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Cuando Jungkook le pidió permiso para besarlo durante el viaje, Jimin nunca imaginó que eso lo llevaría a momentos como este, tan cerca de su familia. En realidad, no pensó que sería tan pronto. Pero ahí estaba, acorralado en la habitación de hotel de Jungkook.

Estar contra la pared era algo a lo que estaba demasiado acostumbrado. Sus antiguos clientes nunca habían sido amables, mucho menos aficionados al sexo en la cama. Pero con Jungkook, la experiencia era completamente distinta.

La rodilla del pelinegro se apoyaba ligeramente entre sus piernas, cerca de sus caderas, pero eso era lo único que tenía un toque rudo. Sus grandes manos sostenían la cintura de Jimin con tanta ternura que parecía estar listo para atraparlo en cualquier momento, como si temiera que Jimin pudiera desaparecer.

Casi envidiaba a todas aquellas chicas que alguna vez tuvieron la atención de Jungkook. Casi.

—Podrían entrar... —susurró Jimin cuando Jungkook comenzó a dejar besos lentos en su mejilla, bajando hacia su cuello—. J-Jungkook...

—No pueden entrar, solo tocar.

—No, pero están en la habitación de al lado...

—Están ocupados regañando a mis hermanos. —Jungkook presionó sus labios en la clavícula de Jimin, cálidos y enfocados—. Confía en mí, no van a salir de ahí por al menos diez minutos.

Quizás tenía razón. Jiyoon y Jihoon se habían ganado una buena reprimenda en el avión por juguetear con las pantallas de los asientos y desabrocharse el cinturón en pleno vuelo. Jimin nunca visto a Dongwoo tan enfadado.

—T-tu hermano...

—Salió con Mina a explorar el hotel. ¿Tienes alguna otra excusa que quieras que te resuelva, Min?

No.

No, no tenía.

Jungkook se inclinó de nuevo, capturando los labios de Jimin con una urgencia renovada. Sus manos, atrevidas pero medidas, subieron por la espalda de Jimin, saboreando la calidez inexplorada de su piel.

Era como fuego. Todo el cuerpo de Jimin ardía, desde la punta de su nariz hasta los pies. Ya ni siquiera sabía cómo responderle. Era demasiado.

Jungkook se movió sobre los labios de Jimin, cada beso pegajoso como miel tibia, ninguno queriendo separarse. Y cuando Jungkook mordió el labio inferior de Jimin, más fuerte de lo que pretendía, un jadeo agudo se escapó de su boca antes de que pudiera silenciarlo.

Ambos se congelaron, abriendo los ojos y saliendo de su trance, dándose cuenta de que debían ser más discretos.

No podían arriesgarse a ser descubiertos en su primera noche allí.

Después de unos momentos más intensos, Jungkook se alejó un poco, sus ojos fijos en el labio inferior de Jimin, que ahora estaba teñido de rojo.

—Mierda —murmuró, soltando con cuidado la cintura de Jimin— Quédate aquí.

Jimin estaba un poco aturdido, pero cuando sintió un ligero calor en el labio, se dio cuenta de lo que había pasado. Estaba sangrando.

—Lo siento —dijo Jungkook cuando volvió, agachándose a su altura con un pañuelo húmedo. Con suavidad limpió la sangre, su expresión empañada por el remordimiento— No era mi intención lastimarte...

—No importa —lo tranquilizó Jimin, tocando el brazo de Jungkook para calmarlo. El dolor apenas se había registrado, abrumado por todo el placer anterior— Está bien. Sé que mis labios pueden ser un poco... tentadores a veces.

Jungkook soltó una pequeña risa aliviada y bajó la mirada, aún concentrado en limpiar el último rastro de sangre.

—Sí... lo son, mucho— se inclinó, dando un último beso suave a los labios de Jimin antes de que ambos se recompusieran —Vamos a llevar tus cosas a tu cuarto.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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Spine Breaker ☾ JJK+PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora