Ellie
Cerré los ojos, arrugándolos y contacté con mi mente. La sensación de que alguien me observaba era cada vez más fuerte. Esperaba que fuera la voz interior... Mi lobo.
¿Cómo te llamas?
Esperé una respuesta. Esto era demasiado extraño. Si toda esta gente tenía lobos, ¿por qué no andaban con un dolor de cabeza permanente?
Me llamo Nix... Y no soy yo la que te da dolor de cabeza.
Ella resopló, en mi mente.
Hice una mueca.
¿Me estás leyendo la mente? Además, ¡no me dolía la cabeza hasta que apareciste tú! le regañé.
¡Qué maleducada eres! De todos modos, soy parte de ti, así que sé lo que piensas y cómo te sientes. Para tu información, alguien está intentando conectarnos mentalmente, pero tu cerebro aún no está preparado.
Abrí los ojos y papá me miraba con preocupación en su rostro. Recordé lo que había dicho acerca de que los ojos se volvían negros cuando se vinculaban mentalmente entre sí.
Miré a mi alrededor, pero no pude ver ningún ojo negro,
-Papá -comencé, Nix dijo que alguien está tratando de enlazarme mentalmente. Por eso me duele la cabeza.
Papá frunció el ceño.
-¿Nix? -preguntó.
Nana se rió y me acarició el pelo.
-Será su lobo. ¿Qué más ha dicho, cariño? - preguntó Nana.
Hice una mueca.-Ha dicho que soy una maleducada y que mi cerebro aún no está preparado. No me gusta.- Resoplé.
El abuelo me miró y se rió, lo que me hizo hacer más pucheros.
Papá me miró y me frotó la espalda.
-Puede que esto te duela un poco al principio, pero luego el dolor de cabeza debería desaparecer, ¿vale?
Asentí con la cabeza. Confiaba en papá, aunque no sabía lo que iba a hacer.
Vi cómo sus ojos se volvían negros. Entonces sentí un dolor agudo en la cabeza. Mucho peor que el dolor que había sentido antes.
Gemí y enterré la cabeza en el pecho de papá.
Entonces el dolor desapareció, al igual que el dolor de cabeza.
Levanté la vista y los ojos de papá volvieron a la normalidad.
-¿Estás mejor, palomita? -me preguntó.
Asentí con la cabeza. Estaba mucho mejor. No entendía qué había pasado, pero me alegraba de que papá lo hubiera arreglado. Me alegraba aún más de que no fuera Nix el causante.
No quería tener que andar con un dolor de cabeza permanente.
Papá sonrió: -Bien, ahora qué tal si vamos a comer algo y puedes conocer a más gente.
Volví a asentir. Me apetecía la comida, pero no tanto la gente nueva.
Papá me puso en el suelo y me cogió de la mano. Luego me llevó a la casa de la manada. Entramos en una sala enorme. Había mesas por todos lados y estaban apiladas con comida.
Nunca había visto tanta comida en mi vida. Mucha de la gente que había estado en la multitud estaba entrando en la sala también.
Vi a 'lijah y le saludé frenéticamente. Me devolvió el saludo y esta vez Jasmine no le regañó. Me pregunté por qué estaba allí de pie.
ESTÁS LEYENDO
Las Guerras Lupinas
LobisomemDespués de las Guerras Lupinas, los hombres lobo y los humanos acordaron una incómoda tregua y se repartieron el mundo. Los hombres lobo se quedaron con los bosques y las llanuras, y los humanos con las ciudades y los pueblos. La humanidad se segreg...