Príncipe Vampiro

Capítulo 41

VERONICA

Mi madre entra a mi habitación.

—¿Quieres cenar algo? —me pregunta.

—No mamá, gracias comí en la calle coman ustedes dos sin mí.

—¿Segura?

—Si yo ya voy a dormir.

—Bien querida descansa —dice ella, sale de la habitación y cierra la puerta.

Una vez que mí madre se va saco mi pijama del clóset, me la pongo, apago las luces de la habitación y después me me dirijo a la cama.

Una vez ya estando cubierta por mis mantas cierro los ojos para intentar dormir.

—Veronica —me llama una voz grave haciendo que rápidamente abriera los ojos.

Giro con mucha velocidad y veo a una sombra, intento gritar pero aquella persona me tapa la boca.

—Ey no grites, no tengas miedo soy yo —la lámpara que se encuentra a mi lado se enciende y veo el rostro de Silas —.¿Lo ves?

Él me quita su mano de la boca.

—Silas... ¿Qué querías hacer? ¿Matarme del susto?

—No seas dramática no te paso nada.

—Eres un torpe.

—Mi madre te manda te manda saludos.

Sonrió.

—Tú madre para ser la reina de los vampiros es muy agradable ¿Por qué aprueba ésto?

—Por que ella nunca ha estado de acuerdo con las reglas escritas.

—¿Nunca?

—Si ella dice que uno no puede obligar a alguien a enamorarse, nuestro consejo busca parejas para los reyes y príncipes Veronica. Y mamá piensa que esa regla es absurda.

—¿Les buscan pareja a ustedes?

—Si una vez que haya transcurrido cierto tiempo el consejo busca pareja ya sea para el príncipe heredero o para el rey, por eso existe la regla de nunca enamorarse y eso a mi mamá no le gusta.

—¿Y no pueden cambiar esa regla?

—El rey puede hacerlo, pero hasta ahora ninguno lo ha hecho, pero no te preocupes yo lo haré con tal de que a ti no te pase nada —me dice él, me sonríe y acaricia mi mejilla izquierda.

—Te dejaré dormir amor.

—Quédate está noche aquí conmigo por favor —digo.

—¿Segura? Sebastián o Samantha podrían entrar.

—No lo harán.

—¿Cómo lo sabes?

—Simplemente sé que no lo harán — respondo —. Por favor quédate conmigo.

—¿Por qué será qué no puedo negarte nada?

Sonrío victoriosa.

Él rodea la cama y se acuesta a mi lado.

Cuando él ya está en la cama, me acerco a él, pongo mi cabeza en su pecho y Silas me abrazo.

—Tengo que decirte algo —me dice.

—¿Qué es?

—Mi coronación es dentro de dos semanas.

—¿Tú coronación? ¿Ya serás el rey?

—Si así lo pidió el consejo, así que pronto cambiaré esas reglas de mierda.

—¿Ya no piensas mal de Caspian?

—Sí aún.

—¿Crees qué intenté algo durante tú coronación?

—Tengo sospechas de él, pasaron un par de cosas que me hacen sospechar de mi adorado primito y de mi tía. Pero hasta ahora no he conseguido pruebas.

—Ten cuidado por favor Silas.

—No te preocupes estaré bien.

—Eso es lo qué tú dices, a veces creemos que podemos manejar todo en la vida pero en realidad no es así Silas. No te puedes confiar, no quiero que algo malo te llegue a pasar.

—No va a pasarme nada malo, Veronica tú no te vas a librar tan fácilmente de mi —me da un beso en la frente —. Soy tu ángel guardián ¿Lo olvidas? Y un ángel guardián no se va tan fácilmente.

—¿Me prometes qué vas a tener mucho cuidado?

—Si... si así estarás más tranquila yo el príncipe heredero Silas Tepes te prometo a ti Veronica Bennett que voy a tener mucho cuidado de ahora en adelante.

—Así está mejor.

—Te amo me alegro mucho qué tú me hayas estrellado ese plato de comida en la cara.

Río al escucharlo.

—Fue realmente divertido ese día, yo  también te amo Silas.

—Un poco, debo de admitir que dolió mucho.

—Eres un vampiro.

—¿Y crees qué los vampiros no podemos sentir dolor? Claro que si y yo lo sentí contigo y ese plato.

—Eres un exagerado Silas.

—Oye... lo estoy diciendo enserio amor, me dolió mucho.

—Ajá...

—Enserio.

—Si, si te creo vampirito.

Apago la lámpara de mi cuarto.

—Es tiempo de dormir.

—Bien... mañana continuaremos con está conversación ¿Sabes qué me pude haber quedado con traumas por eso?

—Ya duérmete Silas.

—Está bien...

Realmente es un exagerado, no tengo demasiada fuerza.