Los días me pasaban cada vez más lento, una hora eran como 5 para mí. No sabía porqué pero siempre que miraba el reloj era como si el tiempo retrocediera. Buscaba distracciones, aunque nunca obtenía buenos resultados. ¿A qué se debía esto? Pues mi "mejor amiga" ya no creía en mí y pensaba que yo estaba lo suficientemente loca como para hacer un audio que lastimaría a una amiga nuestra. Solo eso. Debería estar aliviada.
Acompañé a Jojo a su casa y luego volví tarareando hacia la mía. Me preguntaba porqué me había dicho que la dejara en la esquina en lugar de ir hasta la puerta, pero no consulté por miedo a interrumpir algo importante. Un día después de eso, practicamos en el aula de música. Me di cuenta de que ella era muy buena cantando a pesar de no querer participar en el concurso. Habían tantas cosas que me llamaban la atención de Jojo. Me daba miedo; era tan reservada, como un cofre del cual su llave fue extraviada. Pero aún así, existía una cosa que estaba segura que se encontraba dentro de ese cofre; su atracción hacia Gema. No lo veía posible, pero intentaría que aquella atracción se convirtiera en amor. Por eso, ideé un plan.
Entonces al salir del recreo, vi que Jojo se iba rápidamente. No traté de pararla ya que aún no había agarrado mi comida, y luego de hacer esto fui a buscarla. Me sorprendió el hecho de que estuviera apurada por irse, pensé que podría haberla incomodado lo que le había dicho un día atrás.
Estaba concentrada caminando velozmente para salir del aula cuando choqué con alguien que estaba yendo hacia otra dirección.
—¿Qué te pasa?— Dijo una voz conocida pero no deseada, con un tono agresivo.
Moví mi cabeza para arriba mientras recogía mis cosas del suelo y me di cuenta de que la persona en cuestión era Gema. Me dio bronca. Estuve a punto de insultarla cuando Jojo apareció en mi mente. "No puedo hacerle nada, no quiero lastimar a Jojo" Pasaba por mi cabeza.
—Nada, no te vi.— Respondí conteniéndome.
—¿No te faltó algo?— Agregó Gema, al mismo tiempo que hizo una expresión de desagrado.
Me levanté completamente.
—No.
Así salí del aula caminando confiada, sabiendo que quizás no tendría que haberle dicho eso, pero ya lo había hecho; no tenía vuelta atrás.
Continué con mi misión y miré en todas las direcciones para encontrar a Jojo, chequeando el cartel donde había que escribir los grupos y las canciones. Me acerqué a ella, cuando se percató de que estaba ahí, le sonreí.
—¿Qué hacés?
—Estoy viendo las canciones de los otros.
—¿Alguna en mente?
—No, ¿Cómo se va a llamar nuestro grupo?— Preguntó aún mirando la tabla.
—No sé, podría ser una combinación de nuestros nombres. UmaJo.
Rió ante mi comentario.
—¡No, en serio!— Me quejé
—Bueno, pero ese no por favor.— Reímos durante un rato. Miré mi teléfono, faltaban 20 minutos.
—¿Querés ir a comer algo?— Dije luego de ver que Gema se dirigía al comedor con Lindsay.
—Un café me vendría re bien, Geografía me consume la cabeza.
Caminamos hacia la cantina y al lado el comedor. Jojo se pidió un café, extremadamente puro para mi gusto y yo fingí comprándome un sanguche.
—No puedo entender cómo te gusta eso.
—Dejame.
La llevé hacia la mesa donde "sorprendentemente" estaban Gema y Lindsay en la otra punta. Jojo me miró con sospecha.
—Podemos ir a la mesa de allá.— Dijo señalando una mesa vacía.
—Ya me senté, deja.— Respondí con familiaridad, ocultando mis intenciones.
Comimos durante unos momentos, que me aseguré que no fueran tan largos y luego, rezando para que Jojo no me matara, comencé la fase de experimentación.
—Gema, ¿Vos vas a participar en el concurso?
Ambas chicas me fulminaron con la mirada, me sentí atrapada. Los ojos verdes de Jojo que luego del recreo conseguirían culparme y el cielo celeste en los iris de Gema que me mostraban confusión y también superioridad.
—JA, obvio, y seguramente vamos a barrer con su grupito sin nombre.
A eso le siguió un silencio tenso, que amenazaba con matar a alguien en cualquier segundo. Hice sin consciencia una expresión de desagrado y traté de contenerla para que no se notara. Jojo se levantó de la silla.
—Me voy afuera.— Dijo mirándome de forma seria e intimidante.
La vi irse hacia el patio. Pensé que volvería, pero no lo hizo. Me levanté de mi asiento.
—Disculpen...— Les dije a Gema y Lindsay. Las dos me miraron confundidas y me fui siguiendo los pasos de Jojo.
Busqué con la mirada por todo el patio pero no conseguía verla; se sentía como si se estuviera escondiendo. Caminé y caminé, hasta que recordé que a Jojo le gustaba ir a la biblioteca y probablemente estaría allí. Volví por el camino de la cafetería, ignorando vergonzosamente a Gema y a Lindsay que seguían allí, para entrar por la puerta de la biblioteca. Esta me trajo una sensación familiar. Los acontecimientos de hacía sólo unos días en ese mismo lugar con Monika invadieron mi mente. Tuve que ignorarlos, porque ya estaba presenciando a Jojo frente a mí.
A eso le siguió un silencio largo e incómodo. No pude encontrar las mejores palabras por lo que lo único que salió de mi boca fue...
—¿Por qué huiste?
—Ya sé cuáles son tus intenciones, Uma— Su rostro me mostraba dudas, muchas dudas, y algo que no podía descifrar—. No, no va a suceder. Ella no... Es una mala persona, no puedo...
—¿No podés qué?— fingí que no entendía lo que estaba pasando por su mente, sólo quería que ella supiera que podía confiar en mí; que podía hablar.
—¡Ugh, dios! ¡Estar con ella!— colapsó, e inmediatamente puso una expresión de arrepentimiento. Un largo suspiro le siguió — Todo el tiempo me molesta, es un dolor de cabeza, y sin embargo se pasa las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana en ella.
—Pero... realmente la querés...
—No... no la puedo querer sin conocerla. Al menos, lo que veo, es una chica sin sentimientos, que molesta a todo el mundo y los juzga. A las únicas personas que deja en paz son a los de su "misma clase", ya tenes el ejemplo con Lindsay, su mano derecha... Esa niña millonaria arrogante que se asemeja a su nivel.— Hizo una pausa, alterada— ¿Qué no lo notás? Son gente clasista, presumida, no merecen la más mínima demostración de interés, ¡Y aún así la obtienen constantemente!
La angustia en su voz era notoria, demasiado para ser de Jojo. Joselyn Beth; una chica extremadamente reservada y seria con todos, a excepción de dos personas, Freya y Michael. Nadie sabía porqué, pero esa chica demasiado reservada y solitaria tenía mucho apego con esos dos estudiantes. Eran como sus hermanos. Reían y reían sin parar cuando estaban juntos, era otra versión de esta chica.
Reposé mi mano en su hombro, mostrándole apoyo. Esta se movió a un costado, rechazándola. Puse cara de perrito triste y Jojo negó con la cabeza, esbozando una sonrisa sin gracia.
—Jojo, quiero intentar entenderte... Después de todo, soy tu amiga.
Sus ojos se abrieron en sorpresa, aunque apresuradamente los entrecerró otra vez. Hubiera perdido cualquier esperanza de simpatía de no ser porque por unos segundos creí ver algo de comprensión en su rostro, cuyos ojos intimidantes se suavizaron. Cada vez que mencionaba algo que tuviera que ver con las relaciones, amistosas o sentimentales, Jojo se tensaba y dejaba de ser la misma de siempre, sino que podía notar una versión distinta de ella, una versión que quizás se fue hace mucho tiempo, y nunca quiera regresar.
—Ya... basta de sentimentalismo.— Reí ante su comentario.
—Si solo pudiéramos deshacernos de él...