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— Gang.
YajaTzael hizo un movimiento con la cabeza para que JungHyung le informara lo que quería decirle. Por mientras siguió contando los rollos de billetes que había obtenido como intercambio de droga, así que una buena forma de contar rápido era solo pasar todos los billetes con rapidez y saber la cantidad gracias a su buena vista y buen estimulado cerebro. El cigarro entre sus labios ya estaba a punto de terminarse y no quería buscar otro hasta que terminara de contar todos los rollos.
— ¿Ya tenemos lo que pediste?
— Te he pedido muchas cosas, entre ellas, que te mates y aquí sigues. Dime qué específicamente.
— A Min Zael.
Tras escuchar ese bonito nombre, aventó todo lo que estaba contando contra el piso y sonriendo se levantó del sillón para acercarse a JungHyung en busca de informarse más más de Min Zael, el tipo que por meses ha estado siguiendo por diversos motivos. El primero y más importante; porque tenía un buen culo y moría por comérselo enterito, el segundo; porque ese tipo es tan escurridizo como un gato arisco y todas las veces que intentó atraparlo, el maldito burlaba a sus hombres y acababa escapando. El tercero; porque conocía al jefe de la mafia china y necesitaba hacer negocios con ese viejo, entonces él podría ser el perfecto conecte.
— ¿Tú lo atrapaste?
— Fueron mis hombres. Recuerda que me habías mandado por la nueva mercancía.
— Cierto... Y dime, ¿estuvo difícil agarrarlo? ¿Los golpeó? ¿Intentó matarlos? ¿Puso resistencia? — Cuestionó — ¿Lo trataron con delicadeza? ¿Lo secuestraron de la forma más humana posible, sin usar la violencia?
— Pues, luego de tantos intentos fallidos y golpes traumáticos, se dejó agarrar cual cachorro mansito — JungHyung respondió — No utilizó la violencia, no renegó y no intentó huir, al menos eso me dijeron mis hombres. Él ahora está en el cuarto oscuro.
YajaTzael en serio que no podía creer que luego de tanto tiempo, luego de tantos hombres perdidos o traumados por las agresiones de Min Zael; al fin haya llegado el bendito día en que lo tendría en su poder, en el que lo haría suyo y no lo dejaría escapar por nada del mundo, así tuviera que encerrarlo de por vida. Le estaba valiendo siete mil hectáreas de verga si su hermano mayor y jefe del FBI, Park JimDae, acababa convirtiéndose en su enemigo por querer lo que alguna vez fue suyo.
— El que se fue a la villa perdió su silla.
Probablemente obtendría serios problemas con ese hombre, porque si de por sí se lo traía entre ceja y ceja con eso de que estaba queriendo agarrarlo para hundirlo en la cárcel, ahora que se enterara de que estaba pretendiendo a quien en su momento fue su pareja de años; lo iba a buscar por mar, cielo y tierra para matarlo directamente. Evidentemente, eso le valía mierda y si tendría que pelear por Min Zael, lo haría sin sangre en las venas.
