La trampa

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Me traicionaste
Y sé que nunca me dirás lo siento
Por cómo me lastimaste

Le hablabas cuando estábamos juntos
Te amé en tu peor momento
Pero eso no te importó

Traitor - Olivia Rodrigo


El juicio entre Jin ZiXuan y Jiang YanLi no se extendió por más de tres semanas.

Ni Jiang Cheng ni Lan XiChen acudieron al tribunal los siguientes días, debido a la advertencia de Jiang FengMian y a la presencia de Wei WuXian, quien a pesar de sumar y sumar llamadas rechazadas, no dejaba de insistir todos los días.

Esperar a la llegada de Jin ZiXuan y Jin Ling fue un caos. Meng Shi daba vueltas por toda la casa encontrando nuevos lugares donde limpiar, Meng Yao miraba la hora cada cinco minutos y Jiang Cheng se mordió tanto los dedos y las uñas que para el final del día parecía un fenómeno.

Lan XiChen optó por llevar a Xue Yang ese fin de semana a casa de Xiao XingChen, con el propósito de mantenerlo apartado de la tensión familiar, tal como se lo recomendó el equipo médico. Aún así, se mantuvo atento al teléfono para estar al tanto de las novedades.

Para cuando Jin ZiXuan cruzó la entrada, la familia entera se puso de pie de un salto y lo rodearon como si se tratara de una celebridad.

—¿Y?

Jin ZiXuan se sobresaltó, sorprendido. —Tranquilos, todo salió bien. A-Ling se quedará conmigo.

Un estallido de gritos y aplausos se escuchó por toda la casa. A Jin ZiXuan le asombró que todos ellos se contentaran por él, sobre todo porque el tiempo que ha compartido con ellos es relativamente corto. También pensó que era agradable ser parte de un núcleo familiar tan estrecho y cálido.

—¿Y donde está A-Ling? —Jiang Cheng preguntó, intentando mirar por sobre el hombro de Jin ZiXuan.

—¡Aquí! —Exclamó el niño, asomándose por debajo del abrigo de una mujer de mediana edad.

Meng Shi se quedó quieta tras reconocer el rostro de Madam Jin. ¿Cuántos años transcurrieron desde la última vez que se vieron? Ellas aún eran jóvenes y creían ser amadas por Jin GuangShan. Grande fue la decepción de ambas cuando descubrieron la verdad.

—Buenas tardes —la mujer dijo, sonriendo cordialmente.

—Abuela, abuela, mira, ese es mi jiujiu —Jin Ling dijo con entusiasmo mientras tironeaba del borde del abrigo de la mujer—. Te dije que vivíamos juntos otra vez.

Madam Jin se inclinó y besó el cabello del niño con afecto. —Lo reconocí, cariño. Te ves bien, Jiang Cheng.

—Gracias, señora. Lo mismo digo.

—¿Por qué seguimos aquí en la entrada? —Jin ZiXuan preguntó, confundido.

Lan XiChen y Xue Yang encontraron a toda la familia reunida en la sala. Meng Shi había preparado bollos al vapor y algo de carne agridulce, además de ese té que mantenía guardado para ocasiones especiales. No tardaron en unirse a ellos para ponerse al día con la noticia y sumarse a la celebración.


Casi a finales de ese mismo mes, Lan XiChen recibió una extraña llamada de parte de Lan WangJi. Por tratarse de su hermano menor y por quien aún conservaba un poco de afecto, contestó, sin imaginar que aquello lo pondría en un gran dilema.

Lan WangJi jamás se caracterizó por dejarse arrastrar por la corriente del consejo de ancianos, al contrario, tal parecía estar cómodo con su posición de segundo hijo ya que no se inmutaba en hacer y deshacer a su parecer. Uno de los ejemplos más notorios fue su relación con Wei WuXian y sus claras intenciones de contraer matrimonio con él nuevamente. Es por ello que, el que su hermano le llamara por algo relacionado a la familia, le confunde.

La Triada RepudiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora