Cuentas pendientes

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Y llorar, y llorar.
No sirve de nada ahora que te perdí.
Te quiero recuperar.
Ven, sálvame.
Despiértame, rescátame,
Del sufrimiento.

Llorar - Jessie & Joy ft. Mario Domm

El salón estaba en llamas. Había gritos de espanto resonando en compañía del toque incesante de la campana y una cortina de humo y fuego atrapándolos en su calor sofocante.

Lan XiChen tan solo se arrodilló frente a la entrada y esperó, sin apartar los ojos de los treinta y tanto ancianos atrapados entre las llamas, a que la muerte cosechara su vida.

Cuando parpadeó, el sueño se dispersó y retornó a la realidad.

Se incorporó en la cama y suspiró. Estaba cubierto de sudor y sentía la mandíbula adolorida, seguramente estuvo apretando los dientes mientras los recuerdos lo acosaban a modo de sueños.

Son las cuatro de la madrugada, lo que significa que tendrá que obligarse a dormir nuevamente a pesar de la pesadumbre que hay en su corazón.

, a veces siente culpabilidad por lo que hizo. Es consciente de que, a causa de sus crímenes, perdió por completo la confianza y aprecio de Lan QiRen pero, ¿quién podría culparlo?

Fue manipulado, engañado y traicionado por los miembros de su secta. No le dieron tregua y, semejante a una bomba de tiempo, él simplemente estalló y se perdió en la locura.

Ya no importaba la reputación, Lan XiChen simplemente destruyó la cinta de su frente y abandonó el Receso de las Nubes dispuesto a cazar a todos los que le causaron daño tanto a él como a Jiang Cheng.

Aún así, no halló paz.

Como último acto de expiación, Lan XiChen prendió fuego al salón principal, con él y el consejo de ancianos encerrados dentro.

Murió de forma tortuosa pero con la satisfacción de escuchar a todos esos viejos decrépito clamar por ayuda y perdón.

Decidió abandonar la cama para conseguir un vaso con agua. Ignoró por completo la habitación donde su madre dormía, pero no pudo librarse de la presencia de Wei WuXian y Lan WangJi, quienes se encontraban en la sala observando la televisión.

—Padre estuvo aquí —Lan WangJi le informó—. No pudo quedarse, regresó a Gusu.

Lan XiChen asintió, seguramente le esperaba una reprimenda por lastimar a su hermano menor pero ya está acostumbrado a ser una gran decepción.

—Debiste regresar con él, no necesito niñero —Lan XiChen declaró retomando su camino hacia la cocina.

Por supuesto, Wei WuXian lo persiguió hasta allí.

—XiChen-ge, ¿pretendes quedarte en Lanling?

—No lo sé —mintió. Sí, planeaba quedarse.

—Queremos ayudarte, XiChen-ge.

Esta declaración lo hizo reír. —Entonces no estorben.

—Yo también deseo recuperar a Jiang Cheng —Wei WuXian dijo, posando una mano sobre el brazo de Lan XiChen.

—¿Es así? Pues te noto muy quieto, Wei WuXian. ¿Estás esperando que Jiang Cheng aparezca por arte de magia delante de ti? No seas absurdo.

—No sé por dónde comenzar —confesó—. Pero ten la seguridad que deseo ayudarle.

La Triada RepudiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora