El domingo fue insignificante. Me la pasé estudiando y haciendo tareas para la escuela. Quizás fue el más aburrido de mi vida, no lo sé. De hecho, me hizo acordar a los fines de semana de cuando iba a aquella escuela imposible de superar. Según mis padres soy super inteligente, pero si seguía en ese lugar por unos días más mi cabeza iba a explotar. Pues me sacaron de esa escuela porque no podía más, estaba realmente cansada y no tenía tiempo ni para saber quién era yo en verdad.
Por eso cuando Xavier, en esa "cita", me dijo que quería ser mi novio y que estaba enamorado de mí me pareció... demasiado extraño. Apresurado, equivocado, rápido, inimaginable... todo eso. No supe qué decir. Es que, sí, Xavier me parecía un chico muy lindo y con una personalidad acogedora, pero nunca había tenido ninguna relación con algún chico y esto era muy rápido para mi gusto. Me sobrecargaba demasiado y me presionaba como no se dan idea. Xavier interpretó mi respuesta nula como un sí, por lo que siempre que me veía en la escuela me abrazaba y me llevaba con sus amigos. Quería cambiarme de escuela de nuevo.
Me desplomé sobre mi cama a penas volví de la escuela ese viernes. La semana había sido totalmente agotadora. El amor no era como me lo imaginaba. Cuando vi a Xavier aquel día pensé que él era el chico de mis sueños y que podríamos ser todo lo que nunca tuve. Pero esto era... diferente. Nada más que decir, solo diferente. Quizás demasiado para mí. Aún así, no tenía las agallas como para decirle. Se veía tan enamorado que no podía quitarle la ilusión así de rápido, me rompería el corazón más a mí que a él.
Ese domingo se sintió vacío. Quizás porque ya me había acostumbrado a que él esté sobre mí todo el tiempo y a tener alguna compañía. Es decir, si Xavier no me atrapaba y me llevaba con sus aburridos amigos de basket, yo iba con Iris, Amelya y Monika. Ellas me trataban tan bien que todavía no lograba descifrar cómo alguien podría haberles hecho eso y arruinar su tan pacífico grupo de amigas. Uma... sobre ella no tenia una opinión concreta. No la conocía, ni tampoco podía decir si le creía todo su juego de que "ella no hizo nada". Pero aún así, no podía dar por sentado que ella era la culpable. Yo, Sarah Collins, iba a descifrar lo que realmente le había pasado a este grupo de amigas y el porqué alguien decidiría hacerles esto. Las veía como unas buenas chicas, pero no podía decir si ellas habían hecho algo anteriormente como para que alguien decidiera arruinarlas en este momento. Es decir, ¿por qué no antes? ¿Por qué ahora, justo cuando a una de ellas le pasó algo trágico? Quién sea que haya sido, era alguien inteligente.
Para poder descubrirlo, tenía que acercarme a cada una de ellas. A Amelya, Monika e Iris ya las conocía más o menos, pero con Uma, Lily y Owen nunca había hablado. Solamente a Lily la había visto un par de veces y habíamos compartido algunas palabras. Pero por eso tenía que hablar con ellas e investigar más sobre el asunto.
Me desperté temprano, me cambié, me peiné bien y salí para el colegio. Empecé a pensar en con quién hablaría primero y cómo haría, ya que como últimamente me juntaba con Amelya, Iris y Monika, sería complicado ir con las demás sin que ellas se enteraran y pensaran que les estaba jugando una broma o les cayera mal por eso.
A penas entrar a la institucion vi a Xavier charlando con sus amigos antes de que toque el timbre. Pasé por al lado de ellos sin hacer ruido y luego doble por el pasillo para que no me vieran. Lamentablemente no funcionó, ya que el gritó mi nombre y yo me tuve que dar vuelta. Se acercó corriendo hacia mí y me dio un abrazo corto.
—¿Cómo estás?
—Bien.— Digo, algo incómoda.
—¿Qué materia tenés ahora?— Preguntó, ya que él y yo no estábamos en la misma clase.
—No recuerdo, me voy a fijar.
Escapé hacia el baño sin que me viera Xavier y ya adentro suspiré.
—Veo que no va todo muy bien que digamos— Dijo una voz femenina aguda que se me hacía familiar.
Levanté la cabeza para ver a Lily con las manos en los bolsillos de su pantalón gris y una expresión amigable.
—Al parecer tenía razón; te gusta Xavier.— Extendió su mano hacia mí y la tomé.
Me quedé callada por unos segundos mientras me miraba al espejo. Estaba muy indecisa sobre si decirle o no la verdad a Lily, quién parecía ya imaginarse por donde iba la cosa por su expresión cómica.
—No me gusta que esté sobre mí todo el tiempo...— Confesé, inmediatamente me sentí mal, sentí que había contado algo que no debía y que Xavier se enojaría conmigo o se deprimiría.
—Entiendo, debe ser abrumador. Especialmente para alguien que nunca tuvo algo así con nadie.
—Espera, ¿Cómo...?
—Tengo mis contactos, además soy una persona que ve y escucha todo, no soy tonta— Me interrumpió la chica rubia—. A veces se me escapan cosas, pero creo haber oído algo sobre la chica pelirroja inteligente del A.N.T. que pasó las olimpiadas de matemática sin ningún apuro.
Me quedé congelada. No quería que todos supieran sobre mí pasado en Ántrax, eso me haría ver como alguien que no era, alguien "superdotada" como decían mis padres. La verdad era que quizás sí, era inteligente, pero eso no quiere decir que haya sido feliz en aquel lugar.
—¿Todos saben... quién soy?
—Supongo que sí, aunque yo no esparcí nada. Esto está en todos lados, todos quieren saber más acerca de la chica intel...
—Okey... ya entendí. — Interrumpí, esta vez yo.
Se produjo un silencio extraño que dejó sin palabras a ambas durante más segundos, hasta que sonó el timbre que probablemente nos haya salvado a ambas.
—¿Vamos? Ahora tenemos con la de biología que si no llegamos a tiempo nos pone falta— Creo que mi rostro expresó confusión —Ah... claro... bueno después te explico, ¡Vamos, dale!
Las siguientes horas fueron agotadoras. Xavier se sentó conmigo, fuimos juntos al recreo, comimos juntos, salimos del aula juntos, hasta que por fin estuve sola en la puerta de salida, cuando Xavier ya se había tomado el colectivo para irse mientras yo esperaba para irme caminando. Fue un alivio sentir algo de aire corriendo al rededor mio luego de haber tenido a alguien tan cerca durante todo el día. Me senté en un escalón. Suspiré, cuando alguien se sentó a mi lado.
—Lily me dijo que estás complicada con ese pibe — No levanté la mirada al notar por dónde iba la conversación —. No te preocupes, te puedo ayudar. El chabón es insoportable. Se hace el buenito al principio y después te tira como basura.
Suspiré de nuevo, cansada de toda esta situación.
—Todo esto es información confidencial, eh. Lo sé porque Lily estuvo con él hace un tiempo y fue horrible.
Al escuchar el nombre de la chica rubia levanté la cabeza y vi a una persona que no reconocía del todo. Se me hacía que la había visto antes pero no lograba reconocer el nombre a través de sus ojos verdes.
—¿Vos sos...?
—Uma, voy a tu misma clase. — Me tensé en mi asiento — Creo que ya habrás escuchado sobre mí — Siguió con una leve risita.
No supe qué cara poner y me encontré mirándola o fascinada o aterrorizada, no sé.
Ahora, la que suspiró fue ella.
—No te preocupes, no muerdo. Ya sé qué es lo que escuchaste, pero eso no importa ahora. Lo creas o no, no soy una mala amiga — Miró hacia el frente ignorando mis ojos. —. Espero que vos, como una nueva estudiante que no sabe nada acerca del asunto, logre descifrar la verdad de todo esto. Cuando lo hagas, vení a hablarme.
Con eso se levantó y empezó a caminar hacia el frente. A pesar de que me levanté también y grité;
—¡Uma!
Ella no se volteó ni me dio ninguna respuesta, solo se fue hasta desaparecer de mi vista.