—¿Qué angelito se acaba de despertar?—pregunto a la bebe que estira sus bracitos desde la cuna.
Sus ojitos aun se encuentran adormilados después de la larga siesta que ha tomado durante casi toda la tarde, eso solo significa que tendrá toda la noche a su padre y a mi viendo caricaturas hasta el amanecer.
Hace una hora intente despertarla pero es tan gruñona como su padre, me ignoro y continuo durmiendo.
La tomo entre mis brazos sintiendo su pañal seco.
—¿Quieres hacer pipi?—pregunto con suavidad.
—Shi—responde con su vocecita suave. Inmediatamente la llevo a un pequeño baño que Marcello le compro el fin de semana, dice que su hija ya esta demasiado grande y que debe aprender a ir al baño, hemos estado enseñándole y cuando digo hemos significa que me ha tocado bajarme los pantalones y mostrarle como se hace, ha sido un poco vergonzoso pero me ha comprendido con bastante facilidad.
Retiro sus pañales y ella se sienta a gusto, no tardo nada en escuchar el pequeño sonidito de su pipi, sonrió orgullosa.
—¡Eso mi amor lo haces bien!—la celebro tomándola en mis brazos y llenándola de besos, amo a esta bebe.
Le pongo ropa cómoda para estar en casa y salgo con ella en brazos topándonos con Ofelina que tiene rostro de pocos amigos.
—Ofelia—la saluda Chiara quien ya lleva muy ordenado su cabello en una colita alta.
—Es Ofelina señorita pero puede llamarme como quiera—dice Ofelina pellizcando su mejilla haciéndola reír.
—¿Por que tienes mala cara?—pregunto, ella bufa.
—Debo ir al supermercado y no quiero, allí siempre me encuentro a un dependiente joven que quiere pasárselas de listo conmigo—rueda los ojos—, no es acosador en mal plan, simplemente no me gusta...incluso podría decirse que es tierno.
—Dile a Bruno que te acompañe—apoyo.
—Bruno esta muy ocupado probando nuevas recetas—dice encogiéndose de hombros—, ni modo, me tocara afrontar esta difícil realidad de ser solicitada por los hombres.
—Pero no por el que quieres—la molesto ganándome una palmada en el trasero.
—Eres una idiota—me grita alejándose de nosotras, mientras tanto Chiara me mira atenta.
—"Iota" es mala vocal—me encanta la forma en la que aun confunde las palabras—, papi no le gusta esho.
—No vayamos a decirle que Ofelina anda diciendo esas cosas ¿de acuerdo?—ella asiente abrazándome.
Todos los días aquí es una locura.
...
—¡Ya estoy en casa!—la voz de Marcello me llena de ilusión y verlo cruzar la puerta de la sala me deja estupefacta, ese hombre no se cansa de ser guapo.
Estos días le ha dado por quitarse la barba y debo admitir que se ve mucho mas guapo así, lo observo de pies a cabeza comiéndomelo con la mirada.
—Hola papi—Chiara es la primera en recibir un beso—, mira, veo frozen y Ofelia dijo iota.
Marcello la observa confundido.
—No le hagas caso—deja a su bebe sentadita en el suelo frente al televisor mientras se llena la boca de fruta, mi imponente hombre se sienta a mi lado del sofá con una sonrisa en el rostro—, bienvenido mi amor.
Su apasionado beso no tarda en llegar y yo pues...lo recibo gustosa. Ya han pasado varios días desde que confesamos que nos amamos y desde entonces el ha estado muy juicioso, mas romántico, atento y único. Lo amo mas de lo que podría imaginar.
ESTÁS LEYENDO
Corazón Oscuro (Libro 1 de trilogía "Latidos del corazón")
RomanceIrisha, una joven encantadora pero con problemas de dinero encuentra una inesperada oportunidad al convertirse en la niñera de Chiara, la pequeña hija de Marcello, un hombre aparentemente distante pero con un corazón vulnerable. A medida que Irisha...