La noche estaba prestada, para los acontecimientos que se hicieron presentes en el pasado de la vida de "ISLA". Sin embargo su respiración ahora estaba frenética, no paraba de elevarse su pecho una y otra vez, se encontraba en un viejo sistema ferroviario muy apartado de la ciudad.
Seguía sosteniendo su herida, que no cesaba de sangrar en un lado de su abdomen por el tiro certero; que le dio su atacante y archirrival que hizo su vida miserable, desde el momento que piso su casa y le arrancó la vida más preciada que tuvo y jamás podrá volver a ver; dejando secuelas de ser una mujer, sin nada de piedad por nada ni nadie.
Volvió a tomar una respiración, para pausar su dolor que siempre punzaba a desangrase, se sintió exhausta no tenía fuerzas para continuar; pero su mente no le dejaba quedarse quieta; quedaba solo uno y no podía dejarlo ir; era el último y él peor de su lista negra de aniquilación. No por algo la llamaban de un modo frío y lúgubre; pero eso a ella, la impulsaba a seguir con pasos duros y matar a cada objetivo su misión no era dudar sino proceder.
Sin verlo venir; en el espacio que estaba sentada en el suelo rústico y sucio oculta detrás de varios barriles de posible petróleo; pudo comprender al sentir el aroma de dicha sustancia, incluso las letras rojas que vio, mencionaban a un país tercermundista, que es bañado de tierra con ese componente tan importante.
El sonido de pasos fuertes, pero certeros de botas metálicas que han marcado y pisado la sangre de sus víctimas, como inocentes que fueron a parar en sus manos; estaba casi cerca de donde ella se encontraba, pero él hombre estaba solo; sus escoltas fueron asesinados a sangre fría por su mano, cosa que le hirvió las venas de cobrarse el favor, lo que no paraba de buscar a su objetivo conocía que pudo herirlo, no contaba que su amenaza era una mujer; como tal ella se camuflajeaba con un dispositivo, único y jamás creado.
Era su punto a favor; solo que esta vez ella al rasgar una prenda de su ropa interna pudo contener la hemorragia de la sangre; aunque no durará mucho solo minutos, que le darían el chance de terminar su trabajo, estaban solos uno buscando el objetivo y otro siendo precavido para buscar atacar a su captor.
Sin esperarlo, el paso se profundizó alertándola saco detrás de su espalda que tenía; su arma favorita una glop blanca con sus iniciales de guerrera y el apellido de su familia, era su identidad para las víctimas que borraba del sistema; pudo agudizar su oído hallando el posible ataque y no se equivocó, el hombre fornido y rudo con mirada negra como la noche tiro el primer disparó, casi cerca de su cuerpo, donde ella salió de su escondite rodando con rapidez, a otro lugar de mucha chatarra esparcida por allí.
Pero eso no la detuvo avanzó potente, disparando a su atacante que también se defendía, dejando ruidos y balas dispersadas al ser usados los casquillos de las mismas herramientas, iban y venían ambos se protegían de un lado a otro. En ese mismo proceso sin desistir, logra atravesar una bala en la pierna del hombre, gruñendo de dolor retrocedió a una esquina, pero abriéndole paso a ella para avanzar y eliminarlo.
La voz del hombre, se hizo notar aturdiendo sus oídos al estar a dos pasos de llegar a él.
— Vaya... por fin veo, al causante de todos mis problemas y no es más que una Perra de porquería. — Bufo neurótico, dónde la mujer no dejo de apuntarlo.
— Soy tu desgracia Santino Rizzo, o te digo mejor el "León". — Pauso, anticipando el arma, para soltar la bala tan esperada.
El hombre se carcajeo sorprendido por escuchar su nombre real, y que nunca fue mencionado, desde hace más de quince años; cuando dio sus inicios en el mundo oscuro de la mafia y todo lo que debía hacer, para escalar y ser lo que ahora es... dueño del imperio, más grande de dos países que lo tienen como el mismo héroe siendo su Rey.
— No puedo entender, ¿como una mujer tan sexy, pretenda matarme? — hizo la pregunta, pero ella negó riendo, dentro de sí misma.
— Simple pedófilo, sicótico, ególatra y basura inmunda; es mejor borrar a gente de tú calaña de esta tierra, no la merecen solo la contaminan. — escupió con molestia, mientras continuaba riéndose el aludido.
— Puede que sea todo eso, y más dulzura. — Se detuvo y ella hizo una mueca de disgusto. —, pero no moriré en tus manos, antes te mataré yo. —
Acto seguido, saco otra arma que tenía escondida en su tobillo derecho; pero ella no se inmutó solo tomo otra opción, pateando el arma de su mano y quedando otra vez en su posición disparando sin titubeos en su mano, haciéndola sangrar con un agujero en el medio y el líquido carmesí, recorriendo por su pierna herida; hasta llegar al suelo sucio del lugar.
El dolor seguía torturando a su objetivo, dejando que brote una sonrisa de lado saboreando su momento, pero no podía darse el lujo de distraerse ese era el peor enemigo, miro todo el lugar percatándose que nadie podía molestarlos fue su plan, sin inocentes cerca y menos personas, que ella debía mantener lejos como los uniformados de color azul y rojo llamados policías.
Se le acercó; hasta estar cerca de su cuerpo, pero estando desde arriba lo miraba con suficiencia; pero Santino alias el "león" la detallaba con odio al estado más puro, de querer matarla o mejor aún violar su delicioso cuerpo para así marcarla y asesinarla; sin dejar rastro de su vida. No obstante, fue interrumpido por el sonido de una bala al aire, dado por ella.
— Maldita seas... piensas darme lata o qué; si eres tan valiente termina tu trabajo sicaria o debería decir Belicosa. — Volvió a sonreír, dejando su paciencia fuera de ella.
Volvió a soltar otro disparo, pero en medio de sus piernas asustándolo mirando a su captor, casi se despedía de su hombría; así que observó su lugar para hallar una salida que la veía muy lejos del otro lado del lugar para llegar.
— ¡Oh! TUM TUM TUM. — hizo un sonido juntando sus labios, entre sí, dejando ver su burla, por ese miserable.
— Vamos dulzura termina; pero antes ¿Dime tu nombre?, porque ese no es. —
— Lo sabrás, al ver este apellido en mi arma favorita. — Le enseñó un lado de la empuñadura de su arma; dónde las letras escritas en oro hacían relucirlo.
— ¡No puede ser! —
Esas palabras fueron el impulso perfecto, para dejar atrás lo que ahora es...
Continuará...
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Belicosa Bilogía I
Mystery / ThrillerMuchos quieren conocer la historia de está mujer, que dejo de ser una joven adolescente con sueños por cumplir; para abrirse paso en el mundo del crimen y mafias incluidas en dos Países potenciales como lo son: México y Turquía. Pero eso no termi...