𝐈ᴺᴴᵁᴹᴬᴺ. (ᴛʀɪʟʟɪᴢᴏs ᴘᴀʀᴋ x ʏᴏᴏɴɢɪ)

𝐂ᴴᴬᴾᵀᴱᴿ ᵀᴱᴺ

— ¿En dónde estará Mimi?

— Leyendo uno de sus aburridos libros.

— ¿Envidia de que él sí sabe leer y tú no?

JimSi se cruzó de brazos y serio se quedó en su sitio, porque la cercanía y el claro enojo de JiMmy no lo iban a intimidar cuando solo había preguntado lo obvio. Ese chico creía que por ser más alto que él podía intimidarlo y eso estaba tan lejos de ser así, estaba tan lejos de que JiMmy pudiera provocarle miedo con esas actitudes tan mierdas en donde se creía mejor y superior a los demás, pero más de JiMin.

— No te quieras pasar de listo. Podría sembrarte, ¿sabes?

— Intenta hacerlo.

— Pues, lo ha...

— ¿Ya están discutiendo?

Él se dio la vuelta tras escuchar la voz de su papá, pero a quien vio primero no fue precisamente a ese hombre, sino más bien a su hermano menor con cara de ser el mayor. Chillando corrió hacia YaZaelly y no dudó nada en lanzarse encima para abrazarlo con hasta las piernas y besar cada rincón de ese atractivo rostro, porque lo había echado mucho de menos y porque lo amaba demasiado.

— ¡Bebé, ¿cuándo volviste?!

— Mejor dicho ¿por qué volviste?

YajaTzael se sentó en el sofá, desabrochándose el saco volteó a ver a JiMmy por su comentario con tono desagradable y ese rebelde chico solamente se cruzó de brazos, acabó rodando los ojos y apartando luego la vista para no ver la estúpida escenita de amor entre sus dos hermanos, más porque nunca se ha llevado bien con YaZaelly y eso porque ese imbécil siempre caminaba con aires de grandeza, creyéndose mejor que el resto, creyéndose superior, un maldito dios inalcanzable cuando lo que pasaba en realidad es que los dos compartían exactamente el mismo carácter y temperamento, por eso siempre habían rozado.

— JiMmy.

— Mande.

— Saluda a tu hermano.

Tensó la mandíbula, con desagrado miró a YajaTzael por lo que le estaba ordenando tan estrictamente, con ese tono exigente y esa mirada amenazante que le decía el castigo que le daría y lo mal que le iría si no hacía lo que le ordenó. Además, todavía tenía heridas abiertas por la última paliza que le dio debido a lo que le había hecho a JiMin y, a parte, YoonGi lo había golpeado el día anterior solamente por celos, por haberse hecho ideas erróneas cuando solo había saludado a unos amigos.

Tomó la buena decisión de quedarse callado y hacer lo que se le había ordenado, así que en silencio se acercó a su hermano menor y alzó la mano para saludarlo con un apretón solamente. YaZaelly entonces bajó a JimSi y primero lo quedó viendo fijamente, pues ese labio partido y ese pómulo morado como que no le había gustado, también porque era extraño verlo con golpes cuando se sabía defender muy bien. Pensando en que tal vez fue producto de una pelea callejera, lo agarró del hombro y lo empujó contra su pecho para saludarlo con un abrazo, pues aunque el noventa y nueve por ciento del tiempo se odiaran y se la vivieran matándose e insultándose hasta con la madre que los parió, el uno por ciento se amaban.

— Pero... aquí falta alguien más, ¿ah? Un enano de cabello rosa, ojitos dulces y carácter suave.

— Cierto. ¿Han visto a JiMin?

Tras la pregunta de YajaTzael, JimSi acabó tensándose un poco y estaba buscando disimularlo, porque de seguro su hermano mayor se volvió a escapar de casa y estaba muy lejos de esos terrenos. Si YajaTzael se llegaba a enterar de que salió sin un solo escolta y de que estaba en cualquier lado sin protección, era obvio que lo iba a castigar peor de lo que castigaba a JiMmy, eso porque, aunque pareciera imposible, el más rebelde no era JiMmy, sino JiMin y nunca solía obedecer las reglas de YajaTzael.