VERONICA
Elizabetta me ha traído a una pequeña cafetería muy acogedora que está en la plaza. Ella se ha portado demasiado amable conmigo aún que sigo sin poder sacar de mi mente lo que me dijo.
Realmente espero haber escuchado mal.
—¿Dónde está ese tonto? Ya debería de estar aquí —dice la vampiro.
Desdé hace unos cuántos minutos hemos estado esperando a Silas, pero hasta ahora no ha llegado.
—¿De dónde eres? —me pregunta.
—Londres.
—Así que eres inglesa.
—Si, así es —contesto.
—Londres es muy hermoso, a veces quisiera haber nacido allá. Pero me tocó ser princesa de Transilvania.
—Tengo curiosidad por algo.
—Dime.
—¿Ustedes son la única familia real de vampiros qué hay?
—¿Silas no te explico eso?
—Un poco, pero solo mencionó a su familia.
—Ese tonto... siempre omitiendo cosas —responde la vampiro —. No Veronica, nosotros no somos la única familia real de vampiros que existe. Verás en cada país hay un consejo de vampiros, un grupo de vampiros muy sabios y antiguos que se encarga de crear reglas y vigilar que todo vaya bien. En cada país también hay familias reales, las familias trabajan junto con su consejo para mantener el orden en nuestro mundo. Y si hay una amenaza que ninguno de ellos pueda contener está el consejo mayor, el líder mayor. El que tiene demasiado poder y maneja absolutamente todo.
Consejos vampirícos y más familias reales.
Definitivamente Silas me lo debió de haber dicho en el hospital.
—Silas y tú deben de tener cuidado.
—¿Por qué?
—En nuestro mundo, el consejo de Transilvania creó hace más de un siglo la regla de nunca enamorarse de un humano. Esto está totalmente prohibido Veronica, si nuestro consejo se entera de ustedes dos temo que cosas malas podrían pasarles.
—No te preocupes Elizabetta, tu hermano y yo nada más somos amigos. No estamos yendo en contra de esa regla en ningún momento.
—¿Solo amigos?
—Si —asiento con la cabeza —. Solo amigos.
—Ese tonto... no puedo creer que no lo haya hecho aún, y se dice ser el más fuerte es inteligente de todos nosotros.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Nada, no me hagas caso por favor. Entonces si dices que no están rompiendo la regla por que son solo amigos está bien, pero aún así deben de tener cuidado Veronica por favor.
—Tendremos cuidado.
—Bien.
—Aún que tengo la curiosidad de saber... ¿Por qué se creó esa regla? Bueno cada quién es libre de enamorarse de quién quiera ¿Por qué su consejo se los impide?
—Tengo entendido que es por algo que pasó hace mucho tiempo atrás con uno de mis ancestros, él se enamoró de una humana y las cosas dieron un giro completamente inesperado para todos a raíz de esa relación. No tengo muy claro por que.
—Entiendo... ¿Y quién era ese ancestro?
—Posiblemente el nombre te suene mucho.
—¿Cuál?
—Vlad Tepes.
—¿Vlad Tepes? ¿El Conde Drácula?
—El mismo, aún que no era Conde. Mi ancestro era un guerrero rumano extremadamente poderoso, no había nadie quién pudiera hacerle frente. Asesino a demasiados.
Los Tepes son descendientes de Drácula, no lo esperaba aún que me debí de haber dado una idea desdé hace mucho tiempo debido a su apellido.
—Vlad Tepes... ¿Él fue quién se enamoró de la humana? ¿No es verdad?
Elizabetta asiente con la cabeza sin responder.
—Es increíble...
—No sé si sea verdad, no tengo muy clara la historia. Pero puedo investigar si tanto te interesa saber.
—¿De verdad lo harías?
—Claro, será divertido hacerlo.
—Muchas gracias Elizabetta.
—De nada, aún que también quiero darte otra advertencia.
—¿De qué se trata?
—¿Mi hermano te ha contado sobre mi primo Caspian?
—¿Caspian? Si... ya lo hizo.
—Bien, entonces tienes que saber que él no es ningún Santo, él es alguien malvado. Es inteligente y manipulador cómo su madre Valeska —dice la pelirroja oji-verde —. Si en algún momento te llegas a encontrar con él no puedes confiar en ningún momento en nada de lo que te diga. Él hará todo lo posible para dañar a Silas, incluso podría llegar a usarte a ti para hacerlo.
—¿A mí por qué?
—Por que eres sumamente especial para Silas.
—¿Especial?
—Si —dice —. Mi hermano ha cambiado demasiado debido a ti, ya no es el mismo —muestra una sonrisa —De verdad gracias Veronica por hacer feliz a mi hermano, él realmente necesitaba que tú aparecieras.
—Y-yo... no creo que sea por mi.
—Oh... lo es, te lo puedo asegurar linda.
¿Silas en realidad cambio de esa manera por mi?
—Damas —el vampiro finalmente llega.
—Ya era hora ¿Dónde demonios estabas? —la vampiro desvía la mirada hacia su hermano.
—Estaba encargándome de un asunto importante —Silas toma asiento a mi lado.
—¿Encontraste al vampiro?
—Si, no estaba lejos del lugar en dónde te lo encontraste. No fue nada difícil, no entiendo el cómo tú no pudiste con él.
—Soy una dama, lo de pelear te lo dejo a ti.
—Te recuerdo que tú también tienes obligación.
—Yo no recuerdo eso...—se pone de pie —. Iré por una galletas, enseguida vuelvo.
Se retira y me deja sola con el oji-azul.
Silas voltea hacia mi.
—¿Estás bien? —me pregunta él.
—Si, Elizabetta me salvó. Ese vampiro me tomó completamente desprevenida —cruzo mi mirada con la del inmortal.
—Ya está muerto, jamás te hará daño nuevamente.
—Gracias Silas.
Él toma mi mano izquierda que está sobre la mesa.
—No hay nada que agradecer mesera.
El vampiro muestra una linda sonrisa.
Realmente es muy hermosa, más que otras veces.
Lo que dijo hace un momento Elizabetta.
¿Realmente será cierto?
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Príncipe Vampiro
VampiroPor más de un siglo los vampiros han sido controlados por un soberano, un rey. Pero llega un día en el que cada rey necesita dejarle el cargo a su sucesor para que la comunidad evolucione, para que trascienda a nuevos cambios que traigan más prosper...