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Años antes.

Hana tenía una vida tranquila, aún que un tanto agitada por la universidad, estaba en su segundo año y parecía lejano el dia donde su graduación llegaría.

—Mira nada más...¿Cómo es posible que sea tan guapo...y rico...y extrañamente bueno en todo lo que hace?

—La vida tiene a sus favoritos Jimin.

Su amiga volteó a verla sabiendo que tenía razón pero sin poder aceptarlo aún —Tu también eres su favorita.

—¿De que hablas?

—Tienes una cara de angel ,un cuerpo esbelto y unos enormes pechos...mujer que me haz robado lo que me toca.

—Si realmente fuera la favorita...tendría mucho dinero, sería tan millonaria que no tendría que estudiar ni desvelarme día y noche por pasar un maldito examen.

—Pero tienes cuerpo...con eso le ganas a todo.

—Si pero no quiero utilizar mi cuerpo para eso, me volvería una mujer facil.

—Si pero te ahorrarias muchos problemas, dijiste que tú hermano empeoró...

—Se lo que dije, y lo que haré será esforzarme más para poder pagar su tratamiento.

Jimin suspiro viendo a su amiga, Hana apenas y tenía tiempo para descansar, siempre después de la universidad, corría a su primer trabajo, saliendo de ahí iba al segundo y ya cuando la madrugada estaba por terminar asistía al hospital donde su pequeño hermano se encontraba internado, él a sus pocos años de edad sufría de leucemia, a pesar de ya estar en tratamiento había días en los que simplemente se desvanecía.

Hana lloraba en soledad, si bien hasta que ella logro terminar la preparatoria aún las cosas no empeoraban justo en el momento donde su suerte se acabó fue cuando su hermano termino lejos de alcance.

Ambos crecieron en una familia amorosa pero al final cuando él tenía tres años y ella veinte,esa felicidad se acabó, sus padres fallecieron en accidente de auto donde él culpable logro huir y hasta ese día no han tenido buenas noticias.

Más aquello no parecía derribarla, siempre iba de frente y con valentía.

Para Jimin, Hana era el claro ejemplo de aceptar tu destino y hacer hasta lo imposible por cambiarlo.

—¿Por qué no duermes un rato? A pesar de traer maquillaje se nota desde miles de kilómetros que te falta dormir.

—Debo estudiar...el examen se acerca y...

—Y no vas a reprobar solo por dormir una hora, anda ya mujer duerme, yo te despierto cuando sea hora de regresar.

The  Handmaiden.    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora