𝐂ᴴᴬᴾᵀᴱᴿ ᵀᴴᴿᴱᴱ

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— A mí no me metas en tus cuentos.

YajaTzael miró a su hermano gemelo, Dael, lo miró negar con el cigarro entre los labios, mientras acomodaba de nuevo las cartas para volver a jugar como lo habían estado haciendo desde hace una hora. Había tenido meses de no ver a ese tipo de ojos heterocromos, pues se había ido al extranjero a un seminario por ser uno de los mejores médicos del país y ahora no podía evitar verlo como con adoración, cariño, amor.

— Ni bien me bajé del avión y enseguida los policías intentaron esposarme por tu maldita culpa.

— A ver, maldito cínico, ¿y por qué es mi culpa?

— ¿Cómo siquiera te atreves a preguntarme eso, bestia? ¡Creyeron que yo era tú y que tú te estabas haciendo pasar por mí! — Dael respondió — ¡Casi me sacan los ojos, maldita bestia! Habían creído que yo siendo tú, que me estaba haciendo pasar por mí, me había puesto ojitos de colores para despistar.

— ¿En qué nivel me tienen?

YajaTzael negó, sintiéndose muy ofendido sirvió un par de tragos más para darle inicio al siguiente juego de cartas mientras pensaba en que los del FBI habían cometido un grave error metiéndose con su hermano gemelo, más porque el jefe era Park JimDae, el mayor de los tres. Ese tipo siempre había sido el enemigo de ambos, porque ponía el trabajo por encima de la familia y eso era un pecado.

— ¿Me vas a ayudar esta vez, precioso? Quédate aquí, conmigo.

— Regálame al librito de bolsillo y lo pensaré.

— Mámala.

— Entonces no hay ni verga, egoísta de mierda.

Él le sacó el dedo al menor, porque es que le jodía la existencia que ha pasado toda la vida intentando quitarle al menor de sus trillizos, a JimSi, y le jodía más saber que ese maldito honguito parecía tener una preferencia entre los dos y que quería más al tío que al papá. Sabía que JimSi, de su parte, hace mucho que se habría ido con Dael por la dis que conexión que tenían, una más allá de tío y sobrino.

Pamplinas.

— ¿Yo soy el egoísta? Mira, animal...

— No me vengas con mamadas.

— Mamada la que me harás si sigues...

— Cállate, cállate...

Los dos habían tenido planeado discutir hasta que los golpes iniciaran como generalmente siempre pasaba entre ellos, porque es que eran más cavernícolas que humanos y eso se sabía desde hace mucho, pero ése no era en sí el detalle, el detalle en sí era que ambos tuvieron que cerrar la boca cuando escucharon unos extraños gritos desde afuera de la sala principal, que es en donde ellos estaban justamente.

— ¿Qué es eso?

YajaTzael fue el primero en ponerse de pie y el primero en dejar caer al piso la copa de bodka, el cual terminó escupiendo luego de que Koa y JungHyung aparecieran en la sala como si se hubieran metido a una pelea callejera o como si hubieran intentado asaltarlos, porque se veían todo magullados y golpeados a nivel extraordinario, pero más que golpeados se mostraban traumados.

Koa tenía el labio partido y la nariz manchada de sangre, lo que parece que fue el que menos golpes se llevó. JungHyung no corrió con esa maldita suerte, ya que tenía el ojo morado, el labio partido y miles de rasguños en toda la cara y en los brazos, como si hubiera sido atacado por un grupo de leones hambrientos que querían comérselo vivo o bien torturarlo.

Ahora, el actor de tremenda salvajada era el tipo a quien tanto había deseado agarrar, el mismo por el que había cogido ansiedad por tenerlo en su cama y hacerlo suyo sin importar que antes fue de su hermano mayor. El tipo agresivo era Min Zael, la fierita que estaba sobre los hombros del traumado de JungHyung, repartiendo maldiciones, gritos furiosos y millones de rasguños. Además de que había agarrado a Koa de las greñas mientras le decía hasta de lo que posiblemente se moriría, que era en sus manos por intentar cazarlo cual bestia.

𝐈ᴺᴴᵁᴹᴬᴺ. (ᴛʀɪʟʟɪᴢᴏs ᴘᴀʀᴋ x ʏᴏᴏɴɢɪ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora