Capítulo XXX

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     Las siete horas impuesta para llegar a Suiza se cumplieron, dejando al grupo de veinte hombres junto a ella en el punto de aterrizaje cada uno fue bajando de una inmensa colina y ella iba a la cabeza, pasando las áreas verdes estando en la zona sur de ese país, de igual forma el aire es frío que al trotar cada soldado botaba la estela de aire; por lo que al dar un recorrido de dos horas lograron llegar a su objetivo un gran laboratorio tenía por nombre (Mente Unida); lo pudo detallar en el gran letrero que llevaba consigo un jardín de flores, junto a su fuente, pero estaba protegida por rejas grandes en color negro y la seguridad era grande en todos los perímetros del laboratorio.

Isla pudo darse cuenta con sus binoculares de cada punto de encuentro, que tiene cada hombre armado, sonrió de lado dándose cuenta que hay un buen punto de acceso, por ello le dio la orden a uno de sus cadetes que está encargado después de ella, le señaló dónde deben avanzar cosa que él mismo hombre moreno asintió con un movimiento de cabeza, por lo que cinco hombres lo siguieron recibiendo la orden de su líder.

Por su parte Isla, se fue con otros cinco del lado posterior, analizando la zona que necesitan; los demás soldados se quedaron en el puesto que los mantuvo oculto analizando el objetivo, solo ha espera de nuevas órdenes que le fueran a dar, cosa que Isla aprovecho de marcar la pauta fueron a un sendero, casi cerca de la parte trasera, que según el mapa los lleva al área de los baños pidió distancia, para alcanzar a unos dos soldados que custodian el sitio, fue cautelosa y se fue acercando de a poco, sin esperarlos con solo su Kunai especial de origen Japonés, le dio directo a los soldados al pasarlos por su cuello sin detenerse solo un corte exacto, los cuerpos ya inertes los observo desde su posición; detallo la sangre que destilaba de cada cuerpo, elevo la mirada a un punto llamando a su escuadrón que apareció sin problemas.


— Equipo uno, al ingresar se pondrán en las posiciones que les dije, mientras acceso al piso tres. Será un intervalo de una hora al estar adentro ¡Comprendieron! — dio la orden de forma sería y el equipo estuvo de acuerdo con su dirección.


Fue así que después de unos veinte minutos, ingresaron sin problemas, dejando una docena de soldados de seguridad fuera, antes vieron las cámaras, pero uno de sus soldados hizo apagar las luces del mismo laboratorio; donde la alarma se encendió comenzando la hora rápida de Isla, que dejó a su grupo yendo al tercer piso, mientras tenía sus lentes de la oscuridad que uso en otras misiones anteriores, en este caso no podía faltar; llevando su arma cargada siendo una metralleta la que daría el show a sus enemigos. Por lo que al subir por las escaleras, logro llegar al piso tres, tenía los nervios de punta no era normal en ella sentir eso, más bien su mente era tan fría, ahora ¿había algo? que no dejaba de inquietarla lo dejo lado, pasando por un gran pasillo oscuro, detallo que un sonido provino del lado izquierdo, ahí se alertó al recibir un encuentro de un hombre grande de estatura la empujó; haciéndola caer al suelo, de inmediato se puso de pie buscando dar el primer golpe, pero el hombre la detuvo sonriendo con su hilera de dientes negros, negó para sí, sin temor ante su oponente que estaba imponente la tenía tomaba de ambas manos, pero no imagino que el juego se le voltearía al elevar su pierna estilo ballet golpeando su cabeza con sus botas duras para esos casos.

El quejido del hombre la hizo soltar sus manos, no dudo en proceder y comenzó a golpear su cuerpo, cara y estómago por partes iguales desequilibrando a su oponente; pero el mismo hombre como pudo se puso de pie, hasta atacar cosa que no contó, que ella sacó su Kunai y la clavo en su corazón de forma dura y sin contemplación alguna dando fuerte, porque el hombre se resistía miro a su derecha que el ruido traía a dos hombres más armados, soltó una grosería en su interior.


— Ahhhhh.... — el grito agudo, de su oponente la trajo de vuelta a su problema, negó en su interior al hacer una maniobra.

Belicosa Bilogía IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora