quiero que nadie lastime ese corazón, y los chicos de ahora todos se comportan como unos tontos. No valen la pena, así que sigue siendo la niña de papá, ¿sí?
—Siempre seré tu niña —me encojo de hombros—, y no estoy interesada en hombres, así que no te preocupes.
—Mis plegarias han sido escuchadas —levanta su mirada y le habla al cielo como un loco.
—Ovidio —amenazo, y él ríe...
—Cambiando de tema, vas a estudiar —lo miro—. Sé que ya iniciaron los semestres en las universidades, así que te propongo que entres cuando sean nuevas inscripciones. Voy a pagar tus estudios, quieras o no, o vamos a buscar una universidad que pueda darte una beca por tus excelentes notas. Vas a estudiar, querida, y no quiero discusiones. Ya la decisión está tomada.
Lo miro con ternura.
—¿Crees que pueda hacerlo? —pregunto con un nudo en la garganta.
—Vamos a intentarlo —me regala una sonrisa—. Todo sea por tus sueños y por los míos de verte como toda una profesional.
![](https://img.wattpad.com/cover/363776351-288-k6189.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Corazón Oscuro (Libro 1 de trilogía "Latidos del corazón")
RomanceEN EDICIÓN (Solamente se corregirá ortografía y puntuación. No se cambiará la trama, solamente se corregirán unas diminutas partes para una mejor historia). Irisha, una joven encantadora pero con problemas de dinero encuentra una inesperada oportuni...