Spine Breaker ☾ JJK+PJM

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—Jungkook cariño, ¿puedes ir a buscar los archivos del caso a la oficina de impresiones?

El pelinegro, que había estado toda la mañana leyendo y leyendo documentos de un caso benéfico, que su madre había aceptado, asintió y se levantó de su silla. Podía ser un hijo desobediente y rebelde en la mayoría de los casos, pero cuando se trataba de trabajo Jungkook siempre intentaba ser lo más prolijo al respecto. 

Sus padres lo habían criado para eso.

—Volveré en un momento— avisó, cerrando la carpeta y saliendo de la oficina.

Como siempre, la secretaria de Soyeon le regaló una sonrisa y continuó con su trabajo. Jungkook le correspondió, por supuesto, pero no es nada mas que para cumplir con la formalidad de hacerlo.

Caminó erguido y con el pecho sobresaliente, haciendo lucir muy bien su traje Saint Laurent. Sabía que llamaba la atención de las personas dentro de la firma, en especial de los recién ingresados que buscaban cumplir nuevas metas o hacer mas mandados para sobresalir y llegar a ser socios mayoritarios. Algunos buscaban establecer relaciones o amistades para asegurar su futuro dentro de la firma porque, bueno, no eran tontos. Sabían muy bien que Jungkook algún día sería el dueño de la empresa.  

Sin embargo, nunca nadie había logrado encajar con él. De hecho, ya casi no lo intentaban.

No era por ser intimidante o algo por estilo, sino más bien por los nervios y la presión de no lograr estar a la altura. Jungkook era conocido en la escuela de leyes, era uno de los estudiantes con mejores promedios y con más reconocimiento dentro de la facultad. Claro que tendrían miedo de no ser suficientes. 

Y Jungkook estaba acostumbrado a que nadie le hablara demasiado. Solía charlar con chicas pasantes o recién ingresadas, o incluso con asistentes legales en periodo de prueba, pero tras percibir segunda intenciones, el contacto con ellas nunca duraba.

Así era en la firma JeonYoon, salvo por algunas personas que se escapaban de lo ordinario y hablaban con Jungkook como si estuvieran a la misma altura, y esos eran los socios minoritarios.

—Jeon Jungkook, que sorpresa verte por aquí.

Jungkook se detuvo lentamente y sus ojos buscaron al dueño de la horrorosa voz. Una sonrisa fingida se le dibujó en el rostro antes de responder.

—Taemin Sunbaenim— saludó tan respetuoso como siempre— Me alegra haber venido el día de hoy.

—¿Y que te trae por aquí? Que yo sepa las pasantías inician en un par de semanas más.— preguntó mientras salía de su oficina al encuentro del pelinegro.

Jungkook maldijo en su interior. El no quería quedarse a charlar.

—La doctora Jeon, me ha pedido un favor y vine a ayudarla con un caso benéfico que aceptaron recientemente.

—¡Ah! ¡El de inmobiliaria!— lo interrumpió. Jungkook asintió— Pues que suerte la tuya, tan joven y ya estas en esto, debes ser la envidia de tu facultad.

Jungkook sonrió, sintiendo los músculos de sus mejillas acalambrarse.

—¿Qué puedo decir? Me gusta aprovechar mis oportunidades— contestó, reanudando su camino.

—Si tienes alguna duda o necesitas de ayuda, ven a mi oficina. Te enseñaré lo que no sepas.

Jungkook cerró sus ojos, pidiendo paciencia a Buda y le agradeció de todas formas, sin dejar de caminar hacia la sala de archivos.