Tu mano en la mía

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No finjas que lo lamentas, sé que no lo haces
Sabes que tienes el poder para hacerme débil por dentro
Y cariño, me dejas sin aliento, pero está bien
Porque tú eres mí supervivencia
Ahora escúchame decir:
No puedo imaginar la vida sin tu amor
Incluso "por siempre" no parece tiempo suficiente

Drowning - Backstreet Boys

Antes de que Lan XiChen lograra abrirse paso bajo la ropa de Jiang Cheng, las luces se apagaron anunciando el pronto inicio de la función. Si bien sus ansias de tocar el cuerpo del hombre que ama son grandes, es consciente de que le trajo allí para permitirle disfrutar de un espectáculo al que deseó asistir por muchos años. 

—Te amo —le dijo, tras dejar un casto beso en la punta de su nariz.

De inmediato, Jiang Cheng se sonrojó, aunque gracias a la oscuridad del lugar, consiguió esconderlo el suficiente tiempo para escabullirse del regazo de Lan XiChen, y correr a sentarse en el lugar donde estaban las flores. Allí permaneció gran parte de la función, abrazando el ramo de orquídeas que bañó con todas las lágrimas de emoción que cayeron de sus ojos. ¿Quién podría culparlo? La música, la puesta en escena, absolutamente todo le hizo sentir tantas emociones que no sabía cual digerir primero, y el que Lan XiChen mantuviera su mano sobre las suyas tampoco ayudaba a menguar aquello.

—No puedo dejar de llorar —confesó, recibiendo de mala gana el pañuelo que Lan XiChen le ofreció—. Te odio.

Lan XiChen sonrió, contento y conforme. —Me alegra de que te guste, mi amor.

Jiang Cheng gimió, avergonzado y extasiado. —Es que es. . . Lindo y todo y la música y. . . 

Recibió una dulce caricia por parte de Lan XiChen, quien le miraba atentamente como si fuese la criatura más bella en la tierra. —Muy lindo.

Cuando la función acabó, Jiang Cheng necesitó permanecer un par de minutos más en su asiento para procesar lo vivido y que parte de la inflamación de sus ojos disminuyera, debido a que parecía haber sufrido una terrible reacción alérgica. Lan XiChen rio a lo lindo haciéndole también reír entre amenazas y palabras soeces. 

—¿Ya te sientes mejor? —Lan XiChen preguntó, acariciándole el cabello con dulzura. 

—Lo hago. 

—Bien, entonces vamos.

Porque cada vez que respiro te llevo dentro
Y mí corazón late de nuevo
Cariño, no puedo evitarlo
Me mantienes ahogado en tu amor
Y cada vez que intento subir
Soy arrastrado por el amor

Jiang Cheng intentó mantener la mandíbula en su lugar cuando cruzó la entrada del lujoso restaurante. ¿Cómo es que caminaba en el pasado? Prácticamente siente que su mero andar es bastante vulgar y no va acorde con el sitio por el cual camina. Pero Lan XiChen piensa todo lo contrario, ya que muestra una enorme sonrisa mientras lo exhibe a través del pasillo, como si Jiang Cheng fuese el ser humano más distinguido entre los comensales.

Ni siquiera puede mirar con libertad a su alrededor y es que se niega a demostrar que no tiene experiencia en términos de etiqueta y elegancia. Me crié en un barrio humilde, por los dioses. Piensa, esforzándose por caminar con la cabeza en alto y la espalda recta.

Por fortuna, Lan XiChen lo guía en dirección al segundo piso donde el flujo de clientes es completamente nulo. Allí todo es solitario, demasiado para el gusto de Jiang Cheng quien comienza a sospechar que Lan XiChen se trae algo entre manos. Aún así, parte de su ser se tranquiliza ya que no le apetece comer delante de otras personas, que puedan juzgar su manera poco refinada de comer.

La Triada RepudiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora