𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈

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—Ron, ¿por qué Snape tendría a Harry en primer lugar? — Pregunto la chica castaña mientras caminaba de un lado a otro dentro de la habitación, no muy segura de lo que estaba pasando. No creía que si fuera correcto lo que su amigo decía, pero de una u otra razón no sonaba tan loco.

Sirius, para sorpresa de todos, se encontraba sentado. No hacía ni un ruido, sus manos estaban en su rostro mientras apoyaba los codos en la mesa.

—Sirius, ¿tú crees que...? — Sirius no le permitió seguir hablando. —No, no, no. — Remus suspiro y se sentó al lado de su amigo —Sirius, yo sé que tal vez como ves a Snape ha cambiado un poco... Pero... ¿No vez al menos alguna posibilidad de que sea correcto lo que Ron dice?

Sirius levantó la mirada, lo único que Ron y Hermione pudieron ver fue ira.

Remus, por otro lado, vio traición.

Sirius solo podía sentirse desesperado y triste.

Y al final ninguno sabía en qué ayudar o que hacer.

Cuando el pelinegro se levantó de su lugar, empezó a caminar a la salida. —¿Qué haces? — Preguntó Ron levantándose del suelo y mirando a su profesor por ayuda —Sirius, piensa bien lo que vas a hacer antes de hacer algo estúpido.

—Ya lo pensé bien, créeme.

Su mano tomó la perilla de la puerta, pero no se movió. Ahora todos podían ver miedo.

—Voy a matar a ese bastardo

—Créeme, no quieres hacer eso — Remus se acercó a él y tomó su mano —Ve a la habitación y duerme un poco — Le ordenó, luego volteó a ver a los otros dos chicos —Ustedes vayan a su Sala Común, descansen un poco.

« ❀ »

No tenía idea de si sentía que habían pasado horas o en serio habían pasado horas, pero fue una tortura.

El sol ya no estaba en su punto más algo... En realidad, ya no estaba en lo absoluto, y estaba seguro de que si esperaba un poco más, lo vería salir otra vez.

Sentía que su cabeza estaba a punto de explotar, y por más de ese supuesto chocolate mágico que le estaba dando Moony que comía, no pasaba nada. Su cabeza incluso empezaba a dar más y más vueltas.

Harry se había transformado en un niño de tres años.

Snape ahora tenía a un niño de tres años.

Mientras más pensaba, más estúpido se sentía. ¿Por qué Snape, de todas las personas, aceptaría disculparse y ser "amigos" con él? ¿Por qué? No había razón.

Bueno, en realidad había dos.

O se había vuelto loco, o simplemente tenía que hacer las pases con el para que nada de su plan se arruinara.

¿Y qué pasaba si estaba a punto de darle a Harry al señor tenebroso? Remus le había dicho que no era así, que el pequeño Weasley solo había tenido una idea, pero solo era eso, una idea.

Él, por otro lado, no creía que fuera correcto.

Había visto al niño una vez... O al menos una vez mientras se encontraba con Snape.

Pero ese rostro, ese rostro, lo había visto antes.

Y era en Harry, incluso en James.

Sí, había algo de Snape ahí, pero sabía que ese no era el caso. Ese no era su hijo, no podía ser.

Pero se parecían tanto... Era ver a una versión pequeña de James y Snape combinados.

Así que, a pesar de que Severus tuviera tan mala suerte como para tener un hijo que se pareciera muchísimo a la persona que, aunque le doliera aceptarlo, le hizo la vida en Hogwarts una completa pesadilla, lo dudaba mucho.

—Sirius, ya duerme, son un poco más de las tres de la mañana... Casi cuatro. Cálmate, ese chico solo te metió ideas absurdas a la cabeza — Remus se sentó en la cama, esperando que el otro se metiera en esta.

—No. Iré a hablar con el.

« ❀ »

La poción no había funcionado.

No uso un ingrediente y ahora debía hacerla bien.

Si empezaba en ese momento, entonces estaría para el día siguiente...

No podía esperar tanto, en menos de media hora tendría que ir con el Señor Tenebroso y sabía que si iba moriría... Aunque si no iba, moriría igual.

—Harry, cielo, ven aquí. — Severus tomó al niño en brazos. Había tenido que dejarle de dar su tratamiento para evitar problemas cuando tomara la poción, pero con eso ya no tenía idea si seguirle dando algo o no.

¡Se suponía que estaría lista! No estaba en sus planes que saliera mal... Esa vez sí estaba decidido a hacer un buen trabajo.

—Duerme, mañana desayunaremos algo rico, ¿qué tal? — Harry solo sonrió en respuesta, acercándole una manita para tomar dos dedos de su mano y evitar que se fuera.

—No me voy a ir, cielo, vendrás conmigo — En cuanto dijo eso, sintió un gran escalofrío en su espalda.

No podía arriesgarse mucho...

Pero...

« ❀ »

El reloj contaba cada segundo, y ahora faltaban muy pocos para que fueran las cuatro al fin.

Sonrió de lado y se levantó de su lugar.

Snape no llegaría.

Y ahora, fuera donde fuera, ese idiota estaba muerto.




°°°¡Hola! Perdón por tardar tanto en publicar, esta vez si va a ser algo de costumbre. Tendré que publicar capítulo solo una vez al mes y ya lo había dicho en mi perfil, pero como que no caché que ya era uno de marzo, entonces va medio tarde :) Espero les haya gustado, ¡nos vemos el otro mes! (Si tenemos muchisisisisisisisisima suerte entonces antes) Los amo!°°°

•825 palabras•

•01-03-2023•

Niño de Cristal  |Severitus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora