A Dos Pasos De Tu Universo|#1.

25.Arctic Monkeys.

Christ<3:

Paso por tí a las diez.
8:09 AM.

Eso fue lo primero que ví en mi móvil al despertar.

¿A las....?¿Que...?

Tonta,que te esperan afuerita de tu casa a las diez de la mañana.

¿Eso era...?

¡Que te apresures!

Bah,había olvidado lo insoportable que podía llegar a ser mi conciencia.

Me dirigí al cuarto de baño perezosamente y comencé a ducharme.

¿Para qué Christian pasaría por mí a las diez?Era extraño,no me había dicho nada en los días anteriores.

Me coloqué unos jeans,una camisa de tirantes blanca y una chaqueta.En Londres aún hacía frío,a pesar de que ya había pasado navidad hace un mes.

Peiné mi cabello con suavidad y me maquille un poco.

Al verme en el espejo me pareció que estaba bien.Simple pero bien.

A las diez en punto,la corneta del auto del idiota sonó afuera.

Bajé rápido los escalones encontrándome con Etni.

—¿A dónde vas?—Me preguntó.

¿Que le decía?

—Saldré por...mmm...por ahí—Seguí hacia la puerta.

—Emile—Etni me llamó—Deberías contarle a Tyler.

¿Otra vez con lo mismo?

—Etni,sabes cómo se pondrá—¿Ya para qué iba a negarlo?—Tyler es...bastante terco.

Etni me miró con una expresión que no supe descifrar.

—Será peor si esperas,Emile—Hizo una pausa—Sé que nada de eso me incumbe pero...Tyler es nuestro amigo.

—Christian también lo es—Defendí.

—Sabes a lo que me refiero.

—¿Por qué tanta insistencia con el tema?—Pregunté exasperada.

—Sabes que le harás daño.

Con eso último, continúo leyendo su libro.

Me molestaba un poco que insistirá tanto con el tema,además,no podía ser tan grave.

Cuando salí,me encontré con Christian recostado de su auto.

—Me gusta tu vestuario—Me dijo con sarcasmo en cuanto me vió.

Miré mi ropa y fruncí el entre cejo.

—Pero si mi ropa está normal—Le digo.

—Exacto—Señala él.

Me pongo las manos como jarras.

—¿Que insunuas, Christian?¿Que mi ropa no es normal?

Él lo pensó unos momentos.

—Tú no eres normal...¿Como crees que tú ropa va a serlo?

Estuve apunto de lanzarle mi pequeño bolso pero el Loui Vuitton no tenía la culpa.

Me subí a su auto y él enseguida arrancó.

Christian se estaba dirigiendo a un lugar que no conocía en lo absoluto.

—¿A dónde vamos?—Pregunté con extrañeza.

—A un lugar que seguramente no conoces—Contestó él alegre.