𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐈

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No podía creerlo, simplemente no podía.

No quería creer que Petunia había sido capaz de hacerle eso a Harry, y solo por el hecho de ser hijo de Lily... No, eso era...  Posible, pero no quería creerlo.

Severus miraba al pequeño recostado sobre su pecho mientras tenía su chupete en la boca y respiraba con tranquilidad luego de haber estado llorando un rato, le dolía el solo recordar como sus lágrimas salían de sus ojitos.

Era triste, tenía que hacer algo, si lo trataban así de pequeño... ¿Cómo lo tratarían a esa edad? No. Tenía que hacer algo, tenía que sacarlo de esa casa, pero tenía que devolverlo a la normalidad primero.

—Harry, cielo, voy a salir, pero necesito que te quedes aquí — Severus se levantó y metió al pequeño en la cuna que le había comprado —Duerme, no tardo — Severus miro como Harry abría un poco sus ojitos y le dejaba ver ese color negro que tenían.

Era lindo, no pudo evitar imaginar como pudo haber sido su vida teniendo un hijo... Seguramente si fuera su hijo en realidad no sería tan lindo, tenía ese pequeño parentesco con Potter, por más que le doliera tenía que aceptar que no era tan feo.

Pero Harry era muy lindo, ese pequeño toque de Potter y esos pequeños rasgos de él, era tierno, le daba un poco de asco al darse cuenta de que era como si él y Potter hubieran tenido un hijo, pero también le resultaba algo divertido, además, era adorable.

Pero no quería pensar en eso, no le gustaba pensar en cosas que nunca iban a pasar, así que mejor tomo su capa y salió, tenía que hablar con esa vieja, y tal vez de paso resolver algunos problemas que tenía con ella... Iba a ser algo raro volverle a hablar.

Si, muy raro, pero se negaba a quedarse con los brazos cruzados mientras encontraba la forma de traer de vuelta al pequeño, pasaron unos minutos y cuando ya se encontraba fuera de Hogwarts se apareció en un lugar algo... Muggle.

"¿Privet Drive?" Sabía que la mujer vivía ahí, y no le sorprendía, era tan muggle que dolía a ella nunca le había gustado eso de la magia y esas cosas, si era un lugar en el que ella viviría felizmente.

Todo igual, las casas, las plantas, las flores, todo estaba igual, lo único que cambiaba era el número de las casas.

Y luego de buscar un poco lo encontró, la casa de Petunia Evans, la mujer más desagradable de todas, una mujer que si lo molestaba solo un poco... No dudaría ni un solo segundo en matarla. En serio la odiaba.

Y más por lo que había hecho, no le gustaba pensar eso, pero se había encariñado mucho con Harry... No quería encariñarse con él, después de todo cuando regresara a la normalidad sus recuerdos también regresarían... Y los de ese tiempo tal vez desaparecerían.

Severus intento alejar esos pensamientos y de una vez decidió acercarse a la casa y tocar la puerta, no tenía tiempo, tenía que apresurarse —¿Quién es? — Escucho la voz de una mujer del otro lado de la puerta, en seguida supo que era ella.

Todavía tenía ese tono molesto al preguntar las cosas, como si se sintiera la reina del mundo y pudiera hacer lo que quisiera —¿Petunia Evans? — Preguntó mientras se acercaba un poco a la puerta para hablar y luego se alejaba.

—Petunia Dursley, ¿necesita algo? — La mujer abrió la puerta y quedo congelada al ver de quien se trataba —¿Dursley? Que sorpresa, alguien te soporta — La mujer no dijo nada, ni siquiera pareció molestarse, pero la voz de alguien dentro de la casa la "despertó".

—Severus... ¿Qué se supone que haces aquí? — El hombre hizo una seña para poder entrar y la mujer se hizo a un lado. No eran amigos, nunca lo fueron, pero ella le tenía algo de respeto, ¿por qué? No tenía idea, pero le tenía algo de respeto al menos.

Severus paso y miro a su alrededor, no era feo... Pero no era agradable del todo, y menos con tantas fotos de un niño tan espantoso, seguramente su hijo —¿Cómo se llama? — Pregunto mientras señalaba una de las fotos intentando esconder su desagrado.

—D-dudley... ¿Qué haces por aquí? — Volvió a preguntar mientras el de negro caminaba lentamente por la casa... Hasta llegar a una pequeña puerta debajo de las escaleras —Alejate de ahí, ha-hay ratas

El hombre se dio la vuelta asqueado y miro alrededor —Vengo para- — Un hombre interrumpió —¿Quién es este? — La mujer hizo silencio unos segundos mirando a su esposo y a Severus y repetir la acción unas cuantas veces antes de hablar.

—Vernon, se amable, él es Severus, antiguo amigo de mi hermana — Vernon hizo silencio unos segundos para luego hablar, intentando poner buena cara —Buenas tardes, soy Vernon Dursley — El hombre extendió su brazo para darle la mano, pero Severus lo ignoro.

—Bueno, ¿de qué quiere hablar? — Pregunto bajando su mano —Siéntese — Vernon lo guio por la casa hasta llegar a lo que parecía ser su sala, un lugar algo hogareño, pero desagradable a la vez, no sabía que esa combinación existía.

—Quiero hablar de Harry.




°°°¡Hola! Les prometí darles algo hoy, así que espero les haya gustado. Tengan lindo día :)°°°

•858 palabras•

•06-06-2023•

Niño de Cristal  |Severitus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora