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Diez días habían pasado desde el incidente, parecía ser que todo había regresado a la normalidad en el castillo, Shen no salía para nada, tenía una que otra pelea leve con sus padres que terminaba solucionada el mismo día, entrenaba en el jardín, experimentaba con los fuegos artificiales, lo mismo que había hecho por toda la vida sin parar. Podría parecer que era muy obsesivo pero a él le gustaba más llamarle a eso "determinación" siempre estuvo enfocado en mejorar lo suficiente como para heredar el cargo de gobernante de Gongmen y poder conquistar más, daba igual lo mucho que sus padres trataran de hablarle sobre la humildad, siempre quiso más, quería sentirse poderoso; así que a sus padres no les quedaba más que esperar que solo fuera una etapa, una etapa que ya había durado dieciocho años.

Esa tarde comió en la mesa junto a sus padres, estaban todos en paz y justo al terminar llegó un mensajero en silencio con un objeto en la mano que fue directo a la madre de Shen, parecía ser una caja de madera con detalles de metal y dentro de esta varios compartimientos con maquillaje y fragancias. Shen vió la cara feliz de su madre reflejarse en el espejo de la caja mientras el mensajero explicaba que era un regalo de parte de una ciudad cercana. Clavó sus ojos en los productos, en su mayoría colores rojos, rosas, negros y blancos, se notaba que tenían una alta calidad por el material de las brochas. Hasta ese momento no pareció verse muy interesado de todas formas y cada integrante de la familia siguió con sus actividades cotidianas.

Llegada la noche el pavo real blanco estaba cepillando su largo cabello blanco mientras se miraba al espejo, estaba listo para ir a dormir pero sintió sed y tuvo qué bajar las escaleras, sin embargo, antes de ir por el agua notó que su madre había dejado la caja sobre otro mueble. La curiosidad terminó ganando y fue directo a abrir la caja que por la oscuridad no se apreciaba muy bien, solo las luces de fuera lo ayudaban a ver en la penumbra y no hubo más remedio que tomar la caja y caminar en silencio hasta uno de los balcones más alumbrados que estaban a su alcance. Sentado en el suelo abrió la caja y lo primero que observó fue su propio rostro en el espejo, como siempre pensaba, se veía muy agraciado. Y sin dejar de mirar el espejo sonrió alzado cepillando su cabello con los dedos para posteriormente quedarse viendo sus propias pupilas, rojas como la sangre, no entendía por qué a las personas les inquietaban tanto pero era mejor así, imponía más con esa mirada.

Su cara reflejaba una incesante idea que no sabía si concretar, la tuvo así hasta que con sus propias manos tomó un poco del contenido, de forma más específica fue una sombra roja como sus ojos y se la colocó en el costado de sus párpados inferiores tal cual veía que su madre y otras mujeres de la ciudad se lo colocaban, no quería manchar las brochas por lo que siguió tomando y aplicando todo con sus dedos, poco tiempo después sus párpados, labios y un poco de sus mejillas ya estaban decoradas con colores rojizos que le hacían verse más vivo. Admiró por un rato lo que había hecho, debía admitir que se le veía bien y por casi ocho minutos se la pasó girando la cabeza para ver en todos lados su rostro maquillado, le gustaba, pero no podía quedarse así, no porque le importara que se vería extraño en ojos ajenos, si no porque sabía que lo iban a castigar por tocar eso que no era suyo. Cerró la caja dejándola donde estaba pero no volvió a su habitación, solo se quedó sentado donde estaba mientras oía el exterior, si se concentraba lo suficiente podía alcanzar a oírlo, el agua del río estaba corriendo como siempre, extrañaba ir allá y sumergirse en ella, sentir su frío y las rocas redondas bajo sus pies, no sabía si era buena idea arriesgarse en ese momento, le temía a ser visto por los guardias otra vez si salía por la puerta principal, su única opción era lanzarse desde un balcón y usar su cola para no caer en seco, pero no estaba tan loco en ese momento para hacer algo tan arriesgado que nunca había intentado, además, no sabría cómo regresar después.

Mientras el tiempo avanzaba siguió bajando las escaleras silencioso hasta llegar a su patio, el muro de su pared era bastante alto y liso, imposible de escalar sin una herramienta extra, lo que sí había aparte de eso era un árbol cerca del muro, lo pensó un rato y con un par de cuchillas en las manos lo escaló clavandolas en la corteza, estar en buena forma le había servido para no resbalar por el peso. Se sentó en una de las ramas calculando la altura y mirando al exterior, desde que había salido la última vez sus padres le ordenaron a los guardias a estar más cercanos a la puerta.

❉TRES CUCHILLAS❉ Lord Shen x Wolf boss❉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora