Belicosa Bilogía I

Capítulo XV

    La mañana hizo su aparición; dejando que la luz se filtre por toda la habitación, solo un pequeño celaje que viene debajo del baño, indica que es de día, es cuando los cuerpos que ahora reposan en la cama no se han podido despertar, hasta que suena el reloj digital, de la mesita de noche que ella posee, lo hace haciendo que se mueva para apagarlo lo cual lo logra, al alejarse del cuerpo fornido que duerme del lado derecho, voltea su cuerpo el aludido por inercia y continuar durmiendo.

Por un momento, ella se coloca poco a poco de pie, para estirar sus extremidades que las tiene algo adormecidas, es cuando al mover su cuello se da cuenta, del hombre que está en su gran cama; enseguida frunce el ceño; pero al recordar lo que sucedió anoche, se relaja sin dejar de tener su semblante serio, así que al estar desnuda va directo a su baño privado, para darse una ducha relajante, siendo las seis de la mañana; dónde piensa ir a entrenar, es posible que tenga otra misión no la piensa perder, su meta principal al destrozar a cada uno de sus enemigos es dejarlos secos o pudriéndose con su propia sangre.

Sin más preámbulos; se metió a la ducha, abrió el grifo e inicio su lavado personal por cada área de su cuerpo; cuando llegó a su área íntima pudo notar algunas gotas de sangre y fluidos dentro, negó por lo bajo teniendo en su mente, que en el próximo encuentro, lo harían con protección. No obstante, al estar lavándose el cabello logra sentir por un atisbo leve, el aire de otra respiración cerca de su oído derecho, se volteo sin dudar; encontrándose con el hombre que hace poco dejo en su cama, pero ahora desnudo mojándose por los chorros, que salen de la ducha se quedó viéndolo, sin emitir nada de expresión en su rostro, hasta que la voz de él salió con fluidez, dejando ver cómo colocaba su mano en su hombro y acercarse para besarlo con dulzura.

— Günaydın, Belicosa'm (Buenos días, mi Belicosa) — Aclaró con sensualidad, al volver a ponerse de frente, sin dejar de deleitarse mirando cada parte de su cuerpo.

— Nohan'a gitmelisin; eğitmek zorundayım (Debes irte Nohán; tengo que entrenar. ) — Respondió de forma fría, que lo dejo serio enseguida, captando la indirecta.

— Ya veo... al menos déjame besarte antes, que te vayas. — pidió con naturalidad, no dejando entrever su molestia.

Se quedó viéndolo por unos segundos, sopesando lo que le pedía, hasta que al acercarse más a él, colocó sus manos sobre su cuello y se estiró un poco, hasta llegar a su oído, para decir una cortas palabras.

— ¿Y qué te detiene Liam?; solo bésame pero ahora quiero, que me folles. — Dio una orden, que al quedar en su posición de perfil, él solo sonrió con un deseo escondido en su interior.

— Trato hecho Belicosa. —

Eso fue todo lo que se requirió, para ellos entregarse mutuamente a una pasión desenfrenada que sus cuerpos calientes deseaban tener, mientras Isla disfrutaba de las arremetidas que le daba Liam al tenerla cargada y recostada sobre la pared de la ducha, solo ese espacio fue testigo del encuentro sexual, que ninguno dejo de sentir, hasta estar completamente saciados, sin dejar nada a la deriva.

(...)

Tres horas después, su entrenamiento fue culminado en el área de fuego cruzado, dónde se puso a hacer tiros a maniquíes de madera, con distintas armas y calibre de diferentes tamaños, con mayor balance al momento de ejecutarse, sin esperar a que el enemigo de un solo movimiento en su mirada, son una de las cosas que ha aprendido dentro de esa organización, además en Hungría pudo viajar a muchos lugares y conocer a personas del gobierno o bajo mundo, para así meterse en la mente de ellos, para buscar su punto débil, sacándolo a colisión sin dudar ni temblarle el pulso a la hora de matar.