Soledad - Narrado por Monika

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"Por fin llegó el fin de semana" escuché cómo los otros alumnos anunciaban emocionados y con una alegría incomparable. Entré al baño y me vi en el espejo, para el resto de la gente mi rostro estaba normal, pero yo lo veía y me daban arcadas. No porque no me guste como era mi físico, sino porque no me veía igual que antes, era una persona completamente diferente sin Uma y eso que solo habían pasado unos minutos.

Amelya entró en el baño sin hacer el más mínimo ruido por lo que no noté su presencia. Me vio en el estado más deplorable por el que podía estar una persona como yo. Me di cuenta de que estaba allí por su reflejo en el espejo y la miré intentando disimular mi situación. No se molestó en hablarme, simplemente apoyó su mano en mi hombro y me miró de manera afectiva. Luego de unos segundos, respiró hondo y dijo:

-Contame lo que pasó allá en la biblioteca con Uma.- Amelya nos conocía muy bien a todas, a mí y a las otras chicas del grupo, ella siempre había sido como la mamá sentimental del grupo a pesar de yo ser la más grande y de que siempre yo tomaba el control de las situaciones e intentaba solucionarlas. Cuando a mí no me salían esos intentos de proteger al grupo, Amelya estaba ahí con la respuesta a la ecuación.

Le conté todo lo que había pasado entre sollozos hasta que una preceptora entró al baño y salimos de él. Caminamos hacia la salida mientras le seguía contando pero al ver a Iris afuera decidimos que luego iría a mi casa. Iris nos saludó familiarmente y Amelya intentó disimular lo que me estaba pasando, pero Iris también me conocía, aunque menos (ya que ella era menor que nosotras y la tratábamos siempre como una bebé, pero últimamente había estado más astuta de lo normal).

-Yo también te puedo ayudar Moni... ¿es algo de tu familia?

-Sí.- Dijo Amelya -Su gata se perdió y se encuentra muy mal.- Siempre me había preguntado cómo hacía para disimular tan bien e inventar historias falsas tan rápido.

Miré hacia abajo para disimular e Iris me abrazó.

-Tranquila, la vas a encontrar.- También me sorprendía cómo Iris podía ayudar tanto a los demás aún estando en su situación. Yo no podría ayudar a nadie en este momento, lo lastimaría inconscientemente.

Me fui por un lado distinto al de Amelya para que Iris no se diera cuenta de que ella venía a mi casa y luego nos encontramos en la misma. Ya allí, hablamos un rato más e intenté expresarme lo mejor posible aunque me costó demasiado.

-¿Vos decís que no me va a hablar más?

-Por cómo viene la cosa... yo creo que no. Pero no creo que eso sea lo que ella quiera. Pienso que ella va a dejar de hablarte por un tiempo ya que siente que no confiás en ella, pero no quiere dejar de hablarte, solamente se siente... traicionada.

No podía decir que no había verdad en sus palabras, no confiaba en ella y eso no le gustaba, a mí tampoco me gustaría si la situación sería al revés, pero Uma había creado ese audio por una razón, y todavía no la encontraba.

-Está bien que se dejen de hablar, es lo mejor para las dos.- No estaba muy segura de ello, me sentía super mal en este momento y no me quería imaginar cómo me sentiría luego de días, semanas o quizás meses sin hablarle, me destrozaría por completo. Y si era verdad lo que Amelya decía, si era verdad que Uma también se sienta así ahora, entonces ambas estaríamos mal hoy y en un futuro. ¿Eso tiene algún sentido? No.

-Bueno pero... la verdadera pregunta es, ¿Vos decís que fue Uma la que creo el audio?

-Yo creo que la respuesta es muy clara.- Dijo súper segura Amelya -El audio lo dice todo.

-¿No se puede editar un audio hoy en día?- Solté sin remordimiento.

-No sé, yo no tengo ni idea de como se hace.

-¿Y qué hay si alguien en nuestra escuela sí sabe cómo hacerlo?

Como suena una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora