Capítulo XXIX

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   Habían pasado tres meses de ese encuentro; Liam estaba preocupado por el comportamiento de Isla, para él no pasaba de lado, que ella se ausentara en dos horas, buscaba la forma de saber y se encontraba con un muro tan fuerte, que solo declinaba volviendo a su trabajo. Sin embargo; el entrenamiento lo ponía alerta, había dos misiones que el jefe Atticus, le estaba dando en dos países distintos, uno era Francia y la otra Escocia, le pareció extraño el segundo país, siendo uno de los más pacíficos, pero según su gran jefe no lo era del todo por la mafia escoces, todo esto meditaba al tomar unas pesas de un kilo y darle ejercicio a cada brazo estando de pie y mirando al amplio espejo.

En eso siente unos pasos, como todo soldado gira su rostro encontrando a una mujer de cabello castaño, ojos claros y cuerpo definido; según su criterio es hermosa, pero no es su tipo; apenas se da cuenta de su rostro, en donde detalla que estaba buscando ¿algo de él?, negó para sí volviendo a su rutina.


— ¿Por qué tan solo Liam? Es seguro que la tonta esa, te ha dejado otra vez. —Hablo con sorna la mujer, pero él siguió haciendo sus ejercicios.


— No tienes nada que hacer Olivares. —Decidió responder, para dejar las pesas en su sitio y tomar su termo de agua para refrescarse.

La mirada de la chica iba en aumento, detallando las proporciones de músculos que posee Liam, tanto que ha soñado con tenerlo en su cama muchas noches, nunca pensó en su vida que ese hombre, la tendría inquieta como ansiosa, por eso odiaba a Isla por tener el privilegio, que ese espécimen la busque, desee y hasta obtenga su protección; algo que ella quisiera poder obtener.


— Ya dejaste de verme, o quieres seguir haciéndolo Olivares. —Aclaro serio, evidenciando que la chica salió de su trance mental.


— ¿Por qué eres así conmigo? Yo puedo hacerte feliz, tanto que ambos saldríamos ganando Liam. —Comento sonriendo, al momento de acortar la distancia entre ambos.

Para ese momento Nohán, estaba de pie con su toalla alrededor de su cuello secando su rostro; pero seguía sudando, llevaba entrenando más de una hora antes de salir a misión esa noche, así que al tener a esa castaña delante de él tocando su brazo, solo la miraba acariciar sin decir nada; hasta que un carraspeo lo hizo prestar atención.


— ¿Los interrumpo? —Dijo la voz neutra de Isla apareciendo y con su vestimenta de deporte, dejando ver su piel tanto en abdomen como piernas.

Llevaba una especie de sostén deportivo en morado, con un short en negro junto a sus zapatos del mismo color, cabello recogido en una cola de caballo, dejando resaltar su fleco; haciéndola lucir sexy y dominante, pero al ver a esos dos muy unidos, la hizo enarcar una ceja mirando la quietud de Liam, por lo que sonrió de lado.


— Pues si estas interrumpiendo Yilmaz, Liam y yo estamos aclarando un asunto. —Comunico con astucia, sin dejar de tocar su pecho fornido agradándole la dureza de sus bíceps.


— ¡Entiendo! Los dejo seguir en su asunto, mientras iré a mi práctica. —Termino de decir, al pasarles por un lado.

Apenas dio cuatro pasos para ir al saco de boxeo, con sus cintas puestas para iniciar, sintió la mano de Nohán sobre su brazo atrayéndola a su cuerpo; cosa que rio por dentro, más cuando la tomo de la cintura para besar sus labios, dejando que todo a su alrededor deje de existir.


— ¿qué mierda? Pero...


— No hables más Olivares, ya dijiste el asunto y no me interesa, solo sigue tu camino. — Hablo de forma dura, detallando como su enojo crecía en su rostro.

Belicosa Bilogía IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora