𝐟𝐢𝐟𝐭𝐞𝐞𝐧, OBX

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𝐒𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐇𝐀 𝐒𝐓𝐎𝐍𝐄𝐒

¿Qué pasa cuando tu mente te abandona y no quiere regresar? ¿Cuando tus pensamientos se desvanecen como la oscuridad al amanecer? Me encuentro perdida en un laberinto de extrema confusión, donde los recuerdos se desvanecen poco a poco, y la cruda realidad se hace presente.

Así me siento ahora, en este silencio ruidoso que me envuelve como una manta oscura. Mis escasos pensamientos son como estrellas fugaces, brillando por un instante antes de desaparecer por completo en la oscuridad. Mi cuerpo late con el eco de la violencia, mi piel arde con el fuego de la aflicción.

Mi habitación, una vez mi refugio, ahora es un laberinto sin salida posible. Las paredes se abalanzan sobre mí como sombras amenazantes, los muebles se convierten en una masa indistinta. Es como si casi no reconociera este lugar, no reconozco a la chica que yace en el suelo, sangrando y completamente rota.

Mi padre salió de la habitación, dejándome atrás en este inundante mar de desesperación. ¿Cómo puedo encontrar mi camino cuando estoy perdida en la oscuridad de mi propia cabeza? ¿Cómo puedo sanar cuando cada paso es un vidrio roto?

Mi corazón, el cual siempre late con total normalidad, ahora se arrastra como el último suspiro. Mi cuerpo yace inmóvil reposado en la blanca puerta de la que una vez fue mi habitación, no volveré a dormir aquí. Anhelo enfrentarme a mi reflejo en el espejo, en busca de algún rastro de la chica que solía ser, pero temo lo que pueda encontrar: un espectro de lo que una vez fui, despojada de identidad, de dignidad, de mí misma. Todo por la culpa de este hombre, me arrebató todo.

Siento el peso de suciedad en mi piel, como si cada uno de los golpes y manotazos me hayan llenado de tierra poco a poco. La necesidad de asearme me está consumiendo, pero mis piernas se niegan a llevarme a mi deseado destino.

Y a la vez, lo único en lo que realmente puedo pensar en este momento es en mama y Ben, no tengo ni idea de donde están ni a donde James se los llevó con sus ganas de arruinar a todos.

Necesito salir de mi casa ya, pero no tengo a dónde ir, cualquier lugar en el corte es predecible, y creo que ya he comprobado que el estilo de vida pogue con es precisamente lo mío. Amaría poder quedarme en lo de Sarah pero es el primer lugar en dónde mi padre pondría las narices.

Logré recuperar mi mínimo aliento y algo de fuerza corporal, la cual me permitió levantarme y ver mi puerta de madera, blanca, recubierta en una coraza frívola de sangre, mi sangre. Podría sacarle una foto y mandarla a las autoridades, pero me acordé que mi padre controla la isla entera, desde acá hasta el Corte. Gracias a dios se retrasaron las elecciones, no sé cuánto, pero eso significa que todo lo demás también será pospuesto. El midsummers, exámenes, todo. Este verano está siendo más extraño de lo usual.

Me dirigí hacía el baño, y apenas moví la puerta, me reencuentro con mi reflejo pero, estoy sumamente distinta, no puedo creer lo que estoy viendo. Una chica con la cabellera desarreglada, golpeada, sucia... ya hasta parezco del corte, río en voz alta de manera sarcástica. Me pongo el pelo detrás de la oreja, y me acerco a la bacha del baño, prendo la canilla y comienzo a mojarme la cara con el agua caliente, quemando los cortes que tengo en la cara. La piel comienza a ponerse roja, mis heridas se cicatrizan a la fuerza, la sangre se corta, y todo me arde. Mi cara provoca muecas inconscientes debido al dolor. Un poco de agua no va a bastar para desinfectar las heridas.

Abro una serie de cajones en busca de agua oxigenada y un poco de algodón. Lo apoyo sobre la mesada de mármol de mi baño, y poco a poco comienzo a mojar mis heridas con el algodón bañado en el agua oxigenada. Suelto un gemido de dolor, y veo como el algodón succiona la sangre. Mi cabeza no para de proyectar la imagen de mi padre viniendo con furia hacia mi, no puedo más, no aguanto más.

APOCALYPSE - OBXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora