Traición - Narrado por Uma

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"Me sentí tan mal. Seguía repitiéndome la pregunta: ¿Quién lo hizo? ¿Por qué? Nunca le hice ningún daño grave a alguien como para que me haga esto.
Claramente yo no hice ese audio, nunca diría eso de una de mis mejores amigas. Ella es tan buena y está pasando por un momento horrible y nunca me aprovecharía de ello. Cuando vuelva al colegio y se encuentre con un audio supuestamente hecho por mí diciendo esas cosas sobre ella y su mamá será lo peor, la conozco, se deprimirá mucho. Tengo miedo."

Estaba encerrada en mi habitación llorando en silencio cuando sentí que golpeaban mi puerta, me sequé rápidamente las lágrimas y fui a abrir. Cuando abrí, estaba Lily esperándome afuera, le dije que pasara y nos sentamos en mi cama.

-Gracias por venir acá, necesitaba estar con alguien.

-Sí, me sentí mal por vos, es horrible todo eso.- Recibí un abrazo cálido que me ablandó y lágrimas brotaron de mis ojos. Me sentí tan vulnerable que lo odié. Odio estar triste o sensible, yo no soy así, tengo que ser fuerte. El silencio le hizo saber a Lily que estaba llorando, miles de insultos pasaban por mi mente. "No quiero llorar, odio llorar."

-Está bien que llores, desahogate conmigo, vine para acompañarte. - Odio a Lily, porque siempre que me habla de algo personal es como si sacara todo mi lado sensible. Pero al mismo tiempo es reconfortante.

Se quedó un rato más pero como ya era tarde le dije que se fuera a su casa, además de que quería estar sola y pensar, pensar, lo único que me quedaba para estar bien, ¿no?

Pensaba, y pensaba, y lo que más me daba miedo era ir a la escuela al día siguiente y ver a Iris destrozada y no poder darle un abrazo porque estaría enojada conmigo. Pensé tanto y lloré más de lo que lo había hecho en mucho tiempo, cuando mi hermano mayor me maltrataba y me pegaba. Me obligaba a hacer las cosas que él me dijera, como lavar su ropa, armar su cama, llevarle cosas, etc., y si no lo hacía o lo hacía mal me golpeaba. Desde que él se fue y pude vivir con mi tía fui feliz, y me di cuenta de que no podía dejar que nadie más se aprovechara de mí. Juré que iba a ser muy fuerte y no iba a volver a llorar así y a dejarme maltratar. Empecé artes marciales por su culpa y ahora no puedo parar. Amo hacer deportes. Soy fuerte, y gracias a él. No sé si debería agradecerle. Tenía 6 años, no tenía que ser fuerte.

Esa noche tuve insomnio, dormí solo 3 horas, y por andar pensando en el audio y lo que pasaría al día siguiente. Cuando me desperté y escuché la alarma, me desesperé, tuve miedo, pero me levanté, sin ganas, y me preparé para la escuela.

Estuve parada más de 10 minutos frente a la entrada de la escuela. Alguien me habló. Me di vuelta para ver quién era y me paralicé; era Iris. Venía feliz. Se notaba que había estado triste los últimos días, tenía muchas ojeras y no parecía la Iris normal. Vino corriendo hacia mí y me abrazó.

-¡Uma! ¡Tenía muchas ganas de verte! ¿Qué hacés sola? ¿Y las demás?- Su tono de voz tan acogedor y feliz continuaba ahí, aunque sabía que no estaba bien, nunca iba a estarlo del todo. Se me vino el mundo abajo, escucharla tan feliz por verme y a las demás me puso tan triste que casi lloro de nuevo, pero como tenía que fingir delante de ella ahora, no lo hice.

-Es...tán adentro... andá a buscarlas, ya entro.- Mi tono de voz tan quebrado fue la prueba suficiente de que no estaba bien, pero Iris estaba ocupada pensando en otra cosa que no se dio ni cuenta.

-¿Y dejarte sola? No, vamos.- Me agarró del brazo y me llevó adentro con ella. Mientras caminábamos noté como todos me juzgaban de arriba abajo y hablaban de nosotras. Caminamos hasta la esquina y doblamos hacia la derecha, cuando nos encontramos con Monika y Amelya. Maldije en voz baja sin que Iris se diera cuenta. Ambas me miraron de forma amenazante y sorprendida.

-¿Iris? ¿Qué hacés acá?

-¿Cómo que qué hago acá, Mika? Vine hoy porque me sentía mejor. Vamos las cuatro al aula, dale.

Amelya me fulminó con la mirada.

-No, vamos nosotras tres, Uma dijo que tiene que ir al baño. ¿No es así?- Me miró para que diera mi respuesta.

-Ehm... sí, sí, después nos vemos Iris.

Esta me miró sorprendida y confundida pero me saludo amablemente y se fueron las tres. Tenía miedo de cómo sería la manera en la que Iris se enterara del audio. No quería que le dijeran porque sabía que lo harían de forma exagerada. No quería que se enterara.

Luego de la clase, me fui con Owen y Lily, quienes sabían lo que estaba pasando con Iris. Veíamos como esta nos miraba tristemente mientras salíamos por la puerta principal. Monika y Amelya la rodearon y se fueron por otra salida para no cruzarse con nosotras.

Odiaba ver al grupo tan distanciado y roto, jamás habíamos tenido una pelea de esta magnitud. La única pregunta que podíamos tener era... ¿Quién hubiera sido capaz de hacernos esto?

Como suena una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora