Capítulo 12

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Mientras iban por el camino de vuelta a Arendelle, no podían dejar de pensar en la advertencia de Grand Pabbie. La persona que había lanzado el hechizo. Todos tenían un nombre en común en sus mentes: Klaus.

-Es posible que sea una venganza familiar. –Teorizó Elsa, que no dejaba de darle vueltas al asunto. Quería pensar de forma algo más fría, pero dada la situación, le era imposible.- Por todo lo que ocurrió con Hans.

-No sé. –Comentaba Anna, que iba a las riendas del caballo en el que montaba su hermana.- Estoy convencida de que quería hacer lo mismo que ese... Ese... -Un bufido en lugar de un insulto fue lo que salió de sus labios. Al fin y al cabo, estaba en presencia de sus hijos.- Seguro que tenía un plan desde el principio. Al ver que no pudo acercarse a Erika en la cena y que no iba a quedarse con ninguna herencia si se casaba con Idunn en secreto, decidió... -Iba a decir "deshacerse de ella", pero le daban escalofríos sólo de pensarlo.- Hacer lo que ha hecho.

Erika, a lomos de su reno, asentía a las palabras de su madre, añadiendo:

-Si Idunn no me hubiera contado que Klaus estaba en su balcón y lo que había planeado ella, seguramente nunca hubiéramos sabido que esto es culpa suya.

-Yo creo que tenéis toda la razón. –Intervino Rapunzel, que montaba uno de los caballos junto a su esposo.- Seguro que Klaus estaba utilizando a Idunn para acercarse a vosotras y hacer el máximo daño posible. O beneficiarse él de alguna manera.

Elsa se apresuró a cambiar de tema, sabiendo que el odio hacia Klaus solamente iba a minarles los ánimos.

-Ahora tenemos que centrarnos en encontrar la flor.

-Eso, Elsa. ¿Dónde está? –Preguntó Anna, deseosa de que aquello terminara lo antes posible.

-Me temo que puede no estar en Arendelle... Por eso pregunté sobre el tiempo del que disponemos. Tendremos que organizar un viaje. Aunque va a ser complicado hacerlo sin que nadie se entere para no ponernos en riesgo... –Elsa miró al frente, mordiéndose un labio, pensando en todo lo que tendrían que hacer.- De momento, volvamos al castillo y descansemos. Faltan horas para que amanezca.

Al llegar, dejaron a Idunn en su cama y cada uno fue a sus respectivos aposentos. En lo que quedaba de noche, ninguno logró conciliar el sueño.

Por la mañana, Kristoff decidió no ir a la montaña. Esta vez, Kristoffer lo entendió y aceptó perfectamente, pero seguía sin saber qué hacer. Ir a ver a Briana no era una opción: le daba vergüenza después de lo sucedido durante la cena. Con unas ojeras considerables y sin saber en qué pensar ni qué hacer, daba vueltas y más vueltas en el patio del castillo. Rose también andaba por allí, pues era la hora de comer de Jaqueline y al pequeño animal le había dado por jugar al escondite.

En el portón del castillo, entreabierto y exhaustivamente vigilado, se empezó a notar un extraño alboroto. Kristoffer se acercó para ver qué sucedía.

-Me gustaría pasar, si son tan amables de dejarme. –Decía una voz femenina en el exterior, que Kristoffer reconoció.

-Lo sentimos, no se admiten visitas hoy. –Contestaba uno de los guardias, de forma tranquila pero firme.

El muchacho se acercó al guardia, que inclinó la cabeza en cuanto le vio llegar.

-Tranquilo, Percy, puede pasar. Viene a verme a mí.

-¡Kris! –Briana saludó con una sonrisa, atravesando por fin el portón.- Menos mal, creía que iba a quedarme fuera. He visto que no has ido hoy a la montaña y me he preocupado. ¿Es por lo de anoche en la cena?

-Verás... Anoche pasó algo más. –Kristoffer le hizo un gesto para que caminara a su lado, lejos de los guardias.- Prefiero contártelo en privado, es mejor que nadie se entere. ¿Podrás mantenerlo en secreto?

Frozen Fractals (Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora