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—Vendre una vez me establezca y tenga un horario... Jaehyun debes recordar este número, si sucede algo pide un teléfono o pregunta le a la enfermera Jung.

—Si...no debes preocuparte por mi, soy un niño grande puedo cuidarme solo.

—Se que lo eres pero también eres mi hermanito y siempre me voy a preocupar por tí.

Era doloroso y le causaba mucho miedo irse pero era necesario, debía hacerlo si queria algo mejor.

Con un nudo en su garganta ella salió, su único equipaje era una pequeña bolsa donde lo más indispensable estaba dentro, Hana se fue sin voltear atrás por qué sabía que si lo veía a los ojos no se atrevería a irse.

Al subir al tren en un viaje de dos horas se imaginó muchos escenarios donde ella podía tener un hogar y después de mucho trabajo su hermano entraría por la puerta con una sonrisa y después correría a sus brazos. Esa imagen era lo que haría realidad.

Al bajar busco por todos lados hasta ver a la mujer que la recibiría, ella era una chica joven de piel pálida y esbelta, su cabello estaba recogido en una coleta alta y su vestimenta era un traje de dos piezas de color beige con blanco.

—¿Eres Hana?

—Si mucho gusto.

Ella se mantenía seria haciendo le pensar que talvez su presencia no era grata.

—El gusto es mío, vamos te llevaré a casa—pero su pensamiento cambio una vez que ella hablo, su sonrisa dulce y cálida la hacía sentirse bienvenida.

—Gracias.

Durante el viaje al hogar de la joven , ambas hablaron sobre sus vidas, sobre sus batallas y sobre lo que querian lograr.

—Por cierto...no te pregunté tu nombre.

—Annie...Kim Annie.

—Annie...tienes un lindo nombre.

—Gracias...debo hacerte una pregunta pero no lo tomes a mal...¿Tienes novio?

—...no, ¿Por qué?

—Ah es un alivio, lo que sucede es que mi anterior compañera tenía novio y él se la pasaba mucho tiempo en nuestra casa, comía y ocupaba todo y ella nunca pagó lo que le correspondía, por eso se fue, siempre he pedido respeto por las cosas ajenas y en este caso por mis cosas.

—No te preocupes, no llevaré a nadie.

—No es eso...puedes llevar a quien quieras pero si toman algo asegúrate de reponerlo.

—Esta bien, lo tendré presente.

—Hemos llegado.

Un gran edificio era donde iniciaría su nueva vida.

—Mañana debes estar lista a las 8, ahora solo te mostraré el lugar y me iré, debo volver al trabajo.

—Si... gracias.

The  Handmaiden.    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora