No es otra historia de amor

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El era uno de esos hombres casi perfectos.
Un rostro de modelo, piel dorada, alto y grueso.
Con voz grave y aterciopelada.
Era hermoso por donde lo vieras.
Si lo conocías te enamorabas mas.
Porque veía lo que traías en el corazón,
el sentía tus intenciones,
escuchaba más allá de las palabras.
Se basaba en lo que su corazón decía...
pues sus ojos...
Sus ojos no veían.
Era ciego de nacimiento.
Ella era una chica a la que nadie reparaba.
No era la mas fea pero tampoco una belleza.
No tenía medidas estándar, era baja y un tanto tímida.
Sus vidas se unieron cuando el cruzaba una calle...sólo.
A ella le dio pavor verlo. Pues iba con su bastón a paso lento y el semáforo ya había cambiado a verde.
Corrió hasta el y lo tomo del brazo.
-Venga. Yo lo acompañó. Va muy lento y el semáforo ya ha cambiado a verde.
-Gracias preciosa.Siempre Dios me pone un ángel en el camino.
Si hubiera podido verla se reiría de ella, pues su cara se encendió de tal manera que sentía que echaría humo por las orejas.
No dijo nada mas hasta que el río y dijo:
-Me llevas a rastras, espera un momento. Te enseñaré algo. Cuando lleves a un ciego jamás lo lleves agarrado por el codo. Solo debes poner...
¿Donde esta tu hombro? Ella puso su mano en el hombro y la piel se le erizo.
-Si, eso. Solo me prestas tu hombro y yo me guió.
-Disculpa no sabia...Disculpa...
-No te disculpes. Todos los días se aprende algo.
-A propósito ¿hacia donde te diriges?
-voy al metro.
-Yo también. Así que seguiremos caminando.
Ella no podía creer estar al lado de semejante hombre.
¿Como podía la naturaleza hacerle eso?
Dejarlo ciego...
Bueno si no fuera así jamás en su vida le hubiera hablado, ni el a ella obviamente.
El era un hombre sumamente fascinante no sólo ella lo veía.
Se daba cuenta cuando pasaba y las mujeres lo miraban. Se movían con la gracia del aire pero el ni las reparaba(claro esta) y se veia la cara de decepcionadas. Nadie pensaría que era ciego.
Había cerrado su bastón y solo iba guiado por ella.
vestido de negro, chaqueta de cuero y gafas de sol oscuras. Se pensaría que era algo normal... su forma de vestir. Parecía un sexy motociclista.
En cambio a ella la veían con una pregunta en su cara ¿ Que hace esta con ese guapo hombre?
Una chica en zapatillas, jeans y una camisa que decía París. Con el cabello recogido en una cola alta y sin maquillaje.
No encajaban para nada.
En el metro se pusieron a charlar y sin saberlo el le sacaba sonrisas que ni ella sabía que existían.
Sentía mariposas en el estómago cuando el le hablaba casi en un susurros. Se sentía en una nube a su lado y solo se conocían de hace minutos.
Pero era como si el la conociera de toda la vida. No se sentía cohibida, ni tímida, lo miraba como nunca habia podido mirar a nadie.
En esos pocos minutos había conocido más de ella que en toda su vida. Se le hizo fácil hablar con el... conocerlo y saber que era un buen hombre.
Pero acabo cuando el aviso que llegaba a su parada.
No quería que se fuera...sintió tristeza, ya odiaba las despedidas y con esta las odiaria más.
-Me dejas tocar tu rostro. Ella se puso nerviosa, sabía que no era bonita. Seguro el se la imagino como la mujer mas linda. Las manos le temblaban.
-¿Para que? sabía para que pero quería evitarlo. Era mejor que se llevará una idea bonita de ella.
-Quiero saber como eres.
-Pero si ya sabes como soy.
-Pero quiero sentirte. Tocarte. Se me hace mas fácil conservar el recuerdo de alguien cuando lo tocó.
No le quedó de otra que dejarlo. Mientras una lágrima solitaria rodaba por su mejilla.
- ¿Porque lloras?
- No lloro
-Si lo haces y no entiendo porque... no debes hacerlo.
Eres una mujer hermosa y no debes opacar tu belleza con lágrimas.
-No soy hermosa.
El tocaba su frente, sus ojos cerrados, su nariz, su boca...
-Lo eres...
-Si me vieras no dirias eso
-No necesito verte para saber que eres la mujer mas hermosa que he conocido. No dejes que la gente que ve pero no mira opaquen tu linda sonrisa y tu carisma.
Eres hermosa en todas las formas, nadie tiene derecho a decirte lo contrario. Ni tu misma.
Lo físico se marchita pero lo que eres y lo que llevas en el corazón no.
El altavoz aviso su parada y el se bajo.

Versos que no son versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora