Capítulo 14

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ALARIC

Ese estúpido de Silas ha arruinado por completo mi cena, ahora por su maldita culpa tengo que robar sangre del hospital.

Con lo que odio hacerlo.

Si fuera más fuerte que él lo pondría en su lugar, se cree superior a todos solamente por qué será el rey muy pronto.

Maldito presumido de mierda.

Abro una de las bolsas de sangre del banco, la llevo hacia mi boca y comienzo a beber.

Retiro la bolsa y escupo la sangre.

—Esto es asqueroso...

Odio la maldita sangre del banco del hospital.

—Carajo...—dejo caer la bolsa al suelo —. Odio esto, maldito Silas.

¿Qué demonios voy a hacer ahora?

No pienso abrir otra bolsa de esté lugar.

Abandono el banco de sangre y camino molesto por el pasillo.

Me estoy muriendo de hambre, la humana se encuentra aquí con su familia. Pero no puedo acercarme a ella y no por que le tenga miedo al inútil de mi hermano.

La humana es demasiado escandalosa.

Llego a la sala de espera del hospital y tomo asiento en una de las sillas para pensar en que demonios voy a hacer ahora.

La hambre que tengo en estos momentos es demasiada, necesito comer o me volveré completamente loco.

—Demonios esto es un desastre...—digo.

Tengo que conseguir un humano rápido.

Desvió la mirada hacia el lado izquierdo y al fondo puedo ver un rostro muy familiar.

—Estoy recuperando mi suerte.

Se trata del muchacho rubio que salve del vampiro, el hijo de la dueña del restaurante Big Ben y el primito de aquella humana que Silas cuida cómo una mascota.

Me levanto de la silla y comienzo a seguir al rubio.

Él se dirije hacia las escaleras del hospital.

Sube y voy detrás de él.

Su sangre es dulce, aún tengo grabado perfectamente el sabor de ella.

Él me puede ayudar nuevamente.

Llego a la azotea del hospital, atravieso la puerta y comienzo a buscar al chico por el lugar.

—¿Qué carajos está haciendo? —lo veo muy cerca del filo del techo.

Amplifico mi audición y puedo escucharlo llorar.

—Yo no puedo... perderte... no puedo. Yo no puedo continuar si no estás tú mamá —dice —.¿Qué sentido tiene seguir aquí si tú ya no lo estarás más?

¿Se piensa tirar?

¿Enserio lo hará?

—Será una caída larga —llamo su atención.

Voltea y comienzo a caminar hacia él.

—Te recomiendo pensarlo con cuidado.

—Alaric Tepes...

—El mismo.

—No te acerques —me dice y me detengo inmediatamente —. Por favor.

—¿De verdad lo piensas hacer? ¿Te vas a arrojar?

—No sabes por lo que estoy pasando.

Que equivocado está esté humano tonto, su madre está enferma de cáncer terminal.

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