𝐂ᴴᴬᴾᵀᴱᴿ ᵀᵂᴱᴺᵀʸ ᵀᵂᴼ

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— Listo. Estás quedando tan precioso.

— Estás mal.

— Tal vez, pero no estoy tan mal como tú que me amas.

Eso ya lo sabía JiMmy. Siempre ha sabido que tener sentimientos por YoonGi jamás fue sano o bueno, pero a veces el corazón era tan estúpido que simplemente no entendía de razones o motivos si de ello dependía sufrir por amor y el suyo, lamentablemente, era un amor tan irreal y lleno de fantasía; de ilusiones que se quebraron al primer golpe y a la primera bala a matar un corazón que seguía latiendo por su asesino. Claro que le dolía cada rincón del alma saber que la persona que amaba había matado a su familia, que se había obsesionado con locura por su hermano mayor y que a él lo lastimó a tal punto en el que una mano arriba lo hacía temblar de miedo ante los traumas y psicosis, pero a esas alturas ya no podía hacer nada para cambiar los sentimientos o pensamientos que resultaron ser más tercos que él.

— ¿Sabes una cosa... JiMin?

— ¡Que no soy JiMin! ¡¿Por qué no lo entiendes?! ¡No soy él!

Devastado bajó la cabeza sin querer seguir viéndose en ese espejo en donde ahora veía a JiMin por culpa del inhumano que estaba de pie detrás de él, el mismo pedazo de imbécil que le había teñido el cabello a uno rosa en tono algodón de azúcar; dejando en el abandono el color púrpura que por tanto tiempo pudo diferenciarlo de JiMin. Estando amarrado en esa silla fue obligado a levantar de nuevo la cabeza cuando YoonGi lo agarró del cabello para que se viera nuevamente frente al espejo y nunca en su vida sintió tanto miedo como en ese momento en el que ese tipo lo estaba viendo con una sonrisa maliciosa y desfigurada mientras pegaba la mejilla a la suya de una forma tan brusca que su miedo solamente pudo ir en aumento.

— Tienes razón, no eres él. JiMin no es débil y jamás se habría atrevido a llorar frente a mí... así como tú, JiMmy — YoonGi se burló — Pero eso se puede cambiar, ¿cierto? Tú puedes cambiar por mí y aceptar que te tengo.

— Tú te fuiste muy lejos, YoonGi. Te dije una y mil veces que yo te iba a amar con todo el alma, ¡pero decidiste poner los ojos en alguien que jamás te iba a amar! — Masculló — ¿En serio piensas que él querría algo contigo si has matado a toda su familia? ¡Ya puedes rendirte, Min! Él nunca va a estar contigo.

— Pero si ya lo está. ¿Es que no lo estás viendo? Está frente a ti.

Él negó entre lágrimas de pánico y miedo que no podía ocultar por más que hacía el esfuerzo, porque es que estaba tan asustado de YoonGi y se sentía escéptico ante lo que podría hacerle pensando en que era JiMin. Estaba profundamente asustado de no salir nunca más de ese lugar y de pasar el resto de sus días en manos de un maldito demente que solo buscaba hacerle daño a cualquier costo y, aunque al menos le consolaba saber que JiMin estaba muy lejos de ese depredador, aun así estaba atemorizado por lo que a él le tocaría sufrir como consecuencia por ser quien más parecido tenía con JiMin.

— Por favor, YoonGi, déjame ir. ¡¿Qué más quieres?!

— ¿Es que ahora sí quieres irte? ¡Hace poco hasta me rogaste por quedarte a mi lado!

La paciencia de YoonGi solamente llegó a su fin y su excelente buen humor también, por lo que lo sujetó con brusquedad del cabello y lo observó mediante el espejo con un furia imparable de la cual se dejaba influenciar. Estaba loco, pero claro que sabía que él no era JiMin e incluso así había querido fingir que lo tenía para estar en paz y en calma, mas sus gritos y llanto lo hicieron entrar a la realidad de golpe en donde supo entonces que jamás podría ser feliz así tuviera un maniquí del verdadero Park JiMin; de la única persona que había podido amar durante toda la vida y por la cual ha hecho de todo con tal de tenerlo aunque sea por unos minutos.

𝐈ᴺᴴᵁᴹᴬᴺ. (ᴛʀɪʟʟɪᴢᴏs ᴘᴀʀᴋ x ʏᴏᴏɴɢɪ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora