𝐂ᴴᴬᴾᵀᴱᴿ ᴺᴵᴺᴱ

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— ¡Me estás lastimando, bestia!

YaZaelly, ya hasta la verga de tantos gritos y quejas, acabó perdiendo el granito de paciencia que tenía y entonces dejó caer a Dereck directo al piso, sin ser delicado o considerado. Había sido un largo viaje y en cuanto bajó del avión, habían intentado matarlo como dos veces y eso lo puso de suficiente malhumor como para callar a ese chico a punta de golpes.

— ¡¿Quién te crees, bestia?!

Dereck se apoyó contra la pared y entre lágrimas se sujetó el brazo porque, tras caer al piso, llegó a lastimarse el codo y parte de las caderas. Asustado observó el lugar en donde estaban, tan solo era un cuarto oscuro y pequeño, sin muebles y sin ventanas. Era tan silencioso que hasta podía escuchar escuchar propia respiración y eso lo estaba asustando más, además, la mirada de YaZaelly lograba intimidarlo mucho.

Cohibido se pegó mucho más a la pared, con la respiración agitada observó cómo ese chico se sacaba un cigarro para, seguramente, quitarse el estrés del viaje fumando. Él apartó la mirada, porque se sentía pequeño estando frente a ese tipo y la forma en que recorría su cuerpo lograba hacerlo sentir como nervioso y avergonzado, más porque el imbécil era muy atractivo.

— Tú te vas a quedar aquí hasta que tu papi nos contacte.

— Ya te dije que no esperes mucho de su parte. Yo... no le importo.

YaZaelly alzó una de sus cejas, sonriendo de forma burlesca se acercó a él y en silencio lo agarró del mentón, ejerciendo tanta fuerza que le sacó quejidos de dolor, pero eso pareció no importarle a ese sujeto, porque más bien seguía sonriendo como si su sufrimiento fuera objeto de burla. Trató de soltarse, sin embargo, ahora también fue sujetado del cabello y ese cuerpo se pegó al suyo hasta dejarlo completamente encerrado y todavía más intimidado.

— ¿Sabes qué podría pasar si tu padre no reclama por ti?

— No me toques...

Cerró los ojos, con el corazón a punto de salirse de su pecho es que sintió la respiración de YaZaelly sobre su cuello y le provocó tantos escalofríos que por mera inercia terminó sujetándose de esos fuertes brazos. Su cuello comenzó a ser aspirado, como en busca de grabarse su aroma y le agitaba más la respiración que esas manos hayan tenido el atrevimiento de meterse bajo su camisa y entonces tocar su cintura sin antes preguntar.

— Si te portas mal, no dudes en que te mataré, pero si te portas bien, muñeco, no dudes en que yo también me portaré bien contigo — YaZaelly susurró — No quieras pasarte de listo conmigo, no busques huir de un lugar desconocido y no intentes atacarme, porque entonces estás muerto.

Se fijó en la forma en la que Dereck estaba, todo agitado y aparentemente gustoso de su cercanía, pero como no tenía tiempo de jugar con ese muñeco, lo único que hizo para devolverlo a la realidad fue estrellarle el humo del cigarro en la cara. Luego de esa acción, soltó una risa loca por ahí mientras Dereck tosía por el humo que se tragó gracias a él, entonces le dio un golpe algo fuerte en el hombro por portarse de esa forma.

— Eres un imbécil.

— Un poco, sí.

— Y muy odioso.

— Lo sé.

— Y muy presumido y arrogante.

— Y me fascina.

Dereck apartó la vista, todavía asustado intentó buscar una salida que pudiera sacarlo de ahí sin importar las tres advertencias que había recibido anteriormente. No sabía en dónde estaba, pero tampoco quería quedarse a averiguarlo o quedarse a esperar a que lo maten sabiendo que estaba con el hijo de la mafia más grande de Corea del Sur y, probablemente, de toda Asia.

𝐈ᴺᴴᵁᴹᴬᴺ. (ᴛʀɪʟʟɪᴢᴏs ᴘᴀʀᴋ x ʏᴏᴏɴɢɪ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora