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Quizás esa había sido de las misiones más difíciles que había hecho, tan sólo llegar a ese pueblo fue complicado por su lejanía y el robar una que otra cosa había sido lo peor. Su estrategia era silenciosa y se basaba en echar ojo a quienes portaban algún adorno en el cuerpo fácil de safar. Calculaba, se acercaba corriendo como si fuera a algún lugar y estiraba la mano, si no era eso fingía chocar accidentalmente en la multitud mientras sus manos se escurrían por las joyas, una técnica tal de un carterista moderno. Llegada la tarde se escondió en un callejón para analizar sus nuevas posesiones, la mayoría se trataba de pequeños adornos de oro y gemas, nada mal, pero necesitaría otro tipo de metal si quería obsequiarle a Shen lo que tenía en mente. Tomó aire y saltó hábil hasta el techo de una de las casas, camuflado entre las tejas observó desde lo alto y una especie de herrería fue la que llamó su atención.

Tenía los pies en el suelo otra vez y al salir del callejón miró a los lados tratando de no verse tan sospechoso. Ya fuera de su objetivo escuchó con atención cada sonido dentro con algo de irritación, el sonido del metal siendo golpeado y raspado era algo desagradable pero hizo lo que pudo, notó que habían aproximadamente dos personas ahí dentro, una caminando por las esquinas, como buscando algo y la otra que estaba tratando al metal. Identificó las posibles entradas, la mejor opción sería una ventana por la que observó posibles escondites.

—Más le vale ir al río — Dijo para sí mismo en voz baja refiriéndose a que Shen no lo deje plantado. Esperó el mejor momento y entró por la ventana escondiéndose de inmediato detrás de unas cajas hechas de bambú, nunca había hecho algo parecido y sentía que los latidos de su pecho se escuchaban tanto como el metal siendo golpeado.

Calmó su respiración al fijar la vista en un lingote de buen tamaño, brillaba como perla, seguro era un buen material, pero estaba muy cerca de sus dueños. Apretó los dientes y se puso en cuatro patas para acercarse sin llamar tanto la atención, tenía la ventaja del fuerte ruido del metal hasta llegar a donde quería, ahí tuvo que acostarse totalmente pues las cajas eran menos altas y sólo podía ver los pies de los dos individuos por una pequeña separación de dos cajas. Iba a estirar la mano para tomar el lingote pero entonces uno de ellos se volteó caminando hacia él. Gritó en su interior y apretó los puños al ver cómo los zapatos de ese tipo se pegaban a las cajas, estaba acabado, pues con sólo fijarse un poco se notaría su cuerpo recostado. Tuvo qué actuar rápido y se movió a rastas, tanta fue su desesperación que logró una velocidad impresionante para haber avanzado en esa posición, ni siquiera se dió cuenta que había rasguñado su brazo con un cacho expuesto de madera dejando un poco de sangre absorbiéndose ahí. Llegó hasta otra habitación más oscura y al ocultarse en un sitio más seguro se sentó tomando su pecho, respiró profundo por el miedo.

—Deberías comer algo, llevas golpeando esa cosa por horas — Dijo el culpable de que el bandido cambiara su escondite.

—Quiero acabar este trabajo antes de que termine la semana. No molestes, lo entenderías si no fueras un bueno para nada — Aún así, dejó de golpear el metal pasando su mano sobre su frente sudada.

—¡Hey! no es fácil trabajar cuando no se tiene una mano — Se agachó para tomar algo de fruta de una de las cajas, entonces, vió la madera manchada de sangre — Hmmm

—Cuando tenías las dos seguías siendo un bueno para nada.

—¿Acaso tiraste algo por aquí?

—¡No desvíes el tema!

Mientras la discusión de esos desconocidos seguía, el lobo aprovechó para explorar el lugar, aunque poco a poco fue sintiendo el ardor en su brazo, se puso la mano encima notando que estaba algo húmedo.

—No desvío nada, aquí hay algo raro — Mordió la fruta mirando a su compañero — Pero como sea, lo que digo es que deberías comer algo, si no quieres escucharme está bien, no soy tu madre para estar detrás de tí — Vió al contrario gruñir y acercarse, le dió un empujón y también agarró fruta.

En la otra habitación estaba el ladrón caminando adolorido y por la oscuridad no notó un escalón que lo hizo detenerse en la pared, pero aún así, se pudo escuchar el ruido de ese golpe.

—¡¿Huh, qué fue eso?! — Volteó a ver a su compañero que al instante entrecerró los ojos, tiró la fruta con fuerza y agarró uno de los martillos con los que trabajaba.

Se puso recto por el miedo y con pánico vió a todos lados notando una especie de figura metálica con la forma de un gran dragón, la tomó para no irse sin las manos vacías y sin importarle ya cuánto ruido hiciera se trepó de lo que pudo para salir por una abertura cercana al techo. Escuchó los pasos pesados de quien había sujetado el martillo.

—¡NO ESTA VEZ FENG! —- Entró notando al lobo a punto de salir aunque no reconoció bien que lo era, corrió decidido para romper sus piernas antes de que saliera de ahí pero el contrario fue más rápido y sólo pudo golpear la pared dejando un agujero de tamaño considerable — ¡NO ESCAPARÁS DE NUEVO MALDITO COCODRILO!

Mientras su compañero gritaba lleno de rabia dentro de ese lugar él salió viendo al ladrón tirarse de la ventana, no vió su cara ni nada por el estilo, sólo una cola esponjosa que se cubrió casi al instante con tela, lo siguiente fue él corriendo y saltando por los techos y paredes, parecía una rana. Su impresión se cortó cuando en menos de un segundo terminó en el suelo, su compañero que era bastante robusto había salido por la puerta sin importarle que lo hubiera empujado.

—¡FENG! — Gritó al aire agitando su martillo atrayendo la atención de más gente que al escuchar ese nombre corrieron a sus hogares cerrando todo.

—¡No! no era él — Se levantó del piso, iba a calmar al contrario poniendo la mano en su hombro pero se agachó cuando casi le rompen el cráneo con el martillo.

—¿¡NO, ENTONCES QUIÉN FUÉ!? ¡SE ROBÓ AL DRAGÓN! ¡¿QUIÉN ADEMÁS DE ESE MALDITO HARÍA ALGO ASÍ!?

—Le ví la cola, era un lobo — Decía temeroso alzando la mano que le quedaba mientras temblaba — Ni siquiera era de los cocodrilos. Ya...ya cálmate ¿si?

—No hay lobos aquí...con Feng no durará mucho. Espero que al menos ese cocodrilo de mierda adorne los árboles con las tripas de ese horrible perro...se llevó un metal muy costoso.

Después de todo ese show ambos entraron para ver si no se había llevado algo más, lo único que vieron fue una mano arrastrada por la pared marcada con sangre. 

Por fin había salido de esa ciudad, pero no se detuvo hasta no sentir que estaba lo suficientemente lejos, entonces, sacó todo de la bolsa, le había ido muy bien y a pesar del miedo esa adrenalina no le había desagradado, de hecho, ya sentado en el suelo contemplando el metal y las joyas soltó a reír, no supo si fue algo inconsciente que hizo su cuerpo para liberar estres pero se sintió bien aunque le remordía un poco la conciencia, casi nunca robaba por caprichos como lo podría ser un regalo, sólo lo necesario, pero bueno, esa sería la primera y la última vez que hacía algo tan malo. O al menos eso creía.

Sin embargo, no podía descansar aún, ahora debía llevar todo el material a los otros lobos que le ayudarían con darle forma. 






*¿Alguien por ahí?

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⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

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❉TRES CUCHILLAS❉ Lord Shen x Wolf boss❉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora