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La cama crujía con fuerza, al mismo ritmo de las embestidas y de los chapoteos entre las pieles de ambos jóvenes, como si estuviese a punto de desplomarse en medio de los sentones. No había muchos sonidos en la habitación, salvo algunos gemidos o jadeos suaves, pero nada notoriamente íntimo entre ellos. Jimin nunca dejaba que las cosas se volvieran profundas en esas relaciones suyas.

Taemin lo volteó sobre el colchón, dejándolo en la parte de arriba, colocó sus manos detrás de su cabeza y dejó que el pelirrosa bonito que estaba arriba de él provocara su corrida. Jimin sonrió lascivamente, se inclinó y besó castamente la mejilla del chico antes de comenzar a menear sus caderas de atrás hacia adelante, como un profesional, estimulándose vagamente también.

—Mierda...— siseó Taemin, sacando sus manos de atrás de su cabeza para llevarlas hacia las caderas del pelirrosa con la intención de controlarlas.

Sin embargo, Jimin fue mucho más rápido. Levantó sus caderas y quitó el miembro del chico de su interior. Chasqueó la lengua contra su paladar en protesta y su dedo indice apareció.

—No hagas eso.— advirtió severamente, con una voz tan lasciva y juguetona que era imposible no hacerle caso.

Taemin rodó los ojos, mordió sus labios, como si estuviera pensando qué hacer, y tras unos segundos de meditación, elevó sus manos en son de paz.

Jimin sonrió y se sentó nuevamente en su regazo, penetrándose de un solo golpe y sin ayuda de sus manos para alinearlo. El suspiro ronco que Taemin dejó escapar de sus labios fue suficiente para que Jimin comenzara a dar sentones rápidos y rítmicos, los adecuadamente satisfactorios para que Taemin se corriera en el condón en menos de cinco minutos.

Jimin como siempre, no estuvo ni cerca de acabar, pero no estaba en esa habitación de hotel para buscar su placer. Su rol era hacer que Lee Taemin se corriera tantas veces para que la próxima vez que se sintiera con ganas de coger volviera a buscar de sus servicios, como llevaba haciendo los últimos cuatro años.

Después de que Taemin terminara de derretirse en el condón, Jimin se levantó de la cama con cuidado de no arruinar la satisfacción del chico. Sus piernas sudorosas y pegajosas se deslizaron hacia el mini bar que había en una esquina de la habitación y lo abrió para sacar una botella de agua.

El liquido refrescante se deslizó por su garganta y Jimin por un segundo pudo dar por escrito que ese placer que sintió fue mucho mayor que el que sintió durante las últimas cuatro horas de sexo con Taemin.

—¿Cómo es posible que tengas tanta resistencia?— pregunta el chico de cabello castaño desde la cama, enredado entre las sabanas.

Jimin sonrió y se acercó con otra botella de agua.

—Tu sabes muy bien de donde aprendí mi resistencia— respondió sin mucho entusiasmo. Le entregó la botella y esperó pacientemente a que su acompañante se terminara el contenido. Sus ojos vagaron hacia el reloj que estaba a punto de marcar el fin de su reserva.

Y por supuesto que Taemin se dio cuenta.

—Eres muy estricto con tus horarios, sweety— comentó mientras le entregaba la botella vacía.

—Sabes que soy profesional en esto— respondió Jimin con voz amarga. No le gustaba recalcar su posición en la relación— Y también sabes muy bien cuanto es lo que te pedí por hoy.

Taemin asintió y señaló con el dedo índice su maletín de cuero que estaba sobre uno de los sillones.

—En el bolsillo de siempre esta el sobre con tu dinero, mi querido gígolo, pero vístete por favor. El que andes paseándote desnudo no consuela las cuatro horas, me dan ganas de más.

Spine Breaker ☾ JJK+PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora