Capítulo I

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Quince años antes...


  El hermoso país de México, se reflejaba con un agradable clima para todos sus habitantes y más en la capital; donde una familia hogareña, pero con buenas oportunidades le brindaba el amor y cariño a su única hija llamada Isla; ahora la joven estaba en la secundaria, siendo la mejor de su clase, querida por sus amigos y no es para menos su belleza se reflejaba a todo el que la mirase pasar.

Por su parte, le tocó clases extras de idioma portugués con su profesora Daniela y como ama ese idioma, no iba a decir que no. Dónde pudo llegar y sentarse cómodamente junto a sus diez compañeros que también le gustaba la asignatura, con el cuaderno y lápiz en mano detallo el sonido de su teléfono recibir un mensaje, enseguida lo saco del bolsillo de su bolso; para ver lo que decía.


Isla no te quedes hasta tarde, hoy hay cena especial y mamá se pondrá molesta si llegas tarde. — Papá.

Solo negó sonriendo de lado, por la actitud de su padre en cuanto a las cenas familiares, que hacían cada día era una tradición por parte de ella, su Tía era venezolana que le brindo ese amor y nunca le faltó; pero lastimosamente falleció de un cáncer en el páncreas al saber su estado; fue muy tarde y ella decidió disfrutar el tiempo que le quedaba junto a su Madre y bisabuelos. Ya que nunca tuvo el placer de conocer a sus abuelos, desconoce el ¿por qué oculta esa información? Pero lo deja estar, al mirar sus ojos cristalizarse e irse a dormir.

Dejando de lado ese triste pensamiento; Isla se enfrasca en su clase, al ver llegar a su maestra algo sudada por correr y dejar sus cosas en el escritorio para dar comienzo. Así fue, como paso casi dos horas, dónde les dio un examen sorpresa, sobre hacer una historia, pero escrito en portugués culminando con ello.

Al estar fuera del aula, logra encontrarse con una de sus mejores amigas Lily, que enseguida la toma del brazo como siempre hacen al verse y comienza a darle los últimos acontecimientos del día.


Isla ¿Qué tal la clase de portugués? — le pregunta, viendo al frente y chicos le guiñan ojos a ambas.


— Lo normal amiga, además que tal matemáticas para ti. — le dice, pero ella niega; haciendo una mueca.


— ¡Fatal! Sabes que soy mala, y el profesor panzón ¡no ayuda en nada! para que la curse, sin tanto agobio a mi mente. — le respondió, frunciendo los labios y ella reírse por sus gestos.


— Bueno tendrás que estudiar y listo no te queda de otra Lily. — ofreció, y ella bufo por lo bajo.


— Mejor cambiemos de tema, que te parece si nos quedamos al finalizar la clase, para ir al gimnasio de baloncesto y ver a los chicos. — recomendó pícara, deteniéndose casi cerca de llegar al jardín.


— No quiero Lily, sabes que Rafael gusta de mí y quiere conseguir la más mínima oportunidad, para tomar lo más preciado que tengo. — Objeto mordaz, y la aludida ampliar su mirada.


— ¡Oh vamos Isla! Los chicos suelen hacer eso; para llamar tu atención, pero después se les quita, créeme Gustavo no es así. — Defendiendo a su querido novio.

Siguió caminando dejándola allí, pero ella la tomo del brazo volviendo a detenerla.


— Vamos Isla. — insistió.

Belicosa Bilogía IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora