Capítulo 44

375 22 0
                                    

VERONICA

Hoy es un tranquilo fin de semana, la comunidad de la ciudad se encuentra decorando todas las calles para comenzar con el festival de la luna de sangre de pasado mañana. Todo Brasov está sumamente emocionado por el festival.

Yo también ya que nunca he podido estar en uno.

—Las calles están quedando bien ¿No te parece? —me dice Sebastian.

—Si la comunidad si que está poniendo mucho esfuerzo en esto.

—Siempre han sido demasiado unidos, verás que el festival te va a encantar. Es muy colorido.

—¿Qué hay en el festival?

—Mucha comida, musica toda la noche, bailes que están presentes desdé hace siglos y mucha diversión.

—Se oye muy bien —digo.

—Ya quiero que llegue el festival.

—¿Te gusta mucho?

—Si, pero más me va a gustar ver la luna de sangre. Necesito algo de suerte y creo que esa luna me la va a dar ¿Sabes? Se dice que la luna de sangre también beneficia a las parejas destinadas a estar juntos, tal vez no solo yo obtenga suerte esté año. Tal vez tú también, la luna de sangre pueda darle muchos beneficios a tu relación con Silas Tepes —dice mi primo —. Tal vez les de un muy buen cambio a sus vidas y se quieran aún más de lo que ya lo hacen.

—¿De verdad crees eso?

—Si, completamente.

Seguimos caminando tranquilos por la calle, mi teléfono vibra, lo saco y veo en la pantalla un mensaje de mamá.

Comienzo a responderle sin dejar de seguir mi camino, mamá tendrá un pequeño puesto para el festival de la luna de sangre ya que la comunidad le solicito ayuda.

Todos los ingresos que se ganen en los diferentes puestos del festival serán para darle un poco de mantenimiento a la ciudad.

—Mamá quiere que vayamos de compras con ella Sebastián, debemos de volver ya.

No obtengo ninguna respuesta.

—¿Sebastián?

Despego la mirada de mi teléfono y volteo.

Mi primo ya no se encuentra junto a mi.

Y yo ya no me encuentro en la calle.

Escucho un claxon muy cerca.

Volteo rápidamente hacia la izquierda y veo un coche viniendo hacia mi a toda velocidad.

Está demasiado cerca.

—¡Quítate de ahí Veronica! —escucho a Sebastián a lo lejos.

Mis pies no me responden, no puedo moverme.

El automóvil sigue sonando su claxon pero aún así no puedo quitarme del medio.

Cierro los ojos por miedo, siento cómo me toman del brazo izquierdo con fuerza, me jalan y después escucho cómo el auto pasa a mi lado.

—¿Qué?

—Abra los ojos señorita, ya ha pasado el peligro —dice una voz masculina.

Abro lentamente los ojos y delante de mi aparece un muchacho.

Es bastante guapo y sus ojos verdes lo hace lucir más atractivo.

—¿Se encuentra bien? —pregunta.

—Y-yo... si...—asiento con la cabeza —. Estoy bien.

Él sonríe.

—Me alegro... ¿Sabe? No debería de usar el teléfono mientras camina, fue demasiado descuidada.

Príncipe Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora