Matrimonio es de 2

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"Déjame sentirte y abrazarte
Píntate la boca y ponte bell
Quiero verte así como eras antes
Deja el sufrimiento en el espejo
Coge tu cartera, yo manejo
Cómplice la noche de nosotros dos"

Hace un par de horas que estoy en la barra de este bar ahogando mis penas al alcohol, tratando de no llorar pero era inútil, el bartender solamente me miraba con una expresión de preocupación mientras me servía otro vaso de alcohol.

El líquido quemaba mi garganta, escuchaba el barullo del local, algunos bailan en la pista, otros metiéndose mano en las esquinas, pensando que nadie veía... Otros coqueteando y yo solo en la esquina de la barra.... Doy otra calada profunda a mi cigarro.

Quería olvidarse de todo, del dolor en su pecho, de no ser suficiente, ¿Porque le pasaba eso a él?

Quería olvidarse de todo, del dolor en su pecho, de no ser suficiente, ¿Porque le pasaba eso a él?

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Un hombre de buen ver, estaba a un par de mesas lejos de él, entre sus piernas teniendo aún joven quienes súplica que le permita hacerle una mamada, este casi acepta la petición de aquel joven, pero su vista se posó en ese angel castaño, sus ojos cristalizados por el llanto, el como desearía seré aquel cigarro que te llevaba sus labios.

- lárgate!!..- demando empujando el rostro de aquel joven lejos de su entrepierna

- pero... pero... quiero estar contigo...- chilló el chico al ser empujado y rechazado

El pensó que tendría una oportunidad de estar con aquel adonis griego, quien de vez en cuando iba a ese bar, todos los omegas, betas y hasta alfas se le insinuaban pero este los rechazaba, enojado observó hacia donde su miraba se guiaba, pudo ver a un Omega que estaba bebiendo en solitario, no negaría que era realmente hermoso pero se sentía celoso al ver cómo su presa se levantaba y caminaba hasta dirigirle un par de palabras aquel castaño, quien asintió para después sentarse a su lado.

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La mayoría del bar estaban asombrados de cómo el galán de galanes por su propio pie se había acercado a alguien, coqueteado con alguien... besado a alguien... de cómo coqueteaba y daba caricias sutiles al castaño, de vez en cuando sonreía, hasta que llegó en un punto donde se susurraban al oído, el mayor se levantó para tomar la mano del menor, este acepto con las mejillas sonrojadas, dejando un par de billetes en la mesa... ambos salieron del local para perderse en las calles con luces de colores.

"Y él te hace dormida
Y tú aquí en mi cama
Muertos de la risa
Y él no sabe nada
Yo no soy bandida
Yo soy una dama
Hicimos justicia porque en el amor el que la hace la paga"

Suelto un gemido al correrme por tercera vez, mi respiración es errática, siento los movimientos lentos entre mis piernas, el gemido de mi compañero quien se corre unos segundos después que yo...

Del Odio con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora