APOCALYPSE - OBX

𝐟𝐨𝐮𝐫𝐭𝐞𝐞𝐧, OBX

𝐒𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐇𝐀 𝐒𝐓𝐎𝐍𝐄𝐒

El típico ruido que mi celular genera cuando me llaman, me despertó de mi atrapante sueño, quedando atrapada en los brazos de un chico con cabellera rubia, obviamente tenía que ser JJ Maybank. Lo observé unos segundos y después me di cuenta de la situación e instantáneamente me levanté, pero él ni se dio cuenta, mejor para mi, no tengo ganas de hablar con él a esta hora de la mañana.

Mi teléfono tenía una llamada entrante de mi padre, tampoco quiero hablar con él a esta hora de la mañana. Salí del "chateau", o como los pogues llamaban a la casucha de John B, incluso salí del porche para asegurarme de que absolutamente nadie escuchara mi futura conversación con el cubo de azúcar de mi padre.

Di un último suspiro antes de atender la llamada, coloqué el teléfono en mi oreja y respondí la llamada, preparándome para lo que se estaba por venir. Por lo que había visto, tenía llamadas y mensajes perdidos de absolutamente todos mis familiares y Sarah, me metí en un lío bastante bastante grande.

—Samantha Stones Harrison, ¿se puede saber dónde mierda estás?, ¡te llamé no sé cuantas veces!, ya ni se para que te compro el teléfono más caro del mercado si lo vas a tener de decoración —gritó a través del teléfono, cosa que me hizo apartarlo un poco de mi oreja. Me encanta como se saltea la parte de primero preguntar por mi estado.

—Hola, buen día, papá —remarcó la palabra papá, en caso de que se haya olvidado de que eso es, aunque a veces no se note.

—Ahórrate la formalidad y responde lo que te pregunte —me ordenó y yo suspiré nerviosa.

¿Le digo la verdad o no?, ¿qué es lo peor que me puede llegar a pasar?, dudo que mi padre me ponga una mano encima, jamás lo ha hecho, ni siquiera con mi madre, o bueno, hasta lo que tengo entendido. Y siendo sincera, sus palabras hirientes las puedo soportar, además, acorde a mi plan, lo correcto sería decirle con quién me estoy juntando, ¿no?...

—Estoy en el corte, ¿eso era lo que querías escuchar? —suelto con un tono desafiante, el cual lo saca de sus casillas.

Desde la otra línea se escucha como se enfurece, admito que cuando se pone así de entrada, un poco me asusta, incluso una vena que tiene marcada en la frente, resalta cuando él está sumamente enojado... espero no heredarlo.

—¿Perdon?, Samantha, no me desafíes, vos y yo sabemos perfectamente que no te conviene para nada —me avisa —Te quiero en casa en 20 minutos, ingeniatelas para llegar a tiempo, no queres saber que te va a pasar si incumplir mi petición, Tesorito.

El simple hecho de que haya usado ese apodo me parte. Recuerdo cuando era más pequeña y mi nombre no era casi nombrado por su parte, de su boca solo salía decirme "Tesorito", como cambian las cosas. Y me duele que sepa exactamente donde darme para que me duela. Es mi padre, después de todo, algo me conoce, o al menos eso creo.

—Te detesto, papá.

Por más rencor y odio, si es que podemos llamarlo de esa manera, que siento por papá, nunca voy a poder llamarlo de otra manera. El corta la llamada sin responder nada a mi último comentario, se que se está guardando lo mejor para cuando yo finalmente llegué a casa.

Me di media vuelta y me metí de nuevo al chateau, pero antes fui interceptada por los pogues, JJ y John B. Ellos me miraron en silencio, no sé si escucharon lo último que dije, pero si fue así, quiero que la tierra me trague y me deje ahí para siempre.

Ambos sonrieron con compasión —No sabíamos que la reina, la chica perfecta, la niña de papi tenía problemas con... papi —se rió JJ, no fue acompañado por su mejor amigo.